Por qué necesitas unas vacaciones de tus vacaciones

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No es extraño regresar del periodo vacacional y darte cuenta de que ahora necesitas descansar más que cuando comenzaste el mes de junio. Descubre por qué y cómo evitarlo.

Es bastante probable que acabes de regresar de las vacaciones y que ya estés pensando «necesito unas vacaciones de mis vacaciones«. Sí: las meta holidays. Los motivos son diversos. Para comenzar, según el estudio de Cigna Healthcare “Cigna Well-Being 360”, el 67% de los españoles afirma que es incapaz de desconectar del trabajo durante las vacaciones de verano. Esta situación puede deberse a la presión que sienten de responder a correos electrónicos y atender llamadas laborales en días de descanso. Esta incapacidad para liberarse de las preocupaciones laborales y disfrutar adecuadamente de las vacaciones se conoce como “síndrome de la tumbona”, una condición que impacta en la salud mental, generando estrés y ansiedad. En ocasiones extremas hay personas a las que incluso les llega a afectar al sueño, al apetito y a la claridad para pensar. No sólo el “síndrome de la tumbona” amenaza con perturbar la paz mental, sino que también abre paso el agotamiento laboral conocido como «burnout». Este agotamiento, que encuentra sus raíces en la incapacidad de desconectar, no sólo impacta en la vida personal, sino que también se filtra en el entorno laboral, generando errores, conflictos, absentismo y un declive en la eficiencia.

El estrés vacacional

Las vacaciones, si bien han sido concebidas para descansar y recargar pilas, pueden convertirse paradójicamente en una fuente de estrés adicional. El acelerón de los últimos días, así como la drástica parada de actividad, generan frecuentemente una sensación de vacío. En otros casos, tanto el uso de las nuevas tecnologías, las cuales nos permiten seguir conectados, como la situación de incertidumbre económica que genera miedo por perder el empleo, nos impiden desconectar del trabajo, lo que influye negativamente sobre nuestro ánimo y descanso.

Además, generamos durante todo el año unas expectativas sobre las vacaciones alimentadas por las redes sociales, que pueden crear mucha frustración si los planes vacacionales no son como los que vemos en Instagram o la convivencia en familia no resulta idílica. Para ello es fundamental no postergar la felicidad al momento vacacional y cuidarse durante todo el año. La clave no es nueva; hay que realizar actividades que ayuden a relajarse y a reducir el estrés, facilitando así el retorno a la rutina”, explica Ana Sánchez de Miguel, directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare.

El «efecto let-down” y la “depresión de la tumbona”

Esto no repercute sólo en nuestra salud mental, sino que puede llegar a hacerlo en la física. Un concepto interesante en psicología con respecto a este tema es el «efecto let-down», que ocurre cuando finalmente nos relajamos después de un periodo de estrés o trabajo duro y enfermamos. No es que trabajar nos estuviera protegiendo de ello, sino que, probablemente, nuestro sistema inmunológico estaba activado haciendo que estuviéramos más combativos ante las enfermedades.

Otro de los motivos de la “depresión de la tumbona” es el hecho de sentirse mal al no tener una actividad programada, algo normalmente relacionado con la «adicción al trabajo» o la dificultad de desconectar de las responsabilidades. Para algunas personas, estar sin hacer nada resulta muy complicado, pudiendo no encontrar sentido a su vida o no sintiéndose capaces de centrarse en el momento presente. Para otras, la actividad es un mecanismo de defensa, que trasladan también a las vacaciones, terminando por convertirlas en un no parar. Todas estas causas nos llevan a pensar que, en lugar de ver las vacaciones como un interruptor que apagamos, lo más adecuado sería abordarlas como una oportunidad para cambiar a un ritmo más lento, dándonos permiso para adaptarnos a él. Además, es fundamental contar con una serie de recursos para prevenir el estrés vacacional y mantenernos saludables durante el descanso:

1. Maneja tus expectativas. Las vacaciones son un tiempo para vivir a otro ritmo en el que hay que tomar decisiones de qué hacer o qué no hacer. No estás obligado a hacer viajes fabulosos ni a tener todos los días experiencias idílicas. Lo realmente importante es vivir el momento presente.

