Las relaciones románticas que se establecen a través de las aplicaciones de citas son tan sólidas como las que se fraguan en persona, según un estudio.
OkCupid, Grindr, Meetic, Tinder, Badoo, Lovoo, Happn, Shakn, Adoptauntio… Más de cuatro millones de personas solo en España recurren cada mes a apps de citas, tanto en formato web como en aplicaciones móviles, para ligar, ya sea con el fin de conseguir una relación esporádica o encontrar una pareja romántica estable, según un estudio reciente llevado a cabo por GfK DAM, empresa especializada en medir audiencias digitales. Hablamos de una cifra que no es moco de pavo, pues representa un 8 % de la población española.
No cabe duda de que las plataformas de citas se han instalado entre nosotros como una forma más de encontrar diversas formas de conexión, especialmente entre los millennials, los zillennials y la generación Z: nueve de cada diez jóvenes las usa con frecuencia o han recurrido a ellas alguna vez en su vida.
Responden a una necesidad social de relacionarse y establecer vínculos afectivos de una manera diferente a la de otras generaciones, que interactuaban en la barra de un bar, moviendo el esqueleto en una discoteca o tomando café en el Vendin de la oficina.
Del rollo de una noche a la media naranja
Para algunos, las apps de citas constituyen una vía para simplemente conocer a alguien sin sentir la necesidad de crear un vínculo sólido y duradero, para tener un encuentro sexual o una historia casual o situationship, mientras que otros buscan una relación estable, a ser posible, la media naranja.
Por otro lado, hay gente que encuentra en internet lo que anda persiguiendo y se siente cómoda en estas plataformas de citas que se nos presentan como un catálogo comercial de individuos entre los que se puede navegar y decidir, con un simple clic, quién nos interesa y quién no.
Otras personas muestran cierta aprensión, respeto e incluso rechazo a chatear con alguien del que a la postre se conoce poco más que cuatro fotos atractivas y una pequeña ficha más o menos honesta.
Víctimas del FOMO y del ghosting
Y no pocas se sienten desilusionadas, tras sufrir repetidos fracasos, ser víctimas del FOMO —el miedo a perderse algo o encontrar algo mejor— o del desagradable ghosting, esto es, que alguien desaparezca de un día para otro dejando en visto y sin contestar un mensaje.
Según un estudio de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, el 72 % de las personas encuestadas había sido víctima del ghosting y, lo que aún es más sorprendente, el 64,5 % lo había realizado en algún momento durante el flirteo digital.
Es por ello por lo que los expertos advierten de que el uso excesivo —un 67 % de los jóvenes las utiliza de manera regular— o inadecuado de las apps de citas —más del 60 % de los jóvenes españoles las consideran adictivas— podría llevar a que algunos usuarios pierdan habilidades sociales y se vuelvan más introvertidos. Además, estas plataformas, por su naturaleza volátil, pueden generar frustración y descosidos en la autoestima de ciertos usuarios.
Casos de éxito de parejas que se conocen en las apps de citas
El 70 % de las personas que se conocen a través de una app de citas inicia una relación amorosa
También fomentan la mercantilización de las relaciones y crean una falsa sensación de que siempre hay alguien disponible para conectar; por ejemplo, una encuesta realizada por la web Casinos-online.es afirma que tres de cada cinco jóvenes sienten la necesidad constante de encontrar nuevas personas, a pesar de cosechar con frecuencia flirteos exitosos.
Las aplicaciones de citas pueden ser una oportunidad o, como ya se ha mencionado, una experiencia frustrante, dependiendo de cómo se utilicen y las expectativas con las que la persona se encara a ellas. En la misma encuesta llevada a cabo por Casinos-online.es, nos topamos con que casi el 70 % de las personas que se conocen a través de apps de citas inicia una relación amorosa, aunque no siempre llegue a ser algo duradero.
Por otro lado, aquellos que persiguen el amor auténtico tienen un 52,12 % de probabilidades de establecer una relación seria a través de estas plataformas.
Relaciones románticas de alta calidad
Pero ¿las relaciones románticas que nacen en las apps de citas tienen la misma calidad que las que se fraguan a la vieja usanza? Un reciente estudio publicado en la revista Social Sciences sugiere que la calidad de las relaciones románticas iniciadas a través de apps de citas no difiere significativamente de las que se establecen mediante viejas costumbres.
