Ya sea por sus dietas y hábitos saludables o por sus relaciones sociales, los habitantes de las Zonas Azules son los más longevos del planeta. ¿Estará el secreto de su longevidad en su dieta?
Las Zonas Azules son aquellos lugares del mundo que tienen la población más longeva debido, al parecer, a sus hábitos saludables. Una alimentación saludable, una actividad física regular, una buena gestión del estrés y una cultura basada en las relaciones sociales son los pilares fundamentales que hacen que estos lugares concentren el mayor número de centenarios.
La denominación Zonas Azules surgió en 2004, cuando el demógrafo Michel Poulain y el médico italiano Gianni Pes descubrieron la población de Barbagia en Cerdeña. A raíz de esta conclusión, marcaron este territorio con tinta azul en el mapa y comenzaron a realizar más investigaciones sobre las características que propician una mayor esperanza de vida en estos lugares.
Más adelante, el investigador estadounidense Dan Buettner quiso determinar cuáles eran exactamente estas Zonas Azules. Como resultado, identificó un total de 5 zonas con estas cualidades. Los sitios marcados en azul correspondían a Ikaria, Grecia; Okinawa, Japón; Cerdeña, Italia; Loma Linda, California y la Península de Nicoya, Costa Rica. Sin embargo, como podemos observar, estamos hablando de poblaciones muy distintas y alejadas entre sí. Entonces, ¿qué es exactamente lo que hace que las Zonas Azules tengan una población más longeva?
El estilo de vida de las Zonas Azules
Los investigadores han observado patrones dietéticos consistentes entre estas comunidades, que incluyen un alto consumo de alimentos vegetales, granos integrales, y un uso limitado de carnes procesadas y azúcares refinados. Pero, ¿qué hace que estas dietas sean tan especiales? ¿Es solo la comida lo que cuenta, o hay más en su estilo de vida que contribuye a su longevidad? Al explorar estas preguntas, desentrañaremos cómo la dieta de las Zonas Azules influye directamente no solo en la longevidad de sus habitantes, sino también en la calidad superior de vida que disfrutan.
El estilo de vida de las zonas azules está basado en una buena alimentación, el ejercicio físico regular, una buena gestión del estrés y una fuerte red de relaciones sociales. Esto va desde hábitos tan sencillos como la siesta propia de las zonas mediterráneas hasta la ceremonia del té de Japón.
El hecho de que las personas que viven en las Zonas Azules vivan más tiempo no es tan relevante como la evidencia de que disfrutan de buenas condiciones físicas y mentales hasta la vejez tardía. La influencia de un buen estilo de vida en el que las relaciones sociales desempeñan un papel crucial, contribuye significativamente a nuestra felicidad y, por ende, a nuestra salud.
Por otro lado, es posible que el clima tenga cierta influencia sobre el bienestar de las personas que habitan las Zonas Azules. Un clima favorable permite una mayor cercanía con los otros y la naturaleza, lo que propicia una interacción social más frecuente.Por el contrario, un clima adverso puede generar estrés y además influirá provocando excesos alimenticios, ya que el frío tiende a aumentar la sensación de hambre.
Dieta de la longevidad
La nutricionista Paloma Quintana (@nutricionconq) nos cuenta que muchos profesionales de la salud y de la nutrición sostienen que la teoría de las Zonas Azules está sobrevalorada si la enfocamos «únicamente a la alimentación».
Quintana apuesta por el modo de vida de estos lugares como la clave en la longevidad de sus habitantes, pero considera que, el llevar una alimentación saludable, sin ser estrictamente vegetariana, «no supone un factor decisivo en la longevidad». Es por ello que muchos expertos desmontan la creencia de que una dieta principalmente vegetal como es la de las Zonas Azules puede alargar los años de vida.
Por otra parte, en estos lugares defienden la idea de realizar ciertas restricciones de la ingesta de alimentos a través del ayuno. Asimismo, es común llevar a cabo la filosofía japonesa de llenar el estómago un 80% de su capacidad sin llegar a los topes para una mejor gestión de la energía.
Con ello, hay ciertos alimentos que tienen un mayor predominio en la dieta de longevidad. A continuación, te mostramos qué alimentos son imprescindibles y cuáles debemos de evitar en la dieta de la longevidad de las Zonas Azules:
Una dieta vegetal y rica en fibra
La alimentación de las Zonas Azules es fundamentalmente vegetal. Está basada en alimentos de temporada y en granos o carbohidratos como las legumbres, las patatas y los cereales integrales. La elección de los alimentos dependerá en gran medida de la zona debido a las condiciones climáticas.
