Dicen que el amor es como una droga, por eso para desengancharse de una persona o relación, todo empieza por aceptar el problema. Y estos especialistas en dependencia emocional te dan las claves para ponerlo en marcha.
Sea tu pareja, un crush o alguien que acabas de conocer, engancharse emocionalmente de alguien puede ser un juego en el que tienes las de perder. Y aunque sea algo que ocurre inconscientemente y poco a poco, salir de ahí no es tarea fácil. Un día solo “te gusta mucho” y al otro estás “stalkeando” sus redes sociales y pensando en esa persona 24/7. O quizás ya te encuentras en una de estas relaciones tóxicas y ni siquiera te habías dado cuenta. La obsesión es real e incluso te empieza a afectar a otras áreas de tu vida. Esa “necesidad” constante de verle, el FOMO recurrente por saber del otro o incluso sentir que es la única persona que realmente te completa (por muy poco sano que suene), solo hacen que empeorar el bucle. ¿Pero realmente podemos acabar con esa obsesión? ¿Es posible desengancharse de esa persona?
¿Qué es estar enganchado a alguien?
Cuando hablamos de enganche, del clásico ‘sin esa persona no soy nada’, ‘no puedo vivir sin él o ella’ y demás expresiones tóxicas, muchas veces nos referimos a ciertos patrones de conducta. “Cuando una persona es adicta, siente que no puede controlarse”, dice la Doctora Ramani Durvasula. Y en el marco de las relaciones, se trata de personas que cada vez quieren pasar más tiempo con la persona de la que están enganchados, se centran más y más en ella y se pierden, de alguna forma, a sí mismos. La experta añade que es muy frecuente en las relaciones con narcisistas o si te sientes atraído hacia gente tóxica. Te dan una de cal y otra de arena y consiguen con esa dinámica (exactamente igual que las máquinas tragaperras), que cueste tanto desengancharse de esa persona.
“En una adicción, tienes la posibilidad de desarrollar una tolerancia”, añade la Doctora Dawn-Elise Snipes. Esto hace que necesites más del otro, de esa actividad, para obtener el mismo sentimiento o emoción. Además, “cuando estás enganchado a alguien, tu identidad se define cada vez más por la relación con la otra persona”. Y esto te lleva a sufrir incluso una especie de síndrome de abstinencia si no estás con ella. “Cuando estáis separados tienes angustia o ansiedad. Necesitas que esa persona también te necesite. Y tienes mucho miedo al rechazo, al abandono y a que pueda perder el interés en ti”.
¿Enganche emocional o adicción al amor?
“La adicción al amor es un término no técnico que hace referencia a modelos relacionales”, cuenta la Dra. Durvasula. “Se trata de personas que se meten rápido en nuevas relaciones y lo hacen de manera intensa”. Se comprometen enseguida y declaran su amor a la primera de cambio. También son personas que no saben estar solas. Y de ahí que cuando terminan una relación, enseguida entran en otra y la viven con la misma intensidad. “Incluso pueden crear un mundo de fantasía romántica bastante sólido sobre la persona que aman”. Al final, tienden a perderse en las relaciones, incluso descuidando sus círculos más cercanos, el trabajo u otras responsabilidades.
Y de la misma manera que estos románticos impulsivos se enganchan a una persona, más adelante lo harán con otra. Por eso, es interesante que reflexiones sobre tu caso, para entender si realmente tienes dependencia afectiva hacia alguien concreto o si te ves en este vaivén constante con todas las personas con las que te involucras románticamente.
¿Cómo es una persona con dependencia emocional?
Cuando toda nuestra vida gira en torno a esa relación o a esa persona, hay una clara obsesión. De hecho, “invertimos tanta energía en este asunto que nuestro cerebro se desgasta”, explica la psicóloga especializada en dependencia emocional, Silvia Congost. “Es una adicción. Nos cuesta concentrarnos, nos falla la memoria y sentimos un gran malestar generalizado que nos afecta personal, laboral y socialmente”. Y esto ocurre tanto si estás dentro de la relación como si ya saliste pero sigues enganchado a ella.
