Texto: Jessica Torrado
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, compra Twitter, su red social favorita, por la friolera de 44.000 millones de dólares. Así se ha construido su gran imperio
Elon Reeve Musk, fundador y director ejecutivo de SpaceX y fundador y CEO de Tesla, Neuraling y The Boring Company, se prevé que pasará, con la adquisición de Twitter, a incrementar su fortuna, por encima de los 219 mil millones de dólares.
El 25 de abril de 2022, el propietario de Tesla y SpaceX, decidió que lo mejor para convertir Twitter en otro de sus grandes casos de éxito, era hacerse con el 9,2 % de las acciones totales, pasando así a ser accionista mayoritario de su red social favorita.
La compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, no solo ha dejado a los usuarios de la plataforma y al mercado financiero más que desconcertados, sino que incluso ha “enfadado” a la propia Casa Blanca, que volvió a lanzar un llamamiento al Congreso de los EE. UU, para que aprueben lo antes posible, nuevas regulaciones que obliguen a las redes sociales a rendir cuentas por “todos los daños que causan”.
Y es que, no nos ha cogido desprevenidos que el desenlace de la relación de Musk-Twitter haya terminado (o comenzado, según como se mire) con la compra de esta por el empresario sudafricano. No era de extrañar que, tras su paso por la red, haciendo de la plataforma la mejor herramienta de marketing para sus productos, optase por intentar ganar a toda costa, la batalla con la junta directiva de Twitter por hacerse con la mayoría de las acciones de la compañía.
La primera medida tomada por la junta de Twitter, ha sido paralizar todos y cada uno de los cambios previstos de forma temporal, hasta que no se sepa con más detalle la hoja de ruta a tomar por el nuevo propietario.
Aunque todavía se desconocen cuáles serán los pasos a seguir por Musk, se barajan diferentes escenarios donde el multimillonario pretende reconstruir Twitter, devolviéndole el status de libertad de expresión total y sin censuras. En marzo daba a entender ya, en unos de sus tweets, la intencionalidad de rebajar la moderación de los contenidos abriendo las puertas a una nueva era, donde se permitirá todo (siempre y cuando esté dentro de la legalidad). Esto llevaría a devolverle las cuentas a los que han sido expulsados de la plataforma por ir en contra de las políticas de seguridad y control de Twitter, como por ejemplo Donald Trump, al que el propio Elon Musk demostró públicamente su interés en devolverle su cuenta.
El botón de edición ya era uno de los aspectos que estaban encima de la mesa de la mano de Parag Agrawal, nuevo CEO de la red social después de que Jack Dorsey abandonase el puesto. No obstante, el multimillonario quiso hacer mención de la posible continuidad de esta medida, enviando un tuit a la plataforma y abriendo un hilo sobre el asunto.
El sector de las criptomonedas y los NFT, se mueven en estos días con notables subidas, ya que el hombre más rico del mundo se ha mostrado en numerosas ocasiones, como fuerte defensor de los cripto activos, animando a los inversores a lanzarse al mercado. Y precisamente, otra de las medidas que Musk tiene intención de llevar a cabo, es limpiar la red social de bots y estafas y abrir el algoritmo con la intención de hacer de la red social, una plataforma segura y transparente.
¿Cómo ha construido su fortuna Elon Musk?
Nació en Pretoria, Sudáfrica, un 28 de junio de 1971. Desde pequeño siempre fue educado entre libros y con mucha libertad, quizás por la falta de atención de sus padres en aquel momento, lo que le llevo a desarrollar ciertas habilidades para perseguir sus intereses. Su madre, asesora nutricionista y modelo, tras el divorcio con Errol Musk, se mudó a Canadá para trabajar como investigadora en la Universidad de Toronto y continuar también con sus otras dos profesiones. Su padre, ingeniero de minas en el continente africano, se hizo con una gran fortuna gracias a la extracción de esmeraldas, destreza que, sin duda alguna, Elon heredó de él.
Desde que era un niño, Elon tuvo un gran manejo con los ordenadores, diseñando su propio videojuego a los 12 años. A los 17 años, se trasladó a Canadá para escapar del servicio militar en el régimen del apartheid sudafricano, y asistió a la Universidad de Queens en Ontario. En 1992 se trasladó a la Universidad de Pensilvania, donde realizó sus estudios de Doble Grado en Economía y Física, que finalmente terminaría en Pensilvania.
Luego pasó a Silicon Valley y -por poco tiempo- a la escuela de posgrado. Musk se matriculó en un programa de doctorado en física en Stanford, pero lo abandonó a los dos días. Los jóvenes emprendedores empezaban a darse cuenta de que Internet, una novedosa red de conexiones entre ordenadores, podía ser algo más que un patio de recreo para empollones, y Musk quería probar suerte. Junto con su hermano Kimbal, Musk fundó una empresa llamada Zip2 como directorio de empresas en línea, una especie de páginas amarillas con mapas, dedicada al desarrollo y mantenimiento de sitios web para medios de comunicación, en la cual llego a gestionar casi 200 sites.
