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Así es el traje espacial que vestirán los astronautas que pisarán la Luna

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La NASA, junto con la empresa privada Axiom Space, de Texas, acaba de presentar el primer prototipo del que será el traje que vestirán los astronautas que formen parte de la misión Artemis III, el mayor programa espacial que existe en la actualidad y cuyo objetivo no es otro que volver a llevar seres humanos a la superficie de la Luna.

Si todo va según lo planeado, en 2025 cuatro astronautas dejarán la Tierra a bordo de una nave Orión y viajarán hasta una órbita muy cercana a la superficie de nuestro satélite, donde les espera el portal lunar Gateway, una pequeña estación espacial modular concebida para convertirse en el centro logístico de la nueva exploración y la futura colonización de la Luna por parte de la NASA. Realizado el acoplamiento y la transferencia de la tripulación, dos de los astronautas descenderán a la Luna en el módulo de aterrizaje HLS (Human Landing System), encargado por la agencia espacial estadounidense a SpaceX, la empresa de Elon Musk. En su interior viajarán una mujer y una persona de color, los primeros humanos que caminarán en la Luna después de que lo hiciera por última vez el comandante de la misión Apolo 17 Eugene Cernan, en diciembre de 1972.

La pareja de astronautas alunizará en algún lugar cercano al polo sur de nuestro satélite —la NASA anunció en 2022 los posibles lugares de alunizaje de la misión Artemisa III, todos ellos dentro de las llamadas islas de la luz, áreas donde la iluminación solar es casi permanente a lo largo del año—, un territorio completamente ignoto para la humanidad y hostil, donde las temperaturas pueden oscilar entre los 50 ºC y los -200 ºC. Es por ello por lo que los astronautas tendrán que estar equipados con trajes espaciales totalmente renovados, que poco o nada tienen que ver con los que vistieron los tripulantes de las misiones Apolo, diseñados a partir de la ropa presurizada que usan los pilotos de aviones de gran altitud, para protegerlos del frío, el calor, la humedad, los micrometeoritos, el fino regolito lunar y las radiaciones solares.

La ciencia ha dispuesto de más de medio siglo para confeccionar el que será el traje espacial de la nueva era de la conquista espacial. Se llama Axiom Extravehicular Mobility Unit (AxEMU), cuyo prototipo de escafandra más avanzado fue presentado en un acto público que se celebró el pasado miércoles en el Centro Espacial Houston, en Texas. Junto a responsables de la NASA participan en el evento expertos de Axiom Space, la firma con sede en Houston que ha desarrollado la nueva vestimenta espacial por la friolera de 228 millones de dólares. «No hemos contado con un traje nuevo desde los que diseñamos para el transbordador espacial, y esos trajes se usan actualmente en la estación espacial, así que, durante cuarenta años, hemos estado usando el mismo traje basado en esa tecnología», dijo Vanessa Wyche, directora del Centro Espacial Johnson de la NASA. En efecto, desde los trajes concebidos para el programa del transbordador espacial, que arrancó a finales de la década de los 60 y se convirtió en la principal prioridad de la NASA en los años 70, no se había desarrollado un nuevo equipo.

El AxEMU que pudimos ver en la presentación y que vestía el ingeniero de Axiom Space Jim Stein, para mostrar su enorme flexibilidad, tiene un diseño modular, preparado para adaptarse a las características físicas de los astronautas, hombres y mujeres, y es negro con adornos naranjas, para ocultar con ellos los elementos del traje que están bajo patente. El color definitivo será el blanco, como el resto de trajes espaciales, ya que refleja la radiación de manera más efectiva mientras se está en el espacio exterior. «[Con este traje] vamos a llevar a la civilización a la Luna y más allá —comentó Michael T. Suffredini, presidente y CEO de Axiom Space. Y añadió—: Estará listo para que los astronautas se puedan enfrentar a los complejos desafíos con los que se toparán en el polo sur lunar y ayudará a enriquecer nuestra comprensión de la Luna, lo que permitirá una presencia humana a largo plazo allí».

No hay que olvidar que nuestro satélite se ha convertido en un objeto de deseo para muchas naciones, agencias espaciales y compañías privadas. En un futuro a no muy largo plazo, la conquista de la Luna se hará realidad, para en última instancia convertirla en un lugar habitable y habitado de manera permanente. Aquella se postula como un lugar para levantar una base permanente habitada que sustituiría, en cierto modo, a la Estación Espacial Internacional, que serviría de catapulta a una posible misión tripulada a Marte. De ella dependerían en buena parte los proyectos de utilizar los recursos naturales de la Luna. La Agencia Espacial Europea (ESA), por ejemplo, está planeando enviar una nave al polo sur del satélite para perforar en busca de hielo y compuestos químicos necesarios para sustentar la vida. Y los minerales de aluminio y titanio podrían utilizarse para crear materiales resistentes con los que fabricar zonas de habitabilidad e incluso bases de lanzamiento. Por otro lado, sabemos que existe agua en la Luna, en concreto, en el fondo de los cráteres de las regiones polares, donde jamás da el sol y no superan los -156 ºC. Estos reservorios del líquido vital podrían servir de recurso hídrico en futuras misiones, tanto para el consumo humano como para producir combustible separando el oxígeno del hidrógeno. De ahí se explica que el polo sur de la Luna esté en el punto de mira de las agencias espaciales y constituya un territorio estratégico cuya exploración se disputan las grandes potencias, como Estados Unidos y China.

La conquista de la Luna es impensable sin un equipamiento que, por un lado, proteja a los exploradores de los peligros de los entornos hostiles y, por otro, les brinde la movilidad y libertad necesarias para acometer las tareas. En este sentido, el AxEMU es un alarde tecnológico. Su movilidad ha sido tremendamente mejorada con respecto a los trajes anteriores: pesa solo 55 kilos, unos 25 kilos menos que los trajes que se enfundaron Neil Armstrong, Edwin Buzz Aldrin o James Irwin. El traje de Axiom Space, además de contar con componentes duplicados, con el fin de mitigar los posibles fallos que se puedan producir y facilitar así un regreso seguro a la nave, posee unas articulaciones innovadoras que procuran un mayor rango de movimientos y permiten caminar sobre la Luna de manera más cómoda que las de los astronautas del siglo XX: ya no caminarán dando saltitos. Debido a sus numerosas articulaciones, el traje no se puede poner y quitar de forma sencilla. En efecto, los astronautas tendrán que ponérselo entrando a través de una suerte de escotilla situada en la parte trasera.

Por último, el AxEMU cuenta con una mochila equipada con sistemas de soporte vital, luces y una cámara de alta definición montada en la parte superior de un casco, en forma de burbuja, para que las personas en la Tierra puedan ver lo que nuestros astronautas hacen en la Luna. Y no le falta el tradicional pañal, por si fuera necesario echar mano de él durante las seis horas que durarán los paseos y las operaciones en la superficie lunar.

Artículo publicado por Enrique Coperías

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