Si después de tener relaciones sexuales te sientes mal, irritado, triste o con ganas de llorar, es probable que estés experimentando “DPS”.
Un vacío o una tristeza inexplicable te invade después de mantener relaciones. Estás más abrumado emocionalmente, irritable, te enfadas y simplemente no entiendes a qué se debe ese bajón. Lo cierto es que es mucho más común de lo que piensas y ocurre independientemente de con quién, cuándo y dónde lo hagas. Te puede pasar una vez en la vida o incluso una cada día. En pareja, estando a solas o después del mejor sexo que hayas tenido. ¡Y es totalmente lógico que te deje confundido! Pero tranquilo, porque tiene solución y te la cuentan estos sexólogos expertos.
¿Qué es la disforia poscoital?
“La depresión después del sexo es un problema que se ha conocido con el nombre de disforia poscoital. Aunque no debería llamarse así porque también puede presentarse después de masturbarse”, explica el Dr. Alberto Domínguez-Bali. “Lo cierto es que es mucho más común de lo que pensamos y entre el 41 y el 46% de personas lo han experimentado alguna vez en la vida. Alrededor de un 20% en el último mes y entre el 3% y el 5% de manera regular”.
El problema es que en consulta se ven sobre todo mujeres que acuden por este problema. Pero aunque también ocurre en hombres, estos no van a terapia. “Ellas buscan ayuda y los hombres no manifiestan lo que sienten por vergüenza, por cultura o por lo que puedan pensar los demás”, cuenta la sexóloga Virginia Pérez. ¿Entonces qué pasa con esa disforia poscoital? “Realmente puede ser parte de una emoción del momento”. Si tú tenías altas expectativas en la relación sexual, lo estás haciendo para satisfacer a tu pareja o si lo asocias con algún trauma del pasado, es completamente normal que se genere cierto malestar. Por eso, los expertos aseguran que hay que estudiar el historial sexual y el contexto psicológico de cada uno de manera individual.
¿Cuánto dura la disforia poscoital?
Depende mucho de la persona pero “puede durar desde minutos hasta días”, asegura el sexólogo Ricardo Cuervo. Aunque, por lo general, suele ser un sentimiento de tristeza y desolación puntual que muy raramente se prolonga en el tiempo. “Es algo que a veces no se ve porque no somos conscientes”. No suele ser habitual darse cuenta de que te sientes triste después de tener relaciones y ver que hay un patrón. Sobre todo si te pasa de manera aislada. Pero si empezamos a ser conscientes de cómo nos sentimos, es más sencillo identificar cuándo ocurre y a qué puede deberse.
La duración de la disforia poscoital también dependerá de las causas. Si es por cuestiones químicas del cerebro o si se trata más bien de algo psicológico. “Aunque los estudios reflejan que es más habitual en mujeres que en hombres, también es más común en personas con depresión, ansiedad y estrés”, explica Cuervo. Por lo que son emociones que pueden llegar a confundirse.
¿Por qué me siento triste después de tener relaciones?
Aunque no se conoce del todo bien el porqué, sí hay teorías al respecto. “Todo indica que podría ser debido a causas neuroquímicas. Durante y después del orgasmo, en nuestro cerebro se activan y se inhiben diferentes áreas. Se liberan hormonas encargadas de regular las emociones, como la tristeza, el miedo o la ansiedad”, cuenta la Doctora Noraida Matos. “La amígdala es una de esas glándulas que regula las emociones y su actividad prácticamente desaparece durante el acto sexual. Tras el orgasmo, los niveles vuelven a restablecerse y este aumento repentino de la actividad podría provocar sentimientos de tristeza y angustia”.