Elon y Kimbal reclutaron inversores y contrataron ayuda externa para dirigir la empresa, que llegó a acuerdos con editoriales como el New York Times. En 1999, vendieron el Zip2 a Compaq, un gigante de la fabricación de ordenadores entonces en declive, por 307 millones de dólares. Musk ganó 22 millones de dólares con la venta del Zip2, y enseguida se gastó un millón de dólares en un supercoche McLaren F1. «No es coherente con el resto de mi comportamiento», dijo a la CNN, que filmó a Musk mientras le entregaban el coche en su casa. Un año después, Musk destrozó el coche: intentaba presumir de su aceleración y acabó lanzándolo accidentalmente al aire como un frisbee. El deportivo de un millón de dólares no estaba asegurado.
El día del accidente iba con él en el McLaren Peter Thiel, cofundador de una empresa de pagos llamada Confinity. (Thiel y Musk no resultaron heridos en el accidente).
Musk había invertido sus millones en la creación de otra empresa de banca online llamada X.com. Las dos empresas se fusionaron en marzo de 2000, formando un negocio que acabó convirtiéndose en PayPal. Musk fue nombrado consejero delegado, pero en septiembre, mientras estaba de vacaciones, la junta directiva le despidió y le sustituyó por Thiel, en parte por un desacuerdo sobre el cambio de servidores de la empresa. «No es una buena idea dejar la oficina cuando hay un montón de cosas importantes en marcha que están causando mucho estrés a la gente», reflexionaría Musk más tarde. Sin embargo, Musk seguía teniendo una participación en la empresa. Cuando eBay compró PayPal por 1.500 millones de dólares en 2002, Musk obtuvo una mega-fortuna de 180 millones de dólares por el acuerdo.
En 2002, fundó SpaceX con la misión casi ridícula de colonizar Marte. Al año siguiente, hundió una inversión inicial de más de 6 millones de dólares en Tesla, que entonces no era mucho más que un par de fundadores y una visión de coches deportivos eléctricos. La empresa pretendía aprovechar las nuevas baterías de iones de litio, ligeras y de gran densidad energética, para revolucionar un sector en apuros. En aquel momento, las células de iones de litio sólo se utilizaban en pequeños dispositivos electrónicos, y una de las principales innovaciones de Tesla fue su ampliación, que le permitió crear un vehículo eléctrico con una autonomía mucho mayor que la que habían conseguido los anteriores coches eléctricos.
Aunque Tesla produce menos vehículos que los fabricantes de automóviles tradicionales, como Ford y GM, su valoración se ha disparado mucho más que la de estos.
Musk controla una buena parte de las acciones de Tesla, incluso después de vender casi 12.000 millones de dólares en acciones en los últimos dos meses, aunque el ejercicio de sus opciones de compra de acciones adicionales puede dejarle con una participación mayor que cuando empezó. Nadie sabe si la empresa mantendrá su enorme valoración: si las acciones de Tesla caen, también lo hará la fortuna de Musk.
En la actualidad, Musk posee alrededor del 17% de las acciones de Tesla, valoradas en 175.000 millones de dólares, lo que constituye la mayor parte de su patrimonio neto. Y con el valor de SpaceX flotando en más de 100.000 millones de dólares, según su ronda de financiación de octubre, la participación del 48% de Musk en el fabricante de cohetes, más el dinero en efectivo y otros activos, eleva su patrimonio neto total a unos 266.000 millones de dólares.
También ha invertido su dinero en nuevas empresas. En 2016, Musk fundó The Boring Company, que excava túneles, y la empresa de neurotecnología Neuralink. Ambas valen ahora cientos de millones de dólares. Esas dos empresas más recientes son ejemplos ilustrativos de la mentalidad que creó la fortuna de Musk.
Ambas son empresas muy especulativas: Neuralink intenta desarrollar interfaces telepáticas con las máquinas; The Boring Company pretende revolucionar las infraestructuras.
Según los expertos, no hay muchas posibilidades de que ninguno de las dos resulte rentable a largo plazo, pero la asunción de grandes riesgos es el pan de cada día de Musk. Ese mismo enfoque, lanzar millones de dólares en proyectos imposiblemente difíciles, es lo que hizo que Musk pasara de ser un niño afortunado con una fortuna «punto com» a la persona más rica del planeta. O al menos en el ciudadano privado más rico.
Sin embargo, en cuanto a su vida sentimental, a Elon Musk no le ha ido tan bien como en los negocios. Tras 3 matrimonios, 7 hijos y muchas controversias en el terreno amoroso, el nuevo propietario de Twitter ha finalizado en 2018, su última y conocida relación personal.
Quizás su reciente conocido, síndrome de Asperger, que el propio Elon reveló que lo tenía hace justo año, le ha llevado a obtener no solo grandes éxitos, si no también grandes fracasos. Y es para quien tiene este síndrome, es realmente complicado comprender al resto de las personas, dificultando las interacciones y viviendo de un modo muy diferente la percepción de las situaciones o circunstancias, provocando aislamiento físico y mental y excentricidad.
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