Si tu pareja tiene apego evitativo y tú ansioso, es que afrontáis el abandono de maneras diferentes. Por eso, la forma de abordarlo desde la relación, también cambia. ¡Te lo cuentan estos psicólogos!
Gestionar un sentimiento tan complicado y profundo como el amor, a veces se nos hace cuesta arriba, sobre todo si los tipos de apego en la pareja no acaban de hacer match entre sí. Por eso, sabiendo que cada uno va a tener su tendencia a la hora de relacionarse, entenderse el uno al otro y “remar en la misma dirección” va a ser un checkpoint que habrá que superar si quieres que la relación llegue a buen puerto. Y más que seguir peleando por expresar las emociones de forma diferente y a veces sentir que el otro habla en suajili, hay ciertas técnicas que puedes poner en práctica para ser flexible mentalmente y estar más cerca de un apego seguro. ¡Apunta!
¿Cómo es una relación ansioso-evitativa?
“El estilo de apego es la manera que tenemos de vincularnos”, explica la psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja Celia Betrián. Es algo que hemos ido aprendiendo a lo largo de la infancia en función de nuestra crianza y otros factores. “Y debemos aceptar que es parte de nuestra personalidad y no tiene por qué ser negativo”, añade la experta. Además, deja claro que no deberíamos autodiagnosticarnos como forma de justificar nuestros comportamientos ni mucho menos encasillarnos ya que el estilo de apego no lo es todo.
En este sentido, para saber bien qué hacer si mi pareja tiene apego evitativo y yo ansioso, debemos empezar por entender a ambos.
“Los ansiosos han normalizado que para conseguir un mínimo de amor tienen que esforzarse y preocuparse muchísimo. “Y los evitativos se han desconectado emocionalmente de sus necesidades”.
Celia Betrián
Lo que sucede en este tipo de relaciones es que la persona evitativa se aleja cada vez más porque no sabe gestionar la intensidad emocional de la persona ansiosa. ¿Qué ocurre entonces? “La relación está en desventaja porque el evitativo va a estar haciendo esas desapariciones y el ansioso siempre estará en una montaña rusa de emociones en la que sentirá la necesidad de anular su propia intensidad para no asustar a la otra persona”.
¿Qué visión tiene cada tipo de apego sobre la relación?
“La persona con apego ansioso suele ser la que más se preocupa por cómo se comporta su pareja”, argumenta la psicóloga Claudia Nicolasa. “La pareja de un ansioso suele quejarse de que se siente abrumada”, ya sea por celos, desconfianza o dependencia del otro. “El denominador común es el abandono”. Por eso, lo que van a buscar ante todo es evitar sentirse abandonados, tanto física como emocionalmente. Y como te puedes imaginar, la persona con apego ansioso lo que hace es relacionarse desde la ansiedad, incertidumbre, inseguridad y el miedo al futuro. Por eso se aferra al vínculo con la pareja y busca la presencia del otro, demandando atención y cuidados. Parece que para el ansioso, nunca es suficiente. “Nunca termina de sentirse querido del todo y le cuesta respetar el espacio y los límites del otro porque los interpreta como una barrera”.
En realidad, lo curioso es que tanto el apego ansioso como el evitativo parten del mismo miedo al abandono, solo que lo afrontan de maneras diferentes. “El evitativo, en vez de enfrentarse a ese miedo, evita los malos sentimientos y hace como si no existieran”. De ahí que Nicolasa advierta lo difícil que puede ser mantener una relación con un evitativo, ya que precisamente es lo contrario a lo que buscamos en una pareja. “La cercanía, calidez, afectividad, atención, intimidad y compromiso son cosas que suelen echarse en falta en una relación con un evitativo”. Aunque, como siempre, hay diferentes tipos de perfil y nunca hay que generalizar.
¿Cómo son las personas con apego evitativo?
Nicolasa explica que, en cualquier caso, es fundamental diferenciar entre los diferentes perfiles de personas con apego evitativo:
- Evitativos conscientes: “serían personas que no quieren relaciones y que tienen una visión negativa de ellas”.
- Evitativos no conscientes: “son esas personas que no han hecho de su apego una identidad. Aparentemente se relacionan con normalidad, buscan tener relaciones, no tienen una visión negativa de estas ni piensan de manera consciente que las personas les vayan a fallar”.
Pero ¿qué pasa en ambos casos? Terminan apareciendo inconvenientes ya que al final, son perfiles que tienen dificultades para identificar y entender sus propios sentimientos. Y lo más interesante es que para ellos esto no siempre es un problema “porque una persona con miedo a sufrir se va a sentir cómoda y segura en una relación que no tiene miedo a perder”. De hecho, algunas personas evitativas afirman, según la experta, que tienen miedo incluso de tener psicopatía. “Creen que no tienen la capacidad de querer y tienen miedo de ser malas personas por ello”. Las parejas de las personas con apego evitativo, sobre todo si tienen apego ansioso, “podrán quejarse de una actitud poco empática y comportamientos egoístas ya que el evitativo se ha configurado para centrarse en sí mismo y no depender de los demás”, explica Nicolasa.
