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La ciencia de elegir pareja: 7 claves de compatibilidad más allá de la atracción física

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¿Te gusta alguien y te preguntas si realmente te conviene como pareja? Es normal dejarse llevar por la química y la atracción física al inicio, pero la investigación psicológica muestra que una relación duradera y satisfactoria se basa en mucho más que el físico. De hecho, existen señales clave de compatibilidad que pueden predecir el éxito de una pareja a largo plazo.

Aquí te damos 7 aspectos fundamentales –respaldados por estudios científicos psicológicos– que te ayudarán a evaluar si esa persona especial es la indicada para ti. Estos incluyen la compatibilidad emocional, los valores compartidos, los estilos de apego, la estabilidad psicológica, la comunicación, el apoyo mutuo y los proyectos de vida similares.

Cada sección resume hallazgos de investigaciones publicadas en revistas científicas o de divulgación, traduciendo esos datos en consejos prácticos que puedes aplicar. ¡Vamos a descubrir lo que dice la ciencia sobre cómo saber si te conviene como pareja!

1. Compatibilidad emocional

La compatibilidad emocional se refiere a qué tan bien sintonizan ambos en el plano afectivo: cómo comprenden y manejan las emociones del otro, si expresan sentimientos de forma compatible y si se brindan empatía mutuamente. En otras palabras, ¿están en la misma “longitud de onda” emocional? Este aspecto es crucial para sentirnos verdaderamente conectados con nuestra pareja.

Qué dice la ciencia: Un estudio reciente sobre compatibilidad identificó las emociones como una de las 24 dimensiones clave en las relaciones exitosas​. Es más, se observó una curiosa diferencia de género: los hombres valoran especialmente compartir emociones similares con su pareja, junto con actividades afines​.

Esto significa que muchos hombres se sienten más cómodos y satisfechos con mujeres que expresan y manejan las emociones de forma parecida a ellos (p. ej., similar nivel de emotividad o forma de reaccionar ante situaciones). Por otro lado, las mujeres tienden a fijarse más en otros factores como estilo de vida, opiniones o valores, pero igualmente aprecian la empatía y la conexión emocional​.

En general, diversas investigaciones han demostrado que una alta inteligencia emocional (EQ) en ambos miembros de la pareja se asocia con relaciones más sólidas y felices​. Tener alta inteligencia emocional implica saber comunicar sentimientos, entender las necesidades emocionales del otro y manejar el estrés sin estallidos, lo cual mejora notablemente la calidad de la relación.​

Consejos prácticos para evaluar la estabilidad emocional de la pareja:

  • Para evaluar la compatibilidad emocional con esa persona, fíjate en cómo te sientes cuando están juntos en momentos emotivos. ¿Puedes abrirte y mostrarte vulnerable sin temor a ser juzgado? ¿Sientes que ella te entiende cuando le cuentas tus alegrías o preocupaciones? Del mismo modo, observa si eres capaz de entender sus sentimientos y responder con empatía.
  • Una pareja emocionalmente compatible suele brindarse apoyo emocional mutuo y tiene una sintonía natural: por ejemplo, cuando estás decaído, ella lo nota y te reconforta, y viceversa. Si notas que alguno de los dos tiene dificultades para manejar sus emociones o empatizar (por ejemplo, uno es muy frío y el otro muy expresivo, causando choques frecuentes), podría ser una señal de alerta.
  • En cambio, cuando ambos comparten un estilo emocional similar y se muestran emocionalmente disponibles, la relación tiende a sentirse segura y satisfactoria.

2. Valores compartidos

Los valores compartidos son la base de una conexión profunda. Se trata de las creencias, principios y convicciones fundamentales que cada uno tiene sobre la vida. Incluye temas como la ética, la familia, la religión o espiritualidad, la visión del mundo y las actitudes ante asuntos sociales. Tener valores alineados significa que ambos comparten una brújula moral parecida y están de acuerdo en lo que consideran importante. Este alineamiento da lugar a respeto mutuo y reduce futuros conflictos en decisiones cruciales.

Qué dice la ciencia: La investigación es clara en que “los opuestos se atraen” es más mito que realidad cuando hablamos de valores. Un extenso estudio publicado en Personality and Individual Differences (2023) encuestó a 274 adultos y encontró que la característica de compatibilidad más importante fue tener puntos de vista similares sobre temas importantes de la vida​.

