15 errores que nunca debes cometer en una primera cita

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Has hecho match, te entusiasma la idea de conocer a esa persona que tanto te gusta. Preparas la cita con antelación, en tu cabeza todo es perfecto: una velada agradable, un buen vino, una conversación fluída, un ambiente acogedor y, de repente, algo falla. El teléfono no vuelve a sonar, no te vuelve a mandar ni un solo Whatsapp, tu cita parece haber perdido el interés por ti, sus mensajes son escuetos, fríos y distantes, y tu te vuelves loco dándole vueltas a la cabeza pensando qué ha podido salir mal… Antes de lanzarte de cabeza a tu primera cita, toma nota de estos errores (muy comunes) que debes evitar si quieres volver a ver a esa persona que tanto te gusta.

No vayas emperifollado

Ni demasiado arreglado, ni demasiado desarreglado. Ni demasiado repeinado ni con el pelo hecho un desastre. Ni demasiado maquillado ni con la cara hecha un cristo. En una primera cita hay que causar una buena impresión y no hay mejor impresión que la naturalidad. Ve vestido de forma casual, urbana, relajada y en cuanto al make up, limítate a disimular algún granito que haya podido salir. Nada más.

No te pases con el perfume

Con lo que a fragancias respecta, lo ideal es dejar una sutil (y muy delicada) huella. Un agradable rastro de perfume que casi ni se perciba, pero que cuando se detecta agrada. Bañarse en perfume es un error fatal. El bofetón de perfume en una persona que acabas de conocer lo único que hará es provocar un gran rechazo en el primer acercamiento.

No hables de tu ex

Este hecho habla por sí mismo. Hablar de tu ex lanza un claro mensaje a tu cita que estás: a.) amargado, b.) todavía estás colgado de tu ex o c.) ambas cosas.

No hables de religión ni de política

La mayoría de la gente tiene opiniones bastante fuertes sobre ambos temas. En una primera cita, no es para nada necesario que la conversación se vuelva tan pesada. Ya habrá tiempo más adelante (si la cosa funciona) para tratar esos temas.

No finjas ser quien no eres

Si no estás seguro sobre ti mismo, sobre la persona que realmente eres, no tengas una cita. La autoestima y el amor propio son las armas de seducción más poderosas y no hay nada más ridículo que te terminen descubriendo una personalidad fingida. Si quieres conquistar a alguien, hazlo por cómo eres de verdad y no por una persona que, antes o después, se van a dar cuenta que no eres.

Imagen perteneciente al documental de Netflix «El timador de Tindr»

No le hables de tu sueldo

Ya sea muy alto, normal o una miseria, nunca hables del dinero que ganas trabajando ni tampoco le preguntas a tu cita su sueldo. El dinero no es un tema adecuado para la primera cita. Si hablas de cuánto ganas, podría interpretarse como un alarde o una queja. Preguntar cuánto gana tu cita, aparte de ser una impertinencia nivel DIOS, no crea una buena primera impresión sobre ti.

No respondas a las llamadas de tu teléfono móvil

Ni estés mandando Whatsapps o viendo las actualizaciones de tus redes sociales. En una primera cita el móvil siempre se pone en silencio y fuera de la vista. Si realmente te apetece conocer bien a la persona con la que has quedado, se merece el 100% de tu atención.

No comas o bebas en exceso

En una primera cita todo lo que hagas o digas va a ser registrado al momento por la persona que tienes delante de ti. Atiborrarse de comida o beber hasta la embriaguez siempre deja una pésima impresión de falta de educación, falta de control e inmadurez. Eso no significa que no bebas absolutamente nada, simplemente hazlo con moderación para controlar en todo momento lo que haces y lo que dices.

No programes otra cita durante la primera cita

La primera cita es una oportunidad para conocerse. Aunque la cita vaya bien, no te comprometas a una segunda cita durante la primera cita. Te debes a ti mismo volver a casa y reflexionar antes de dar el siguiente paso y tampoco es buena señal mostrar demasiado entusiasmo de primeras.

No lleves regalos ni aceptes regalos en la primera cita

¿Regalos? ¿En una primera cita? ¿¡Estás de coña!? A menos que tengas 11 años y quieras pedirle salir a tu vecina, no vayas a tu primera cita más que con lo puesto. En las películas de Hollywood puede no quedar tan mal, pero en la vida real, aparecer con un regalo en una primera cita, hará que la otra persona salga corriendo despavorida. Ya habrá momento para los regalos más adelante si la cosa funciona.

