Las fabulosas imágenes captadas por la misión Hope, de los Emiratos Árabes Unidos, sugieren que la composición de este minúsculo satélite es similar a la de la superficie del planeta rojo y suponen un desafío a las teorías existentes sobre su origen
La misión de exploración espacial Hope, concebida en 2014 para estudiar los ciclos climáticos diarios y estacionales, los eventos climáticos en la atmósfera inferior, como las tormentas de polvo, y la variación del clima en las diferentes regiones del planeta rojo, nos ha enviado las primeras imágenes de alta resolución de Deimos, el más pequeño y externo de los dos satélites de Marte (el otro es Fobos).
Arrancada del planeta rojo de un golpe
Las observaciones inclinan la balanza hacia la teoría de que Deimos, llamado así en honor del personaje de la mitología griega nacido de Afrodita y Ares, se formó junto con Marte, y no, como sostienen algunos astrónomos, a partir de un asteroide que fue capturado en la órbita del planeta. El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Dubái, que ha estado implicado en el desarrollo de la misión, ha constatado a través de la red social Twitter la importancia del hallazgo, y ha hecho hincapié en que los instrumentos de la Hope han facilitado la evidencia más tangible de que Deimos fue arrancada de Marte hace millones de años, de modo similar a nuestra luna de la Tierra.
El orbitador Hope fue construido en el Centro Espacial Mohammed bin Rashid, de Dubái. Foto Emirates Mars Mission
Hope, conocida formalmente como Emirates Mars Mission (EMM), realizó un sobrevuelo sobre Deimos, el primero de una serie, el pasado 10 de marzo, a solo cien kilómetros de su superficie. El líder científico de la misión EMM, Hessa Al Matroushi, del Centro Espacial Mohammed Bin Rashid en Dubái, hizo públicos los resultados de la Hope en la reunión de la Unión Europea de Geociencias, que se celebró en Viena el 24 de abril, y recordó la emoción que sintieron él y sus colegas al contemplar las primeras fotos enviadas por la sonda espacial. «Marte estaba en el fondo, y eso fue alucinante, sinceramente», dijo Al Matroushi.
Imágenes de la cara oculta de Deimos
Al igual que ocurre con la cara visible de la Luna, que siempre está apuntando a la Tierra, debido al llamado acoplamiento de marea, Deimos, cuyo diámetro medio es de 12,4 kilómetros, está bloqueada por mareas con respecto a Marte, lo que significa que cualquier observación que se realice desde una órbita baja del planeta rojo o desde la superficie de este siempre resultará ser de la misma cara.
A diferencia de otras misiones que han visitado el planeta rojo, Hope tiene unos parámetros orbitales singulares; su órbita es inusualmente alta y alargada, y alcanza los 43.000 kilómetros sobre la superficie de Marte en su punto más alto. Esto le permite observar a Deimos desde arriba, y obtener así imágenes de su lado oculto.
Deimos es sin duda alguna un objeto escurridizo para los astrónomos. Descubierta por el astrónomo estadounidense en 1877, esta luna irregular presenta un tamaño y unas características orbitales que han limitado durante mucho tiempo su observación. Una dificultad que comparte con su hermana Fobos. Ambas solo se dejan observar en contadas ocasiones, cuando Marte está en oposición y los dos satélites alcanzan elongaciones adecuadas, cosa que concurre, más o menos, cada dos años; y cuando las condiciones son particularmente óptimas, que se dan cada dieciséis años.
El encuentro de la sonda Hope con Deimos arroja nueva luz sobre el origen de esta pequeña luna Gif Emirates Mars Mission
En realidad, el estudio detallado de las lunas marcianas solo ha sido posible durante la era espacial. De hecho, Deimos ha sido fotografiada en primer plano por varias naves espaciales cuya misión principal estaba centrada en el estudio de Marte: por ejemplo, la sonda soviética Phobos 2, que se lanzó en 1988 junto con Phobos 1, nos hizo llegar algunos datos e imágenes de la luna antes de que fallara; y la misión Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), la retrató con exquisito detalle en 2010, y fotografió partes de Deimos hasta entonces desconocidas por la comunidad científica.
Gran parecido con Marte
Ahora, la nave espacial emiratí, de 1,35 toneladas y que se lanzó en un cohete japonés en julio de 2020 y llegó a Marte en febrero de 2021, nos ofrece una nueva visión de la luna marciana. Durante el sobrevuelo del 10 de marzo, el equipo de Hope utilizó los tres instrumentos científicos que viajan a bordo de la nave —dos espectrómetros y una cámara multibanda— para realizar lecturas de la luna, que iban desde el infrarrojo hasta el ultravioleta extremo.
La sorpresa no se hizo esperar: el espectro relativamente plano que recibieron los científicos sugería que el material de Deimos era del tipo que cubre la superficie de Marte, en lugar de la roca rica en carbono que se encuentra a menudo en los asteroides. Hasta ahora se pensaba que la luna marciana se componía de roca rica en carbono, muy similar a la de los asteroides de tipo C (condrita carbonácea). «Si hubiera carbono u materia orgánica [en Deimos], veríamos picos en longitudes de onda específicas», ha comentado Al Matroushi. Cosa que no ha sucedido.
Deimos está hecha del mismo tipo de material que Marte, según sugieren las nuevas observaciones. Foto Emirates Mars Mission
El enigma continúa
El hallazgo arroja luz sobre el misterio del origen de las lunas marcianas, que es motivo de debate desde hace décadas. El núcleo de la polémica está en determinar si Deimos y Fobos son asteroides capturados intactos por la gravedad de Marte, si se formaron in situ, al mismo tiempo que el planeta rojo, o si surgieron a partir de los escombros que surgieron después de que un meteorito chocara contra Marte.
En 2018, un artículo en la revista Science Advances, publicado por la astrofísica Robin Canup y sus colegas del Southwest Research Institute (EE. UU.), apuntaba que la composición de Fobos y Deimos podría ser similar a la de Marte, pero más seca, y que este planeta pudo ser alcanzado en el pasado remoto por un objeto del tamaño del asteroide Vesta, que tiene un diámetro de 525 kilómetros; o del planeta enano Ceres, de casi 950 km de ancho.
Artículo publicado por Enrique Coperías
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