De hecho, “es un concepto que está muy mal visto en la sociedad y nadie quiere ser un dependiente emocional, porque lo primero que nos viene a la cabeza es una persona pegajosa, que no sabe estar sola o que no puede terminar una relación incluso cuando está mal”, explica el psicólogo Arun Mansukhani. En la teoría queremos ser autónomos, autosuficientes y no depender de nadie, “pero se nos olvida que somos la especie más social del planeta y esto es igual que decir que somos la especie más dependiente del planeta”.
Y lo que realmente ocurre cuando crecemos y nos desarrollamos es que no vamos de la dependencia a la independencia absoluta, sino que cambiamos el tipo de dependencia que tenemos (de una más vertical a una más horizontal). “La relación de dependencia ideal entre adultos sería la interdependencia”. Pero hay personas que tienen dificultades en esta transición y les cuesta mucho desengancharse de determinada persona.
¿Por qué tengo dependencia y me engancho emocionalmente?
“El apego dependiente es una vinculación obsesiva que se hace permanente e insistente”, explica el psicólogo clínico Walter Riso. Y, según el experto, está basada en 3 creencias principales:
- Crees que ese vínculo o conexión te va a hacer feliz.
- Piensas que te proporcionará seguridad.
- Y sientes que le dará sentido a tu vida.
A esto, el Dr. Aria, conocido por ser el psicólogo de celebridades y CEOs de grandes empresas, añade que “no se trata tanto de engancharse a esa persona en sí, sino de las necesidades o deseos insatisfechos dentro de nosotros que esa persona representa”. Es decir, no estás enganchado a quienes son, sino más bien a lo que simbolizan.
“El apego dependiente es la incapacidad de renunciar a un deseo cuando debe hacerse. Y debe hacerse cuando es dañino para tu salud mental, tu calidad de vida o cuando altera tu conducta por cualquier razón”
Walter Riso, Psicólogo Clínico y especialista en Terapia Cognitiva.
De hecho, algo que dificulta el proceso de desengancharse de una persona es que quizás seas más propenso a caer en esa conducta por tu capacidad de autonomía (o más bien, la falta de ella), cuenta Mansukhani. A lo mejor no sabes estar bien solo y tu miedo básico (aunque muchas veces inconsciente) es ser abandonado real o emocionalmente. Es probable que te suelas olvidar de tus propias necesidades y te centres más en las de los demás. De ahí que te cueste decir que no y priorizarte a ti. Pero, tranquilo, porque aunque esto también puede deberse a tu tipo de personalidad, es algo que se puede trabajar.
¿Cómo desengancharse de una persona?
Aunque tengas que pasar por un proceso de crecimiento personal, estos consejos de los expertos puedan ayudarte en el camino:
- Entiende qué te está pasando. “Tener esa información te empodera y te da más herramientas”, asegura la psicóloga Silvia Congost.
- Acéptalo. “Esto no significa que no tengamos un afán de mejora, pero sí que no somos culpables por no haber podido controlarlo hasta ese momento”.
- Piensa en qué puedes aprender de esa experiencia. “Cuando aprendes del pasado, algo en ti cambia. Y ese cambio es el que te protege de que vuelvas a vivir lo mismo”.
- Fortalece tu autoestima. “Siempre que nos enganchamos a alguien nuestra autoestima se daña. Y la falta de autoestima es la base de la gran mayoría de problemas que vivimos”. Por eso, tenemos que hacer un trabajo de recuperar esa valía personal.
- Reflexiona sobre tus necesidades insatisfechas. El Dr. Aria recomienda diferenciar entre los rasgos de esa persona que te obsesiona (quién es, qué hace) y los sentimientos que representa (afecto, seguridad, compañía). A partir de ahí tienes que intentar entender que tu felicidad no depende de nadie, solo de ti.
- Controla tus pensamientos espontáneos. “No podemos evitar pensar en alguien. Pero sí podemos añadir pensamientos deliberadamente”, explica el neurocientífico Andrew Huberman. “Uno de nuestros grandes poderes es pensar algo específico, como si lo escribiéramos en un papel. Lleva algo más de trabajo porque dentro del proceso natural de pensamiento insertamos otro, pero funciona”.
- Evita el contacto. “Si sigues mirando sus redes, vas a mantener el circuito que retroalimenta la obsesión” dice el Dr. Bernardo Stamateas. Y si el enamoramiento dura unos 9 meses en su máxima intensidad, aunque desengancharse de una persona no sea fácil, tenemos que dejar que también sea el tiempo el que nos haga recuperar la normalidad.