Cómo sacar temas de conversación cuando los silencios se hacen eternos

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Estás hablando tranquilamente con otra persona, ya sea un amigo o alguien a quien acaban de presentarte. La cosa parece ir bien, hasta que de repente se te acaban los temas de conversación, y ninguno de los dos sabe cómo continuar. Sobreviene un silencio bastante incómodo mientras tratas desesperadamente de buscar otro tema de conversación actual sobre el que seguir charlando.

Quien diga que nunca se ha visto en una situación así, miente descaradamente. Es de lo más habitual quedarse en blanco en medio de una conversación, especialmente si es con una persona desconocida, aunque también ocurre entre amigos. También puede ocurrir que vuestra charla empiece a ir por unos derroteros incómodos, o que se esté volviendo tediosa.

Afortunadamente, existen numerosas formas de reconducir la conversación y hacerla amena e interesante otra vez. Mediante unos sencillos trucos, puedes volver a encaminar una situación que suele resultar incómoda para todo el mundo. Además, en el caso de que sea tu primera interacción con un desconocido, causarás buena impresión e incluso podrás abrir la puerta a una futura amistad.

Saber sacar nuevos temas de conversación y reconducir una charla que no deba más de sí suele ser una señal de perspicacia y claridad mental. Puede que busques pasar un rato agradable con amigos o familiares, o que desees establecer una relación más cercana con un nuevo interlocutor. De una manera o de otra, ten siempre presentes estos consejos para manejar la situación.

Trata de buscar algo a tu alrededor

Las conversaciones triviales suelen generar cringe, pero son una forma perfecta de entablar una buena conversación sin centrarse en un solo tema. De manera discreta, echa un vistazo al entorno que os rodea y trata de buscar algún detalle interesante (¿el tiempo que hace? ¿tal vez deportes?) Puede que haya pasado una persona que os haya llamado la atención, o que hayas visto algún animal peculiar. Si estáis en un entorno con más gente, tal vez oigáis de pasada alguna frase que podáis comentar.

El caso es tratar de localizar un elemento sobre el que podáis crear una nueva conversación, por banal que parezca. Puede que un elemento aparentemente insustancial sea solo el pistoletazo de salida para acabar manteniendo una charla animada e interesante. Y no temas sonar un poco ridículo, ya que siempre será mejor que continuar callados e incómodos.

Cuenta algo de ti mismo

Si quieres saber cómo sacar temas de conversación no hay nada como empezar por uno mismo. En el caso de que no os conozcáis demasiado, compartir algo de información personal es una excelente forma de romper el hielo. Una vez tu interlocutor haya hablado un poco de sí mismo, es tu turno para darte a conocer. Explica a qué te dedicas, tus gustos y aficiones, alguna anécdota o detalle que pueda venir al caso…

Sin embargo, también debes tener cuidado y no excederte. Hablar en exceso sobre tu vida puede hacerte quedar como una persona ególatra y terminar alejando a tu interlocutor. No dejes que pase mucho tiempo y dale el turno de palabra a él para agilizar.

Sigue una progresión natural

A todos nos gusta poder tratar temas profundos e incluso controvertidos, pero no es buena idea comenzar de esa manera. Procura no sacar ningún asunto polémico justo al principio o en etapas tempranas de la conversación, y menos si no hay confianza. Es mucho mejor reservarlos para un momento en el que la conversación fluya mejor y os atreváis a debatir y profundizar en vuestras opiniones.

Comienza con ideas sencillas y, si quieres, ve profundizando de manera progresiva. Una vez hechas las presentaciones, puede ser buena idea introducir un concepto que termine dando pie a una charla más interesante. Comenzar directamente por un asunto complejo suele derivar en conversaciones incómodas e inadecuadas.

La comunicación no verbal es tan importante como lo que expresamos con palabras. Es crucial que tengas mucho cuidado con las ideas que transmites mediante tus gestos, tu tono de voz y otros detalles físicos. Asimismo, procura vigilar el vocabulario y no recurrir a ningún extremo: no debes pasarte de vulgar, pero tampoco de pedante.

Otro recurso que puede venirte muy bien es la sonrisa. Una actitud alegre y calmada transmitirá mucha más confianza a tu interlocutor, y probablemente estará dispuesto a abrirse en mayor medida. Finalmente, procura mantener el contacto visual todo lo posible, por incómodo que resulte, ya que con esto demostrarás interés hacia lo que te cuenta.

Mantén la calma

Continuamos con nuestra lista con consejos para saber cómo sacar temas de conversación con un básico de las normas sociales. Quedarse en blanco en medio de una conversación puede resultar tremendamente vergonzoso. Sin embargo, recuerda que todos cometemos errores, por lo que no debes avergonzarte si te ocurre en algún momento. Simplemente procura retomar el hilo o recurrir a un nuevo tema sobre el que hablar, sin agobios.

En el caso de que realmente te sientas muy nervioso por ello, puedes recurrir a técnicas de relajación como respirar hondo. Y en algunas ocasiones, restar importancia a la situación con un chiste o un comentario humorístico puede salvar la conversación. No le des demasiadas vueltas a lo que la otra persona pueda estar pensando, ya que entrarás en un círculo vicioso.

Respeta a la otra persona

Puedes pensar lo que quieras sobre tu interlocutor. Sin embargo, bajo ningún concepto debes manifestar una opinión negativa sobre él, y mucho menos si se trata de un prejuicio inicia. Recuerda mantener una actitud abierta, ya que puede que incluso te sorprendan sus ideas, o que sepa acerca de temas totalmente desconocidos para ti.

Asimismo, debes respetar cualquier límite que la otra persona te imponga. Si no se siente cómoda con el tema que estáis tratando o considera que has invadido su espacio personal, no sigas insistiendo. La conversación será mucho más fluida si ambos os sentís cómodos en esa situación.

Pide ayuda a tu interlocutor

Por último, si quieres saber cómo sacar temas de conversación con total naturalidad, sé natural. No hay nada de malo en preguntar a la otra persona si te has quedado en blanco. Es posible que se le haya ocurrido alguna idea, o en el caso de que acabáis de conoceros, que quiera presentarse mejor. Además, mostrar interés por él te hará quedar mucho mejor, ya que demostrarás que te importa su opinión y las aportaciones que pueda realizar.

Recuerda mostrar una actitud interesada en lo que te esté contando y hazle preguntas de vez en cuando para demostrar que le escuchas. Además, incluso aunque llegue a parecerte aburrido, sé educado y no lo demuestres con gestos. Puede que sea una persona mucho más interesante de lo que parecía al principio, y que te abra la mente a nuevas ideas.

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