¿Por qué el apego ansioso y el evitativo se atraen?
Algo muy curioso es que en muchos casos es frecuente que las personas con apego evitativo escojan a personas más ansiosas, emocionales, románticas o incluso PAS, “porque identifican lo que precisamente les falta a ellos”, explica el psicólogo Lluís Rodríguez. Y a las personas con apego ansioso les pasa algo similar. “Cuando ven a alguien muy seguro, sereno, que controla sus emociones y que parece no tener esa inestabilidad emocional, se sienten atraídos porque es lo que necesitan para sí mismos”. Necesitan poder gestionar sus emociones sin sentir ansiedad, tener una relación sin sobresaltos ni angustias. “Es algo muy normal porque siempre nos atrae lo que no tenemos”, afirma el experto.
¿Cómo demuestra el amor una persona con apego evitativo?
Hay que recordar que estas personas tienen muchas dificultades a la hora de exponerse, pero eso no significa que no te quieran. “Se esfuerzan en ser personas válidas, sobre todo al inicio de la relación”, explica Rodríguez. Pueden ser agradables, cordiales y te ayudan en lo que necesites. “Valoran mucho su intimidad y libertad y esta es otra manera que tienen de mostrar su afecto”. Lo que hacen es respetar el espacio de su pareja, incluso apoyando a la otra persona a que haga cosas fuera de la relación, quede con amigos, tenga aficiones, etc. “Simplemente lo que hacen es ofrecer lo que ellos quieren recibir”. El experto cuenta que muchas veces su forma de mostrar su amor es por medio de la amistad, comportándose como muy buenos amigos. “Incluso en situaciones en las que quieren romper la relación amorosa contigo, suelen proponer seguir como amigos”.
¿Qué hacer si tengo apego ansioso y mi pareja apego evitativo?
Una de las mayores fuentes de conflicto en este tipo de relaciones es la comunicación, que es más emocional en la persona ansiosa y más racional en la evitativa. “Es como si hablaran idiomas diferentes y además no entienden por qué la otra persona no le entiende”, explica Rodríguez. De ahí que haya ciertas recomendaciones por parte de los expertos en terapia de pareja para mejorar la relación y saber comunicarse entendiendo la perspectiva del otro.
Si tienes un apego ansioso, haz un trabajo de autoconocimiento
“Para la persona con un estilo de apego más ansioso, aprender técnicas de autorregulación puede funcionar. Pero hay que tener cuidado de no exponerse a determinadas situaciones que sabes que pueden desembocar en esta ansiedad o malestar”, dice Celia Betrián. Si tienes un tipo de apego ansioso, “para ti es realmente insano estar con una persona que se asusta ante tu carga emocional. Tienes que empezar por preguntarte por qué quieres estar detrás de una persona que se esconde cada vez que tú le muestras tus sentimientos”. Tienes que entender que esa es tu manera de vincularte y cuál es tu responsabilidad en el asunto, pero también ten cuidado con las personas que eliges para formar parte de tu vida porque pueden agravar tu estilo de apego. Y lo mismo ocurriría con las personas de apego evitativo pero a la inversa.
Los evitativos deben conectar con sus emociones
“Algo que recomiendo encarecidamente es hacer un trabajo individual para poder conectar con sus propias emociones”. Deben trabajar en su inteligencia emocional y en que una relación no sea algo tan abrumador para ellos. Por supuesto, también es importante hacer un ejercicio de poder comunicar lo que te está sucediendo. “Si sois personas con maneras de discutir diferentes, la comunicación es clave para que podáis llegar a acuerdos”.
Aprende a comunicarte desde tu tipo de apego
“La persona con apego ansioso, cuando se ve en una discusión, lo quiere arreglar enseguida ya que si no, siente que la relación peligra”, dice la psicóloga Natalia Gurdian. Si este es tu caso, lo que recomienda la experta es que suavices tu mensaje, dándole espacio al otro. “Recuerda que para esa persona no es fácil permanecer involucrado emocionalmente en un momento de estrés. Por eso, comunícate de forma asertiva en vez de culparlo”. Si estáis discutiendo, es importante que el cuerpo esté relajado ya que el lenguaje corporal puede decir mucho más que las palabras. Intenta escuchar qué siente y qué necesita la otra persona. Y si tienes apego evitativo, ten en cuenta que detrás de querer resolver el conflicto cuanto antes, hay una intención positiva. “Recomiendo que se den el espacio de al menos 20 minutos separados para relajar el sistema nervioso y luego hablar”.
Intenta soltar la situación
Muchas veces las personas con apego ansioso lo que hacen es poner a la pareja en un pedestal. “Hay que crear una base de amor propio en nosotros mismos primero. Tomarnos más en cuenta, a nosotros y a nuestro bienestar, para poder así responder de forma menos ansiosa a las personas que están a nuestro alrededor”, dice la psicóloga Carla Kuhn. Por eso, la experta recomienda aprender a soltar la situación. Si tu pareja tiene apego evitativo y tú ansioso, es fundamental que sigas trabajando en mejorar tu autoestima para que la relación sea mucho más fluida y ambos estéis un pasito más cerca de un apego seguro.