En concreto, compartir posturas acerca de cuestiones éticas y sociales (por ejemplo, roles de género, opiniones sobre temas polémicos como el sexismo o el aborto) destacó como el factor número uno asociado a la compatibilidad de la pareja​.

Del mismo modo, otras investigaciones han mostrado que las creencias religiosas compartidas suelen correlacionarse con mayor satisfacción marital​

Es decir, cuando una pareja comparte valores centrales y filosofía de vida, es más probable que la relación prospere a largo plazo con menos tensiones.

Consejos prácticos para ver si existen valores compartidos en la pareja:

  • Reflexiona sobre si tú y esa persona especial estáis alineados en lo fundamental. ¿Tienen visiones similares sobre qué está bien y qué está mal? ¿Coinciden en su actitud hacia temas como la honestidad, la familia, la fidelidad, el trabajo o la religión? Por ejemplo, si para ti es vital la honestidad y descubres que tu pareja justifica con facilidad las mentiras, ese choque de valores puede ser problemático.
  • Lo mismo ocurre con posturas ante temas sensibles: si uno sueña con una vida sencilla y priorizar el tiempo en familia, mientras el otro valora ante todo la ambición profesional y el estatus, podría haber fricción.
  • Busca una pareja cuyos valores fundamentales respetes y compartas, ya que eso será el cimiento de las decisiones grandes y pequeñas (cómo educar a los hijos, cómo manejar las finanzas, qué estilo de vida llevar, etc.).
  • Tener diferencias en gustos musicales o aficiones es manejable, pero diferencias irreconciliables en valores pueden minar la relación con el tiempo.

3. Estilos de apego compatibles

El estilo de apego es la forma en que cada persona se relaciona emocionalmente en pareja, especialmente en cuanto a seguridad, confianza e independencia. Proviene en parte de nuestras experiencias de infancia y define si tendemos a ser más seguros (cómodos con la intimidad y la independencia equilibradamente) o inseguros en nuestras relaciones. Dentro de los inseguros, están el estilo ansioso (miedo al abandono, necesidad constante de cercanía y confirmación de amor) y el estilo evasivo o evitativo (incomodidad con la cercanía emocional excesiva, tendencia a la independencia extrema y a minimizar la importancia de la pareja). Identificar el estilo de apego propio y de tu potencial pareja puede darte pistas de cómo será la dinámica entre ambos.

Qué dice la ciencia: Un estudio publicado en Social Psychological and Personality Science (2024) examinó a 539 parejas recién casadas a lo largo de varios años para ver cómo sus estilos de apego afectaban la satisfacción marital. Los investigadores, de la Universidad Estatal de Florida, descubrieron que cuando ambos miembros de la pareja tenían un apego inseguro (ya fuera ansioso o evitativo), reportaban una satisfacción marital significativamente más baja desde el inicio, seguida de descensos aún mayores con el tiempo​.

En otras palabras, dos personas con fuertes inseguridades de apego suelen crear una relación inestable, con más conflictos y menos felicidad. De hecho, estas parejas “doblemente inseguras” mostraron mucha más probabilidad de terminar separándose a medida que pasaban los años​.

Por el contrario, si al menos uno de los dos tenía un estilo de apego seguro, servía de amortiguador: la presencia de una pareja con apego seguro mitigaba parte de los efectos negativos de la inseguridad del otro​

Este hallazgo sugiere que una persona emocionalmente segura aporta estabilidad a la relación, ayudando a sobrellevar las ansiedades o evasiones de su compañero/a. Incluso se observó que ciertas combinaciones funcionan mejor que otras; por ejemplo, parejas donde uno es ansioso y el otro es seguro/menos evitativo tienden a funcionar mejor que aquellas donde ambos son ansiosos o ambos muy evitativos​

O lo que es lo mismo: conocer los estilos de apego puede ser crucial: las relaciones más saludables suelen darse cuando al menos uno (¡y ojalá ambos!) tiene apego seguro​.

