Estar en una relación con una persona fría puede ser complicado sobre todo si tú eres muy afectivo. Pero ¿acaso se puede dejar de ser frío? ¿O es que deberíamos cambiar nuestras expectativas?
En una esquina del cuadrilátero del amor, están las típicas “parejas lapa” que no se separan en todo el día, y en la otra, te encuentras tú: pensando en cómo llevar una relación con una persona fría, mientras te preparas para recibir de todo menos un golpe de cariño. “Quizás solo le cuesta expresar sus sentimientos”, se te habrá pasado por la cabeza. A lo mejor es que es un poco borde a veces. O simplemente vuestro lenguaje del amor (ahora que está tan de moda el término) no es el mismo. Pero ¿y si en realidad es mucho más complicado que eso (para variar) y tú también eres parte del problema? Hablamos con María Romero Girón, psicóloga clínica especializada en relaciones, TCA y psicología deportiva, que nos cuenta en profundidad acerca de este tema tan habitual en terapia.
¿Cómo es una persona fría en el amor?
Para entender cómo tratar a una persona emocionalmente distante (y más aún, llevar una relación con ella a buen puerto), primero hay que bajarse al barro y descifrar qué es esto del afecto y por qué lo buscamos en cada esquina. Romero nos cuenta que tiene un carácter totalmente relacional. Es decir, las emociones es algo que sentimos cada uno de manera individual, “pero el afecto tiene que ver con mostrar y asociar esos sentimientos de amor y cariño hacia otra persona, sea una pareja, amigo o familiar. Es un sentimiento de unión hacia el otro”.
La experta explica que “el hecho de que una persona sea más fría o menos cariñosa, en general, está relacionado con sus experiencias pasadas”. Es decir, quizás es un tema de la infancia, de cómo sus padres le han enseñado (o no) a mostrar el cariño. “Hay personas que directamente están habituadas a no ver en su familia muestras de afecto como los abrazos, las caricias o las buenas palabras. Y a lo mejor incluso tienen integrado que lo normal es no mostrar esos sentimientos”. También puede darse si por relaciones de pareja anteriores todavía tienes algún tipo de herida. “Si esa experiencia traumática no se ha trabajado, puede afectar a que en tu próxima relación te cueste mostrar afecto porque has creado una creencia de que puedes llegar a sufrir de nuevo”.
Eso sí, no todo tiene que ver con los fantasmas del pasado. Hay culturas, como la nórdica o la asiática, donde las personas son simplemente menos cariñosas a la hora de mostrar afecto de forma física. O muchas veces también puede estar ligado al tipo de personalidad o a cómo estas muestras de cariño son diferentes entre individuos. Para que nos entendamos, a veces el love language no hace match. Romero explica que “no hay un medidor que nos diga si mi pareja me quiere mucho o poco por el número de caricias que me da” y eso es algo de lo que hay que mentalizarse cuanto antes.
¿Qué hacer si tu pareja es muy fría?
Debemos tener cuidado con esto de “querer arreglar al otro” sin mirarnos primero en el espejo. Y es que en las relaciones de pareja tenemos demasiadas expectativas y muchas veces eso ya no es bueno de partida. “Si tengo la creencia de que la otra persona tiene que mostrar muchas muestras de cariño, voy a sentir frustración si no lo hace”, dice Romero. La experta nos explica que es muy habitual en terapia esa demanda de “quiero que mi pareja sea más cariñosa”. Y es algo que realmente sí se puede trabajar porque en muchas ocasiones tiene que ver más con una falta de comunicación. “Quizás la otra persona está pasando por una etapa de estrés o no existe realmente un tiempo de calidad en la pareja donde haya un espacio para mostrar ese cariño”.
Además, algo que también hay que entender es que se puede mostrar afecto de otras formas que no son solo las físicas. Como con ciertos detalles que muchas veces damos por hecho y también pueden ser una forma de decir ‘te quiero’ (por ejemplo, prepararle su desayuno favorito). Pero, lo importante, además de plantearse cómo llevar una relación con una persona fría es “trabajar por qué existe esa necesidad desmedida de necesitar constantemente tantísimo cariño”.
Romero explica que a veces esa persona que tiene tanta exigencia de ser amada, realmente tiene una falta de autoestima y necesita autoafirmación”. También hay que considerar casos que pueden darse en relaciones de pareja de mucho tiempo. “Si estás con una persona que lleva 15 años sin ser cariñosa, no le puedes cambiar. Pero sí se pueden hacer reajustes para ver por qué yo necesito tanto cariño y por qué a la otra persona le cuesta tanto mostrarlo”.
¿Qué consecuencias tiene llevar una relación con una persona fría?
Ya hemos visto que una cosa es ser frío porque culturalmente o a nivel de personalidad es lo que te caracteriza, pero otra es hablar de una deprivación afectiva. “Se da cuando en la niñez no hemos tenido las suficientes experiencias de cariño y afecto a nivel de calidad y cantidad. Y eso va a repercutir posteriormente en los vínculos a la hora de relacionarnos y de desarrollarnos emocional y socialmente”, explica Romero. Al final, lo que ocurre al mantener una relación con una persona fría, es que el miembro de la pareja más afectivo se lleva un chasco porque se ve obligado a conectar con que sus expectativas acerca de la pareja no se están cumpliendo. Además, también es muy probable que esa persona no se sienta querida y piense que da mucho más de lo que toma. Y esto puede desencadenar en problemas de autoestima.
Y es que según las investigaciones científicas, nos cuenta nuestra psicóloga, las muestras de afecto son fundamentales en una pareja. “Fortalecen la relación, la hacen mucho más sólida y de ahí también que sea más sana y duradera”. Así que esto es algo a tener muy en cuenta. ¡Por el bien común!
¿Se puede hacer que una persona fría se vuelva cariñosa?
Debemos entender que hay muchos tipos de personas frías, con sus circunstancias, peculiaridades y razones de ser. “Algunas lo son porque no han tenido afecto en su infancia y directamente no saben mostrarlo, pero sí pueden y quieren aprender”. Romero cuenta que “es muy habitual la gente que dice ‘siento que tengo afecto pero no sé cómo darlo’. Y ocurre porque el hecho de abrirse a otra persona lo asocian en su cerebro a sufrir”. Es un mecanismo de defensa que se activa para no volver a pasarlo mal.
La forma de trabajarlo también tiene que ver con ponerse en el lugar del otro. “La persona que es más fría tiene que entender lo importante que es para ti que existan muestras de cariño”. Pero tú debes ser consciente que si se trata el problema por ambas partes y la expectativa que tienes de la relación sigue sin cumplirse, quizás es que esa relación no es para ti”. Y si buscas fórmulas mágicas para “convertir” a tu pareja en alguien cariñoso, eso tampoco sería realista. No hay un interruptor que encienda y apague el mood de “oso amoroso”. Pero sí herramientas y procesos más complejos y adaptados a lo que la relación necesita, que se pueden tratar en terapia.
Como siempre, el mundo del amor puede dar mil y una vueltas. Y ahora que entiendes un poco mejor cómo es llevar una relación con una persona fría, quizás sea momento de empezar este nuevo round luchando por ella o al menos sabiendo elegir tus próximas batallas.