¿Eres un workaholic? Esto es lo que hay detrás de tu adicción al trabajo (y la mejor forma de superarla) según los psicólogos

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Qué hacer si eres adicto al trabajo según los expertos

Si te quedas en la oficina hasta las tantas, te sientes mal cuando no estás trabajando y te obsesionas con cada proyecto, ¡cuidado!, porque quizás eres un adicto al trabajo. 

Las horas extra se han convertido simplemente en horas y el estrés es la nueva insignia que crees que te colocará por encima de los demás, como si por ser un adicto al trabajo te diesen una medalla de oro. Un nuevo enganche que te lleva a decir “miradme, soy exitoso y estoy siempre ocupado”, cuando realmente más que el precio del éxito es una receta segura para estar agotado física y mentalmente. Y es que en una cultura donde el “trabajo duro” es aplaudido, ¿cómo puedes luchar contra esta adicción si en una constante búsqueda de la hiperproductividad, el mundo parece conspirar en tu contra? ¡Te lo cuentan estos expertos!

Qué es el «workaholism»

La terapeuta Mariana Bermúdez explica que la adicción al trabajo “es el resultado de una visión distorsionada de la sociedad”. Cuenta que se trata de una condición especialmente evidente en el mundo corporativo. “En las empresas se suele ver mal que te vayas antes o incluso a tu hora. Mientras que el que se queda hasta tarde, no se coge nunca días libres, parece que tiene el premio al más trabajador”. Aunque esto no quiere decir que sea el más eficiente

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“Tampoco es de extrañar ver estas mismas dinámicas entre autónomos y pequeños empresarios que, con el objetivo de levantar su PYME o start-up hacen jornadas de trabajo sin descanso, autojustificándose que es la única manera de crecer”. Pero como todas las adicciones, la adicción al trabajo es un comportamiento irracional y compulsivo. Eso sí, la experta diferencia entre tener una afinidad por tu trabajo, es decir, estar ilusionado y ser un apasionado de lo tuyo. Y las personas que no encuentran ningún otro placer en la vida que no sea trabajar y para las que su valor personal está totalmente ligado a su posición laboral. El clásico “sin trabajo no soy nadie”. 

¿Qué ocurre entonces? Pues que al final estamos hablando de personas que hacen jornadas exhaustivas (incluso los fines de semana) y para las que se vuelve costumbre sacrificar horas de sueño. Se estresan cuando están de vacaciones o fuera del trabajo porque sienten que deberían estar trabajando (para variar). Se obsesionan con sus proyectos y es lo único de lo que hablan. Tienen miedo a fracasar en lo profesional y comportamientos paranoicos respecto a la competencia. Si estás haciendo check en todas las casillas, eres un workaholic

Rasgos de personalidad de un workaholic

El porcentaje de workaholics en España ha ido escalando en los últimos años hasta rondar el 10%. Y lo curioso es que se trata de personas que “no tienen la capacidad de controlar su voluntad, ya que su inconsciente las impulsa a trabajar en exceso”, explica Tulio Monsalve, psicólogo industrial y experto en negociación y conflictos. A esto, Emma Garcia, coach ontológico-empresarial, añade que el adicto al trabajo es alguien que trabaja más de lo que debería pero con horas autoimpuestas. “Tiene que ver con un trastorno psicosocial que te lleva a trabajar más de la cuenta haciendo que se deteriore tu área social, familiar y de pareja y que puedas acabar aislado”. 

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A todo esto se suma que los workaholics son personas muy perfeccionistas y eso quiere decir que nunca están del todo satisfechos con los resultados. “Siempre puede quedar mejor”. Aquí, Ricardo Iván Nanni Alvarado, presidente de la Sociedad de Especialistas en Salud Mental y Adicciones, añade que hay una clara conexión entre esas personas que siempre querían sacar dieces en el colegio y los que ahora son adictas al trabajo. “Hablamos de rasgos de personalidad obsesivos. Son personas que desde la etapa estudiantil tienen este perfil autoexigente y que además suelen presentar otros rasgos como el trastorno depresivo mayor o el trastorno de ansiedad generalizada”. 

¿Por qué soy adicto a trabajar?

Según explica el doctor Adrián Cano, especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, los workaholicsrumian muchísimo acerca del trabajo y el éxito profesional. Y lo ponen por encima de todo lo demás, incluso llegando a tener pensamientos obsesivos”. 

Entre las motivaciones que pueden convertirte en un adicto al trabajo está el deseo de destacar o lograr más beneficios económicos. Eso sí, lo que verdaderamente hay detrás de esta adicción según los expertos es un pelín más profundo. “La persona necesita ser validada por el trabajo porque tiene una incapacidad emocional. Busca esos espacios en los que le digan ‘sin ti las cosas no funcionan’ porque no ha podido validarse como ser humano. De ahí que necesite trabajar y estar siempre ocupado”. También hay gente que se desespera sin hacer nada y el trabajo es la forma que eligen para entretenerse. Y por otro lado, puede deberse a un vacío existencial. “Hay algo de lo que estás huyendo. Y tu primera vía de escape, que encima socialmente está bien vista, es trabajar”, explica la terapeuta Mariana Bermúdez. 