En base a esta dieta principalmente vegetariana, en Cerdeña, suele haber un gran consumo de cereales integrales como la cebada; mientras que, en la península de Nicoya, su preferencia es el maíz. Por su parte, en Okinawa, existe una variedad más amplia en la que predomina el arroz, soja y boniatos.
Otro de los esenciales, especialmente en la isla griega de Icaria, es el aceite de oliva. Este producto, frente a la mantequilla que emplean para cocinar en otros países, puede reducir el riesgo de mortalidad temprana.
Respecto a las legumbres, también dependerán mucho de la zona azul. En el área mediterránea las lentejas y los garbanzos son las favoritas. Sin embargo, en el área japonesa la soja es muy característica de su gastronomía. Sea del modo que sea este tipo de carbohidratos son imprescindibles para aquellos que defienden la dieta de la longevidad.
Proteínas
“La dieta de la longevidad” no está de acuerdo con el consumo de proteínas en exceso; sin embargo, nuestra nutricionista considera que la exclusión de éstas de nuestra dieta no es un factor que favorezca al alargamiento de la vida.
Quintana asegura que, en todo caso, el consumo insuficiente de proteínas puede ser una causa que propicie la mortalidad. La sarcoperia es un síndrome producido por la falta de proteínas y la consecuente pérdida de masa muscular que suele ser apreciable en las personas ancianas que no incluyen alimentos de este tipo en su dieta.
A pesar de que el consumo de carne y pescado es escaso en las zonas azules, sí que lo introducen en pequeñas dosis y momentos especiales. Eso sí, suelen ser productos de calidad en los que alimentos como las salchichas y los embutidos no están incluidos. No obstante, en Okinawa prefieren prescindir de la carne y la sustituyen por el tofu.
En cuanto al pescado, optan por peces pequeños como las sardinas y las anchoas y evitan otros con una mayor exposición a productos químicos.
Bebidas
Las poblaciones de las Zonas Azules beben principalmente agua y recomiendan tomar hasta un total de 7 vasos de agua al día. Mantenernos hidratados ayuda a nuestro flujo sanguíneo y a que nuestros órganos reciban los nutrientes necesarios por lo que esto es clave en la dieta de la longevidad.
Sin embargo, incluyen ciertas excepciones como el café, el té y el vino. Sí, el vino. A pesar de que el consumo de alcohol no cabe en un estilo de vida saludable, los ciudadanos de las zonas azules consideran el vino como una bebida alcohólica que puede llegar a tener numerosos beneficios en nuestra salud.
Por otro lado, tomar té de forma habitual como es propio en Japón puede ser una de los motivos que conviertan a Okinawa en una de esas zonas azules. Esta bebida tiene grandes beneficios para nuestra salud combatiendo el sobrepeso, ayudando a la quema de grasas y siendo un verdadero aliado contra el envejecimiento.
Aparte de estas bebidas, en estos lugares tratan de evitar el consumo de cualquier tipo de refrescos, incluso los que son light o cero. Estas bebidas pueden generar grandes perjuicios en nuestro organismo tales como la obesidad u otros trastornos trastornos metabólicos.
Azúcar en pequeñas cantidades
El consumo de azúcar también es reducido, evitando sobre todo esos alimentos que «ocultan» cierta cantidad de azúcar aunque sea en forma d edulcorantes artificiales y químicos. De este modo, los refrescos, las salsas, los yogures azucarados, las gelatinas sintéticas, etc… serían los últimos alimentos que incluiríamos en la dieta de la longevidad.
El hecho de tomar pasteles, galletas u otro tipo de productos ricos en azúcar en las Zonas Azules suele tener que ver con eventos especiales como una excepción.
Frutos secos
Los frutos secos son el snack favorito de las personas que siguen la dieta de la longevidad. Las avellanas, las nueces o los pistachos son una gran fuente de nutrientes. Además, sus antioxidantes son clave para aumentar nuestra inmunidad y nos permiten conservar una buena salud.
A pesar de que los elementos de la dieta de la longevidad parecen constituir una dieta saludable, nuestra nutricionista cree que debemos de quitarnos de la cabeza la idea de que hay súper alimentos mágicos que puedan convertirnos en inmortales.
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