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Así está conectado tu cerebro con el de tu perro

Así está conectado el cerebro humano con el del perro Así está conectado el cerebro humano con el del perro
Escena de la película "Turner & Hooch" (1989)

Durante las interacciones sociales, la actividad de las neuronas del cerebro se sincroniza entre los individuos involucrados. Una nueva investigación publicada en la revista Advanced Science revela que dicha sincronización ocurre entre los seres humanos y los perros. Mientras que las miradas mutuas desatan una sincronización en la región frontal del cerebro, las caricias lo hacen en la región parietal. Ambas regiones están asociadas con la atención.

En palabras de los autores del estudio, dirigido por Yong Q. Zhang, del Instituto de Genética y Biología del Desarrollo, en la Academia China de las Ciencias, en Pekín, la fuerza de esta sincronización aumentó con la creciente familiaridad de las parejas humano-perro en los cinco días de convivencia que duró el experimento. Además, las pruebas confirmaron que en las interacciones humano-perro, nosotros somos los líderes mientras que ellos son los seguidores. No hay que olvidar que nuestros mejores amigos son gregarios por naturaleza, y que en la manada se establecen unas jerarquías y unos roles que promueven la unidad y el orden social para reducir los conflictos y las agresiones entre sus miembros.

La interacción entre el perro (Canis familiaris) y nosotros es una de las relaciones más antiguas y profundas en la historia de la humanidad. Estos mamíferos descendientes del lobo gris (Canis lupus) han sido nuestros compañeros, guardianes y ayudantes durante miles de años. No cabe duda de que la comunicación entre los seres humanos y los peludos ha evolucionado a lo largo de 30.000 años. Nuestros ancestros domesticaron al perro por sus habilidades para la caza y su capacidad protectora, como ya apuntó hace más de una década el etólogo Ádám Miklósi, de la Universidad de Budapest, en un artículo en la revista Trends in Cognitive Sciences.

Solo en España, la población canina supera de largo los nueve millones

Así es la interacción entre perros y humanos

Con el tiempo, los perros se han convertido en miembros integrales de muchas familias, donde proporcionan, entre otras cosas, apoyo emocional y compañía a sus dueños. De hecho, la presencia de peludos en los hogares de los países occidentales no ha hecho más que crecer en las últimas décadas. Solo en España, la población canina supera de largo los nueve millones de individuos. Aunque algunas relaciones entre distintas especies se basan en beneficios mutuos, como ocurre en la protocooperación, donde ambas partes se benefician y mejoran su aptitud biológica, rara vez alcanzan el mismo nivel de comunicación que en los lazos que estrechamos nosotros con los perros.

Además, los peludos han evolucionado para leer, comprender y responder a una amplia gama de estados emocionales y señales comunicativas humanas a través de comportamientos, expresiones faciales e incluso tonos vocales. Estas capacidades caninas ofrecen un extraordinario nivel de compaña que no suele manifestarse en otros animales domésticos o de compañía, como es el caso de los gatos.

Integrados en un sistema multicerebral

Así es el vínculo que hay entre perros y humanos

Sin embargo, los científicos desconocen en gran medida los mecanismos neuronales que subyacen a la comunicación distintiva y eficaz que existe entre nuestra especie y nuestros mejores amigos de cuatro patas. La interacción social involucra a los individuos directamente entre sí, y los acopla en un bucle dinámico de retroalimentación de acción y reacción capaz de evolucionar con el tiempo. En efecto, durante las interacciones sociales, los individuos que interactúan no están aislados, sino que se hallan integrados en un sistema multicerebral, según afirma en un estudio Weizhe Hong, del Departamento de Neurobiología de la Universidad de California en Los Ángeles, publicado en 2020 en la revista Trendsin Neurosciences. Es lo que algunos neurocientíficos vienen a llamar cerebro social.

Acoplamiento en ratones, murciélagos y monos

Diferentes ensayos internacionales han constatado que los animales de la misma especie muestran acoplamiento neuronal entre diferentes encéfalos durante las interacciones sociales. Estos acoplamientos neuronales se observaron inicialmente en humanos y más tarde se encontraron en ratones, murciélagos y primates no humanos. Se demostró que el acoplamiento neuronal intercerebral refleja reciprocidad en las interacciones sociales.