Consejos prácticos para ver qué apego hay:

  • Pregúntate qué estilo de apego parece describirte mejor a ti y a tu interés amoroso. ¿Notas en ella comportamientos ansiosos (p. ej., necesita mucha reafirmación constante, teme que la dejes) o evitativos (p. ej., le cuesta expresar afecto, mantiene cierta distancia emocional)? ¿Y tú cómo reaccionas en la intimidad emocional? Lo ideal es que ambos trabajen hacia un vínculo seguro, donde haya confianza, independencia y cercanía balanceadas.
  • Si los dos tienden a ser muy ansiosos, es importante desarrollar confianza individual y no depender de forma exagerada; si uno tiende a huir de la intimidad (evasivo), necesitará aprender a comunicarse y a tolerar la cercanía sin sentirse agobiado.
  • Presta atención a las señales tempranas: por ejemplo, si ella se molesta mucho cuando no respondes inmediatamente a un mensaje, podría indicar apego ansioso; si en cambio evita conversaciones profundas o no se compromete con nada, podría indicar apego evitativo. Estas cosas no son incompatibilidades absolutas, pero sí requieren esfuerzo consciente para que la relación prospere.
  • Una pareja verdaderamente conveniente es aquella donde se pueden dar seguridad mutua, calmando miedos en lugar de intensificarlos.
  • No temas hablar sobre necesidades emocionales con tu pareja: entender cómo se sienten vinculados puede ayudarles a los dos a reforzar la confianza y la cercanía de manera saludable.

4. Estabilidad psicológica

La estabilidad psicológica alude a la salud mental y la consistencia emocional de una persona. Alguien psicológicamente estable tiende a tener un estado de ánimo equilibrado, maneja el estrés adecuadamente y mantiene comportamientos predecibles (no explosivos ni extremadamente cambiantes). En cambio, una persona inestable puede ser muy impredecible, con altibajos emocionales fuertes, reacciones exageradas o dificultades para enfrentar los problemas cotidianos de forma calmada. En términos de personalidad, esto se relaciona con el rasgo de neuroticismo: quienes puntúan alto en neuroticismo suelen experimentar más ansiedad, cambios de humor, irritabilidad y emociones negativas, mientras que puntajes bajos (es decir, alta estabilidad emocional) indican calma, resiliencia y control emocional. Tener un compañero emocionalmente estable suele traducirse en una relación más tranquila y confiable.

Qué dice la ciencia: Numerosos estudios de psicología de la personalidad han vinculado directamente la estabilidad emocional con la satisfacción en pareja. Un meta-análisis publicado en BMC Psychology (2020), que revisó 18 estudios con más de 4.000 participantes, encontró que las parejas en las que uno o ambos cónyuges tenían alto neuroticismo tendían a informar niveles significativamente más bajos de satisfacción marital, mientras que aquellas parejas con puntuaciones altas en responsabilidad/conciencia (otro rasgo de personalidad asociado a la estabilidad y confiabilidad) presentaban matrimonios más felices​. De hecho, el neuroticismo resultó ser el rasgo con correlación negativa más fuerte con la felicidad conyugal (es decir, a mayor inestabilidad emocional, menor satisfacción)​.

Estos hallazgos respaldan la noción de que una persona emocionalmente equilibrada y con buena salud mental “conviene” como pareja, ya que es menos propensa a conflictos explosivos, malentendidos o crisis frecuentes. Por el contrario, si uno de los dos sufre problemas psicológicos serios sin resolver (por ejemplo, depresión severa no tratada, adicciones, trastornos de ira), la relación enfrentará retos mayores que pueden afectar el bienestar de ambos.

Consejos prácticos para evaluar la estabilidad psicológica de la relación:

  • Evalúa tu propia estabilidad emocional y la de tu potencial pareja. No se trata de exigir perfección psicológica (todos tenemos malos días), sino de reconocer patrones. ¿Tu pareja reacciona con calma ante la mayoría de las situaciones o suele “perder los papeles” por pequeñas cosas? ¿Notas que tiene muchas inseguridades, celos infundados o episodios de ira desproporcionada? ¿Cómo maneja la frustración o el estrés cotidiano (por ejemplo, un contratiempo en el trabajo o una discusión familiar)?
  • Si habitualmente muestra equilibrio, autocontrol y capacidad de afrontamiento, es una muy buena señal. También observa su grado de madurez emocional: alguien estable suele responsabilizarse de sus actos, pedir disculpas cuando se equivoca y buscar soluciones, en vez de entrar en pánico o culpar siempre a otros.
  • Por tu parte, trabajar en tu propia salud mental (manejo del estrés, autoestima, etc.) te hará no solo sentirte mejor, sino también ser un mejor compañero.
  • Recuerda que una relación sana no es aquella sin problemas, sino aquella donde ninguno de los dos convierte cada problema en una catástrofe. Si ambos cuentan con una base psicológicamente estable, tendrán los recursos emocionales para enfrentar juntos las dificultades que surjan.