Nunca vayas al cine en una primera cita

La idea es conocerse. Estar sentado en una sala de cine oscura no se presta a la conversación e, inevitablemente de lo único que se acaba hablando es de la película.

Imagen perteneciente a la película Notting Hill, en un momento en el que Anna Scott (Julia Roberts) y William Thacker (Hugh Grant) van al cine en una cita.

No hables demasiado de tus planes de futuro

A menos que sea tu cita la que te pregunte, no abarques la mayor parte de la conversación hablando de tus planes próximos o de tus sueños de futuro. Estar todo el rato hablando de lo que nos gustaría hacer o queremos hacer puede proyectar una imagen de fantasiosos y poco realistas.

Las típicas conversaciones de “me gustaría casarme…” “quiero tener muchos hijos…” “me encantaría vivir en una casa así…” “mi boda va a ser así…” lo único que provocan es que la otra persona se asuste y, muy probablemente, no vuelva a llamarte ya que provocan mucha presión.  

No hagas demasiadas preguntas

Es una primera cita, no es un interrogatorio y, sobre todo, no es un casting. Cuando vamos a conocer a una persona y no dejamos de hacerle preguntas podemos causarle la impresión de que la estamos analizando y que le estamos haciendo un examen para ver si supera la prueba de ser nuestra futura pareja. No lo hagas.

La conversación en una primera cita tiene que estar equilibrada en las dos partes. Aunque te mueras de curiosidad por saber todo sobre la otra persona, ya habrá tiempo de ir descubriéndola poco a poco y, sobre todo, no hay nada más excitante que ir descubriendo poco a poco a una persona.

No estés todo el rato hablando de ti

Básico y fundamental. En tu cabeza puede parecer que estás impresionando a la otra persona con lo «increíble» y «partidazo» que eres pero, ¿sabes lo que en realidad piensa la otra persona que te tiene delante cuando lleva un buen rato oyéndote hablar de ti? Esto: «¡Joder qué puto pesado presumido, me quiero pirar de aquí ya!».

Como hemos mencionado en un punto anterior, la conversación en una primera cita debe estar equilibrada por las dos partes. Dale la oportunidad a la otra persona de expresarse y escucha con interés. Una de las estrategias de seducción más efectivas es saber escuchar. Esto te permitirá guiar la conversación de forma adecuada y hacerle preguntas interesantes.

Nada de sexo en la primera cita

Este último punto no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con creencias religiosas ni culturales. El sexo es un gran aniquilador de los encuentros en la primera cita. A todos nos encanta (muchísimo) el sexo, forma parte de nuestra condición como humanos.

Sin embargo, si te ha gustado muchísimo tu cita hasta el punto de excitarte y querer mantener relaciones con ella, si en el primer encuentro le das «todo», muy difícilmente tengas algo con «que sorprenderla» más adelante. La aspiración al deseo es uno de los grandes motores del mundo. Dejar a una persona «con ganas de más» hará que esa persona muestre mas interés por ti, quiera volver a verte y «se lo curre» el doble para conseguir «eso» que tanto desea de ti (el sexo).

Además, debes tener en cuenta que, como se trata de una persona nueva, estás explorando un cuerpo con el que nunca has experimentado este tipo de intimidad, lo cual puede ser increíblemente excitante. Sin embargo, el sexo en la primera cita (por normal general) suele ser un fracaso. Aunque la conversación durante la cena te haya excitado, su actuación en la cama puede no ser la que esperabas.

Estar explorando un nuevo cuerpo puede hacer que no sepas como trabajarlo adecuadamente. Puede que te gusten cosas diferentes a las de sus anteriores parejas y viceversa. O lo que es aún peor: te ha gustado tanto tu cita que quieres terminar de rematar la faena por todo lo alto, y las expectativas junto con los nervios te jueguen una mala pasada y ahí ya, sí que sí, no vuelves a ver más a esta cita que tan agradable velada te había dado durante la cena.

Hazte de rogar, genera deseo, conoceos y bien y deja el sexo para más adelante cuando os conozcáis bien y tengas la suficiente seguridad en ti mismo de que lo vas a hacer mejor que bien.

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