No todo es lo que parece. Y en el campo de las emociones tampoco. La tristeza surge a partir de ciertos sucesos trágicos para las personas, pero también puede aparecer de la nada. Si te has preguntado por qué te sientes triste sin razón, igual tienes que cambiar el interrogante: ¿qué es lo que realmente esconde tu tristeza?
No te vuelvas loco buscando un porqué. Todos alrededor sufren tragedias que suponen momentos duros. Sin embargo, tú, que podrías enumerar una lista con todo cuanto se puede para ser feliz, sientes que las emociones negativas se apoderan de tu mente. Es entonces cuando te paras a pensar: ¿por qué me siento triste sin razón? y ese es el momento en el que debes replantearte cuál es tu pérdida, es decir, qué te falta que era fuente de tu bienestar y se ha quedado por el camino.
¿Por qué me siento triste sin razón?
Aunque no las detectes, en el fondo, muchas de nuestras vivencias pasadas o presentes condicionan nuestro estado de ánimo y lo hacen generándonos emociones de malestar que llegan sin previo aviso. Estas son algunas de las razones que podrían estar generándote tristeza y que deberías atender.
Inseguridad
Un sentimiento prolongado en el tiempo de inseguridad o falta de autoestima provocan vulnerabilidad, y a la vez, una situación en la que es difícil entender y gestionar la tristeza. En estas ocasiones, no hay margen ni espacio para aceptarla, sino que, por una especie de regla no escrita, hay que continuar hacia adelante sin titubeos.
Es un disfraz
Aunque no sea una emoción precisamente típica de carnaval, la tristeza puede presentarse “a modo de disfraz”, dando la cara por otra sensación que aún no has podido externalizar. ¿Qué quiere decir esto? El sentimiento de tristeza se ha activado porque realmente existe una emoción secundaria que necesitas expresar. En estas circunstancias es difícil entender qué es lo que está pasando, y te darás cuenta de que estás en este punto porque llorar suele aliviarte por un período breve de tiempo y no definitivo.
Es un instrumento de manipulación
Puede que no seas consciente, y es lo más probable, de que la tristeza se ha apoderado de ti y, de repente, ha tomado las riendas de tu vida. Es ella quien te dirige y aparece como una herramienta que utilizar para conseguir algo del resto. Tú no te das cuenta, pero como instrumento te ha funcionado en algunas ocasiones, y decide activarse para repetir el patrón que genera en ti la consecución de cualquier cosa que provoque en ti un impacto positivo.
Pérdida o abandono
Si la tristeza lleva en ti desde un momento que ni siquiera eres capaz de delimitar, sería bueno que echases un vistazo al pasado para poder reconocer si has sufrido alguna situación de pérdida, abandono u otra circunstancia intensa que es el verdadero desencadenante de tu malestar. Si esta pérdida se dio en las primeras etapas de tu desarrollo cognitivo es normal que no hayas entendido qué sucede, pero no por eso significa que no lo sientas.
Función de espejo
Por otra parte, si te has planteado “por qué me siento triste sin razón” párate un momento y analiza. Mira a tu alrededor: a tus progenitores o tu círculo más cercano. También es habitual que la tristeza surja como reflejo en el que, de pequeños, hayamos sido influenciados por la tristeza de otro ser querido. Si un padre lleva mucho tiempo mostrándose triste y no es capaz de explicar este estado a su hijo, es probable que la tristeza actúe en él con un efecto espejo, donde se vea reflejada.
Sin embargo, aunque todos estos pueden ser motivos por los que te sientes triste sin razón aparente, es frecuente que algunas pérdidas, no solo físicas, estén incidiendo en tu estado de ánimo. ¿Qué es eso que has dejado de hacer y te hacía bien emocionalmente? Piénsalo.
Consejos para superar la tristeza
Aceptación
El primer paso para superar la tristeza sin cuestionarla en exceso es aceptarla.
Identifica su origen
Tanto si el problema está o no en ti, lo cierto es que lo sufres tú, así que, tienes que autoanalizarte para entender el origen de este sentimiento y poder actuar desde la raíz de la cuestión.
Obliga a tu motivación
No esperes a tener ganas para hacer cosas positivas, tienes que crear las ganas y así este ciclo se convertirá en un círculo vicioso.
Autocuidado
Practicar el autocuidado, hacer ejercicio y establecer hábitos saludables siempre tiene un impacto positivo en la salud mental y en el bienestar personal.
Alimenta tus estímulos
Practicar y descubrir intereses puede marcar la diferencia en tu estado de ánimo. Una vez identifiques qué es lo que te haría bien y establezcas metas y propósitos que conseguir, será pan comido.
Mejor fuera que dentro
Externaliza lo que te sucede. No te guardes tus sentimientos, y menos la tristeza si no identificas su causa. Hablar con alguien de tus sentimientos puede ser muy beneficioso incluso solo para desahogarte, sin que los demás lleguen a entenderte. Y si no, escríbelo. Hablar con tu círculo y contigo mismo puede ser de gran ayuda.
Mantente positivo
Sé que decirlo es más fácil que hacerlo en estos casos, pero evita la frustración al no entender por qué te sientes triste sin razón. Piensa que esto solo es un momento que traerá algo bueno para ti y trata de enfocarte en lo bueno que tú puedes aportar en esta situación. Localiza tus puntos fuertes, va, quiérete un poco.
Y además, como todo estado mental, las funciones químicas del cerebro que participan en las emociones, tienen un papel fundamental sobre la tristeza. Es decir, practicar actividades que promuevan la generación de serotonina como meditar o hacer ejercicio al aire libre, tendrán un impacto positivo sobre el estado de aflicción por el que atraviesas. Y tienes que saber que…¡Sí!, llorar es una opción. El llanto nos facilita la liberación de cortisol, la hormona del estrés que evita el estado de alerta en el cuerpo ya que actúa como supresor del sistema inmune.
Pero… ¿estoy triste o tengo depresión?
Es normal que la tristeza prolongada a veces sea confundida con la depresión. Una de las claves para identificarlas es la intensidad. Además de la frecuencia y la durabilidad con la que la tristeza está presente en nosotros, (a mayores niveles de ambas, más posibilidades habrá de que sea depresión), la forma en la que se desarrolle también es importante. Si sufrimos episodios en los que la tristeza tiene picos elevados que luego disminuyen, es posible que estemos hablando de ansiedad y de un efecto depresivo en nuestro cuerpo. Entonces debería ser entendida como un trastorno de salud mental y se debería analizar dentro de su contexto. En este punto, tu pregunta “¿por qué me siento triste sin razón?” empezaría a tomar otro sentido y la perspectiva para su tratamiento debería incluir la ayuda de un experto.