Otra teoría es que se deba a cuestiones educativas. “La educación que se haya recibido y las actitudes que se tengan hacia la sexualidad también pueden influir negativamente”, cuenta Matos. Es decir, si se tiene una visión negativa del sexo o se siente culpa, podría aparecer esa sensación de malestar tras las relaciones sexuales. Y algo interesante es que “puede suceder independientemente de la naturaleza de la actividad sexual y afectar a cualquier persona. Aunque la causa no se comprenda completamente, se cree que está relacionada con cambios hormonales, desencadenantes emocionales o factores psicológicos”, explica la Doctora Kate Balestrieri. “Implica un cambio repentino en el estado de las emociones que después de una actividad física intensa y un compromiso emocional, puede hacer que las personas se sientan confundidas o preocupadas por las reacciones causadas por esta disforia poscoital”.
¿Por qué me dan ganas de llorar después de tener relaciones sexuales?
“Hay pocos estudios sobre esto, pero algunos explican que puede deberse a un bajón hormonal. Al tener un orgasmo, liberamos dopamina, oxitocina y adrenalina. Y esto nos puede llevar a sentirnos irritables, con ansiedad y en algunos casos nos lleva a llorar”, dice Cuervo. Aunque hay que distinguir la disforia poscoital del crymaxing. “Es diferente llorar y sentirnos tristes, porque puede haber un llanto después del orgasmo por las mismas sensaciones del orgasmo en sí. Es decir, ‘sentir tanto’ que tu expresión es liberarlo llorando”. Pero sin tener que ser algo negativo.
Otro aspecto de sentirse triste después de tener relaciones “es que no tienes por qué haber tenido un orgasmo para experimentarlo. Podría ser simplemente por cualquier tipo de contacto sexual y para un número muy pequeño de personas, en realidad puede ser tan extremo que te lleva a querer evitar el sexo”, cuenta la sexóloga Vanessa Marin. Es ese pensamiento de “si ya sé que voy a estar triste después, para qué quiero llegar a eso”.
¿Cómo detener la disforia poscoital?
“La idea es fomentar vínculos con nuestra pareja tras la relación sexual y no sentirnos mal si la sensación aparece. Lo mejor que podemos hacer es dedicar unos minutos a hacer el momento más íntimo y afectivo”, recomienda la Dra. Matos. Y por supuesto también “es importante reconocer y validar tus sentimientos. Entender que la disforia poscoital es una experiencia común te puede ayudar a reducir ese sentimiento de vergüenza o aislamiento”, asegura Balestrieri. Además, tienes que contarle a tu pareja cómo te sientes y buscar esa sensación de conexión, incluso si tus sentimientos son difíciles de entender. Si no lo haces, le pueden surgir dudas como “mi pareja no me ama lo suficiente”, “no me cuenta qué le pasa” y esto podría crear problemas en la relación. Por eso, “tómate un tiempo para el cuidado personal, practica mindfulness, journaling o habla con un terapeuta especializado”.
¿Qué es el aftercare en el sexo?
Si te sientes triste después de tener relaciones, la sexóloga Vanessa Marin recomienda encarecidamente el aftercare. Es decir, el cuidado después del sexo. Sería como la clásica conversación de almohada o los mimos de toda la vida. La cercanía, la intimidad física y la conexión emocional te conectan con la otra persona y te hacen sentirte querido. “Por eso, cuando se termina, es importante dedicarle un espacio a la pareja mientras estamos volviendo de esa experiencia. Reconocer cómo te sientes, qué necesitas y qué necesitan las personas con las que estás es muy importante para tener una experiencia placentera y satisfactoria hasta el final”.
Y es que una buena sesión de sexo requiere cuidados tanto físicos como psicológicos. “Los físicos son todos aquellos que tienen que ver con nutrir el cuerpo y recomponerlo después de mantener relaciones”. Pero también es muy importante ocuparnos de cualquier necesidad emocional que surja. “Es el momento para procesar lo que acaba de pasar, así que aprovecha la oportunidad para compartir lo que más te ha gustado o incluso las cosas que te gustaría incorporar próximas veces”. También podéis hablar de temas que no tengan nada que ver con el sexo y simplemente hacer algo relajado juntos. “Pero siempre respetando las necesidades del otro”, aconsejan los expertos. Así, cuando te sientas triste después de tener relaciones, recuerda que podéis convertirlo en un momento de cuidado mutuo, donde la empatía, la comunicación y el respeto son primordiales.