Ahora bien, existen numerosas lagunas en lo que se refiere a si este acoplamiento de la actividad cerebral también ocurre cuando interactúan individuos de diferentes especies. En este sentido, el apego especial humano-perro plantea preguntas que no son moco de pavo sobre cómo los estados neuronales de una y otra especie se acoplan mientras interactúan, y cómo aquellos pueden reflejar las respuestas internas a las interacciones sociales en curso. Por ejemplo, cómo tú y tu perro coordináis vuestra atención sobre un objeto o una situación.

Perros autistas

El cerebro del perro está relacionado con el del humano

Para arrojar algo de luz al misterio, Zhang y sus colegas trabajaron codo con codo con el objetivo de ver si el acoplamiento perro-humano realmente existe, y, de ser así, si las mutaciones genéticas asociadas al autismo en los perros, que se conoce como comportamiento disfuncional canino, pueden afectar a la interacción social entre nuestras mascotas y nosotros.

Para el ensayo, los investigadores seleccionaron a un grupo de perros de laboratorio (beagles) y a un grupo de personas que nunca habían estado en contacto con ellos. Y los invitaron a que participaran en una serie de interacciones sociales mientras registraban la actividad cerebral de todos ellos con un electroencefalógrafo inalámbrico no invasivo. Los registros del aparato fueron sorprendentes: al analizar las señales de las electroencefalografías de perros y humanos, los investigadores descubrieron que las miradas mutuas y las caricias inducen sincronización cerebral en las regiones frontal y parietal de las parejas humano-perro, respectivamente.

Los humanos como líderes en la relación

Así es la comunicación entre perros y humanos

Las cortezas frontal y parietal están asociadas a la atención conjunta, una habilidad social que implica que dos o más personas —en este caso, personas y perros— compartan el enfoque de atención hacia un objeto o un evento, y se comuniquen sobre ello. El experimento se prolongó durante cinco días, y en este tiempo la fuerza de esta sincronización neurológica no hizo más que aumentar y, de paso, consolidar el liderazgo de los seres humanos en la relación de amistad. Además, el equipo de Zhang descubrió que las mutaciones del gen Shank3, asociadas al autismo en perros, abortaron este acoplamiento neuronal intercerebral y la atención conjunta durante las interacciones entre humanos y canes.

LSD contra los déficits sociales

«Los perros con ciertas mutaciones genéticas que les provocan síntomas de deterioro social característicos del trastorno del espectro autista mostraron una pérdida de esta sincronización, así como una atención reducida durante las interacciones entre humanos y perros. Estas anomalías se revirtieron con un único tratamiento con el psicodélico LSD», apunta Zhang.

Estudios anteriores ya habían demostrado que el LSD mejora el comportamiento social en ratones, lo que sugería un posible potencial terapéutico de esta sustancia psicodélica para el tratamiento de los déficits sociales en pacientes con autismo. «Los resultados de nuestro estudio tienen dos claras implicaciones: por un lado, la sincronización intercerebral interrumpida podría usarse como un biomarcador para el autismo; y por otro, el LSD o sus derivados podrían mejorar los síntomas sociales del autismo», explica Zhang.

Un subidón de oxitocina y un bajón de cortisol

Sin duda alguna, la relación entre perros y humanos no solo es emocionalmente beneficiosa, sino que también está respaldada por cambios neuroquímicos y cerebrales que promueven el bienestar y el vínculo profundo entre las dos especies, como ha demostrado el estudio del equipo de Zhang.

Así es la conexión entre el cerebro de los humanos y los perros

Recientes investigaciones revelan que, cuando los seres humanos interactúan con sus perros, ambos experimentan un aumento en los niveles de oxitocina, una hormona asociada con el vínculo social y la confianza. Este fenómeno es similar al que ocurre entre madres e hijos, lo que refuerza el vínculo emocional entre las personas y sus perros. Es más, la presencia de un peludo en casa puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en los seres humanos. Esto se traduce en una sensación de calma y bienestar, lo que hace que los perros sean excelentes compañeros para combatir el estrés y la ansiedad.

Y, por último, interactuar con un perro activa áreas en el encéfalo relacionadas con la empatía y el placer, como es el caso del sistema de recompensa. Esto puede explicar por qué muchas personas encuentran tanta alegría y gratificación en la compañía de su mejor amigo.

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