2. Mantén una rutina flexible. Aunque estés de vacaciones, tener alguna estructura horaria puede proporcionar una sensación de normalidad y reducir la ansiedad.

3. Practica la aceptación. Permite que tus vacaciones sean un tiempo para relajarte y cuidarte. Trátate bien salgan las cosas como salgan.

4. Conserva los hábitos saludables. Incluye en tus vacaciones el ejercicio físico, una alimentación balanceada y un sueño adecuado.

5. No aglutines tu agenda. Las vacaciones no tienen por qué ser un programa de actividades inacabables. Precisamente su diferencia es el cambio de ritmo, no el ocuparte más que en temporada de trabajo o estudio.

6. Haz posible la desconexión digital. Tómate un tiempo cada día para alejarte de tus dispositivos y simplemente disfrutar del momento. Y, si sientes estrés o ansiedad, es importante reconocerlo, permitirte sentir esas emociones y, por supuesto, buscar ayuda profesional si es necesario.

El perfeccionismo vacacional

Otros motivos por los que es habitual sentir que tenemos que descansar de las vacaciones es que tenemos demasiadas expectativas volcadas en ellas, pues las redes sociales, esa hipérbole de la felicidad edulcorada y artificial, hace que sintamos que cada momento ha de ser memorable. Lamentablemente, bien sabemos que eso no es siempre así, pero la presión por ser feliz 24/7 termina por hacer el efecto contrario y por condenarnos a una angustia constante. El perfeccionismo vacacional puede provocar altos niveles de estrés, infelicidad y decepción si no todo sale según lo planeado.

Por lo general, las personas perfeccionistas tienden a intentar que cada actividad salga perfectamente, pero en realidad no lo hacen necesariamente por ellos mismos, sino para los demás. Como bien sabemos, los preparativos implican grandes exigencias y en ocasiones, la necesidad de que todo salga bien termina por borrar el disfrute. No es lo mismo el que quiere unas vacaciones disfrutables y el que busca unas vacaciones perfectas, porque a los primeros en realidad no les molesta cuando las cosas se salen del carril. De hecho, saben ver cada desviación con humor, mientras que los perfeccionistas empedernidos son incapaces de focalizar la atención en la diversión.

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Cómo evitar el síndrome de las meta vacaciones

Sobre la necesidad de necesitar vacaciones de las vacaciones ha escrito Angela Ma. Alejandro, responsable de Gestión del Talento Humano, Selección, Desarrollo Organizacional y Bienestar Laboral, en LinkedIn, donde da unas pautas para evitar que el regreso sea un jarro de agua fría:

1.- Cuida de tu salud con descanso previo, trata de llegar a casa mínimo 24 horas antes de incorporarte a tu trabajo e intenta dormir siestas durante ese día. Así, ecuperarás energías.

2.- Intenta volver a tu rutina de casa antes de volver a la rutina al trabajo. Somos seres de costumbres, ¡tu cerebro se pondrá activo y te lo agradecerá!

3.- Recuerda los momentos memorables de tus vacaciones, ¡¡recupera el control!! Esto te permitirá sentirte con energía y más positivo para enfrentarte a tu primer día.

4.- Llega, toma tu respectivo café (para los coffee lovers) y ojea tu agenda inmediatamente. Es útil revisar todas las actividades de la semana previa a tus vacaciones; ayudarás a tu cerebro a recordar tu realidad y a priorizar las actividades del día.

5.- Mi tip muy personal es planificar tu agenda previamente para ese primer día y evitar en lo posible reuniones estratégicas, revisión de informes y entrevistas con tus clientes internos y símiles. Te recomiendo que te reúnas con tu jefe o tus asistentes -según tu posición- para revisar información siempre en la jornada de la tarde.

Artículo publicado por Marita Alonso

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