Estos resultados cuestionan la persistente percepción social de que las relaciones basadas en fórmulas digitales son intrínsecamente menos genuinas o significativas. Los críticos argumentan que estas formas de buscar pareja pueden dar prioridad a la atracción física sobre la conexión emocional o verse obstaculizadas por problemas como la falta de honestidad en los perfiles online y la tendencia a idealizar a los posibles pretendientes, advierten los autores del trabajo en Social Sciences.
Mickey Langlais, profesor del Departamento de Ciencias Humanas y Diseño de la Universidad Baylor, en Estado Unidos, y uno de los firmantes del artículo, estaba interesado en saber por qué la gente acude a las apps de citas para encontrar una relación romántica. A pesar de la mala fama de la que gozan estas plataformas, muchos de sus alumnos y amigos le confesaban haber conocido a sus parejas a través de ellas.
Parejas online vs. parejas cara a cara
Dada esta paradoja, Langlais se planteó comparar el grado de satisfacción de las parejas en función de si se habían conocido en persona o en entornos digitales. Para resolver el enigma, Langlais y sus colegas Lyra Toohey y Arielle Podberesky, de la Universidad Estatal de Florida, reclutaron a 233 estudiantes universitarios con diferentes orientaciones sexuales para completar una encuesta online sobre sus experiencias sentimentales.
Entre ellos, 120 participantes mantenían en ese momento una relación romántica, mientras que 169 habían experimentado un romance con anterioridad. De ellos, 34 conocieron a su pareja a través de una app de citas, mientras que 86 la conocieron en persona. Del mismo modo, veintinueve encuestados declararon haber conocido a su pareja anterior a través de una app de citas, frente a 140 que sintió el flechazo en persona, cara a cara.
Para medir la calidad de las relaciones, los investigadores utilizaron el llamado inventario de componentes de calidad percibida de las relaciones, que evalúa aspectos como la satisfacción, la intimidad y la confianza. Los participantes puntuaron sus relaciones actuales o pasadas en una escala del 1 (baja calidad en la relación) al 7 (máxima calidad en la relación).
Normalización de las apps de citas
A continuación, el equipo de investigación realizó análisis estadísticos con el propósito de comparar la calidad de las relaciones de los que se conocieron por internet frente a los que se conocieron en persona.
Pues bien, Langlais y sus colegas no hallaron diferencias significativas en la calidad de las relaciones amorosas en función de si fructificaron en línea o cara a cara. Tanto en las relaciones actuales como en las pasadas, los participantes que conocieron a su pareja a través de apps de citas expresaron niveles de satisfacción, compromiso y pasión comparables a los de quienes se conocieron en persona.
Los investigadores creen que esta paridad podría deberse a la disminución de los estigmas en torno a las citas por internet y a la creciente normalización de las apps de citas como herramienta para encontrar pareja. En palabras de Langlais, las generaciones más jóvenes ven cada vez menos los encuentros románticos en los que media una aplicación digital como un tabú o algo vergonzoso.
Comunicación, la compatibilidad y el compromiso
El trabajo también pone de manifiesto que las relaciones sentimentales evolucionan de manera similar independientemente de cómo florezcan, ya sea con un match en Tinder que acaba en una cita o tras dejar el número de teléfono apuntado en una servilleta de la cafetería.
Langlais, Toohey y Podberesky señalan que factores como la comunicación, la compatibilidad y el compromiso pueden desempeñar un papel más importante en la calidad general que el método empleado por Cupido para lanzar sus flechas.
También hacen una precisión sobre las motivaciones que impulsan a una persona a darse de alta en una app de citas; cómo quiere relacionarse, qué ofrece de su persona y qué busca compartir. La gente que usa estas plataformas con el propósito explícito de entablar relaciones serias podría tener más probabilidades de reportar relaciones de alta calidad en comparación con aquellos individuos que solo persiguen encuentros casuales, cultivar su autoestima o simplemente divertirse, dice Langlais.
El estudio pone en tela de juicio la idea de que las relaciones que se forman en línea son intrínsecamente menos auténticas o satisfactorias que las que se inician en persona. Sin embargo, existen algunas limitaciones.
«La muestra del estudio eran estudiantes universitarios de una sola universidad, por lo que no podemos generalizar estos resultados a otras poblaciones. Se necesitan más estudios para replicar esta investigación con otros grupos demográficos»
Mickey Langlais, profesor del Departamento de Ciencias Humanas y Diseño de la Universidad Baylor, en Estado Unidos
Ahora está trabajando con Hannah Grace Lee, estudiante graduada en Salud Pública de la Universidad Duke, para explorar de qué modo el uso de apps de citas afecta a las constantes vitales de los pretendientes, como la frecuencia cardiaca y la presión arterial.