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Al final, hablamos de que la adicción es un refugio que usamos para bloquear una serie de sentimientos que no hemos querido atacar de otro modo. Podría ser la forma de enmascarar una depresión, la ansiedad, para no tener que lidiar con un duelo o por problemas familiares. Aunque irónicamente esta misma condición también puede ser la causa de esas relaciones fracturadas

Consecuencias de ser un workaholic

Para empezar, “no hay evidencia de que trabajar más horas se traduzca en un mejor resultado en el trabajo”, según Sarah Green Carmichael en Harvard Business Review. De hecho, esta tendencia de trabajar excesivamente es contraproducente, tanto para las empresas como para los equipos de trabajo y profesionales independientes. Cometes más errores y pierdes la capacidad de enfoque y concentración. Y está demostrado que “el trabajo estratégico y creativo funcionan mucho mejor cuando la mente está despejada y relajada”. Por eso, además de tener consecuencias en el propio lugar de trabajo, también se ha comprobado que tiene muchas desventajas para el bienestar físico y mental de la persona.

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“Científicos encontraron que aquellas personas que trabajan más de 50 horas a la semana tienen una peor salud física, entre otras cosas, porque se saltan más comidas”. Además,  tienden a ir con más frecuencia al médico por problemas como gastroenteritis, colon irritable, migrañas o cefalea. Aquí, Monsalve añade que el workaholic “termina sufriendo de ansiedad, irritabilidad, insomnio, y una persona que trabaja así tiene baja productividad”.

Lo peor de todo es que se trata de algo que está bien visto socialmente. “Es difícil condenar a alguien porque trabaje mucho”, comentan los expertos. El problema realmente está en que “la valoración del trabajo no es la adecuada”. Algunas investigaciones afirman que en aquellas culturas en las que la cima de la pirámide de valores está centrada en el desempeño laboral y la cultura del esfuerzo es donde más se ven casos de adicción al trabajo. Por ejemplo, en Japón tienen incluso el concepto de “Karoshi”, que significa muerte por exceso de trabajo. 

¿Hay similitudes entre la adicción al trabajo y la adicción a las drogas?

Martha Suescún, psicóloga y especialista en prevención y tratamiento de conductas adictivas, cuenta que tenemos adicciones tóxicas, como el alcohol y las drogas. Y otras que son comportamentales, como la adicción al juego, al sexo, a la tecnología o al trabajo. ¿En qué se parecen? “La persona adicta pierde el control de la situación”. En el caso del trabajo, pierde mucho más tiempo trabajando en exceso, se desvincula de su familia y de su área social. Como hemos visto antes, esto también le lleva a obsesionarse por dicha labor. Pero con el añadido de que “no reconoce que tiene un problema”. Lo que sí ocurre es que sufre consecuencias negativas directas como el bloqueo emocional o la tendencia a ser mucho más reactivos.

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Ricardo Iván Nanni Alvarado explica que “la adicción al trabajo comparte muchas áreas neurobiológicas con el resto de adicciones comportamentales”. Mientras que Link Christin, consejero certificado en drogodependencias cuenta que “lo que ocurre en tu cerebro a nivel fisiológico si tienes una adicción al trabajo, es muy similar a las fisiologías de consumo de drogas”. En ambos casos desarrollamos una tolerancia y pasamos por un síndrome de abstinencia. Ese momento en el que estás de vacaciones o incluso fuera de la oficina y piensas “me siento mal porque debería estar trabajando”. Otro punto común es que estas personas se dan cuenta de que son workaholics cuando sufren consecuencias tangibles de ello. “Igual que un alcohólico, que empieza a darse cuenta de que realmente tiene un problema cuando repercute en él y en su ámbito social y laboral”. 

Cómo evitar o superar la adicción al trabajo

Por muy “atractivo” que pueda parecer ser tan, tan, tan trabajador, tener una adicción al trabajo eventualmente acaba en burnout. Y, según los expertos, no es algo sostenible a largo plazo. 

Teniendo en cuenta que se puede dar en personas que no tienen aficiones fuera del trabajo y sustituyen estos vacíos con horas laborales, uno de los consejos de nuestros expertos es “tratar de buscar proyectos personales que nos ayuden a cultivar otros intereses más allá de lo profesional”, comenta el Doctor Adrián Cano. Es muy importante esforzarse por llevar una vida social más activa, estrechar lazos con nuestra pareja y familia. “También hay personas que han pasado por un despido, quiebra o un proyecto fallido y suelen refugiarse en otro trabajo obsesivamente para reparar esa parte dañada de su autoestima”. En esos casos, es importante trabajar en nuestro amor propio y no dejar que únicamente el trabajo nos defina

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La regla del 8 y el método de las 3L

La psicóloga Montserrat Camacho recomienda, por su parte, la regla de las 8 horas. “8 horas para descansar, 8 horas para disfrutar y 8 horas para trabajar”. Cuenta que después de la pandemia y con la opción del teletrabajo, la jornada se ha extendido y en casa terminamos trabajando más horas. De ahí que sea fundamental “crear un horario para hacer ejercicio, compartir tiempo en familia, hacer actividades al aire libre, todo lo que nos genere oxitocina, adrenalina y nos haga sentir bien”. 

Mo Gawdat, exdirector ejecutivo de Google y autor de “El algoritmo de la felicidad”, da un consejo que va directamente al core del asunto. “Cuestiónate tus motivaciones y considera el verdadero precio de sacrificar tu felicidad por recompensas externas”. Gawdat recomienda el método de las 3L (limit, learn, listen). “Limita tus estresores externos y si puedes haz incluso un inventario de ellos para intentar minimizarlos al máximo. Aprende nuevas habilidades: sea meditación, a decir que ‘no’, a poner barreras o a ser más organizado a la hora de gestionar tus asuntos. Y escucha a tu cuerpo, mente y conciencia para enfocarte en lo realmente importante”.  Por eso, la próxima vez que ostentes con orgullo que eres un adicto al trabajo, mejor intenta cambiar el chip antes de que este te cambie a ti.