5. Comunicación de calidad

Una comunicación de calidad es el puente que mantiene unida a la pareja. Incluye poder conversar abiertamente, escuchar activamente al otro, expresar necesidades o desacuerdos con respeto y encontrar soluciones en conjunto. Cuando la comunicación falla, incluso parejas con mucho amor pueden verse atrapadas en malentendidos o resentimientos. Por eso se suele decir que la comunicación es la piedra angular de una relación exitosa. No solo se trata de hablar mucho, sino de cómo se habla: el tono, la actitud y la empatía al comunicarse marcan la diferencia entre una discusión constructiva y una pelea destructiva.

Qué dice la ciencia: La investigación de parejas llevada a cabo durante décadas por el Dr. John Gottman, psicólogo de la Universidad de Washington, demostró el enorme impacto de los patrones comunicativos en el futuro de la relación. Gottman identificó cuatro comportamientos negativos, apodados “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, que si dominan la comunicación de una pareja, predicen con altísima precisión el divorcio: crítica, desprecio (insultos, burlas, tono de superioridad), actitud defensiva y evasión (o “enmudecimiento”, negarse a comunicar)​.

De estos, el desprecio resultó ser el factor más tóxico: según un famoso estudio longitudinal de 1994, la presencia de desprecio en la comunicación fue el predictor #1 de divorcio en los primeros años de matrimonio​.

Este hallazgo ha sido replicado y mencionado en numerosas ocasiones, subrayando que una comunicación cargada de sarcasmo, humillaciones o hostilidad prácticamente condena la relación al fracaso. Por el contrario, las parejas que practican comunicación positiva –es decir, que saben dialogar con respeto, validar los sentimientos del otro, hacer críticas constructivas en lugar de ataques personales, y mostrar afecto incluso al discutir– reportan niveles mucho más altos de satisfacción​.

Dicho de otra manera: cómo se comunican tú y tu pareja es un indicador potente de si esa relación te conviene: una comunicación de calidad alimenta la confianza y la intimidad, mientras que una comunicación tóxica desgasta incluso el amor más intenso.

Consejos prácticos para ver si vuestra comunicación es realmente buena:

  • Analiza vuestras interacciones cotidianas. ¿Son capaces de hablar de temas delicados sin gritar ni insultar? ¿Te sientes escuchado cuando le cuentas algo importante, y viceversa?
  • Presta atención a las señales de alerta en la comunicación: si en las discusiones aparecen frecuentes frases de crítica personal (“eres tal cosa…”), comentarios de desprecio (burla, sarcasmo hiriente, poner los ojos en blanco), si cada quien se pone a la defensiva sin aceptar parte de responsabilidad, o si uno de los dos simplemente se cierra y deja de hablar para evadir el conflicto, es hora de preocuparse​.
  • Una dinámica así, sostenida en el tiempo, augura infelicidad. En cambio, busca o cultiva una comunicación sana: prácticas como decir “me siento así” en lugar de “tú siempre…”, mostrar agradecimiento y afecto regularmente, y escuchar activamente repitiendo o aclarando lo que tu pareja te dijo, son señales de comunicación efectiva. Por ejemplo, en vez de decir “¡Nunca me prestas atención, eres insoportable!”, podrías expresar “Me siento ignorado cuando no escuchas lo que digo; me gustaría que conversemos”.
  • Lo segundo tiene mucha más probabilidad de acabar en una solución, mientras que lo primero solo escalará el conflicto. Recuerda que no se trata de evitar todos los desacuerdos (es imposible), sino de manejarlos con respeto y empatía.
  • Si con esa persona que te gusta logras hablar libremente de todo, incluso de lo difícil, y resolver juntos los malentendidos, tienes una fuerte señal de que la relación puede ser exitosa.

6. Apoyo mutuo

El apoyo mutuo es la capacidad de ambos miembros de la pareja para respaldarse, animarse y ayudarse en la vida diaria y ante las adversidades. Una pareja que se conviene actuará como un equipo: celebran los triunfos del otro y sirven de sostén cuando vienen tiempos difíciles. El apoyo puede ser emocional (escuchar y consolar cuando el otro está mal), práctico (ayudar en tareas, ofrecer recursos) o simplemente estar presente y demostrar que te importa lo que al otro le ocurre. Sentir que tu pareja “está ahí para ti” genera una profunda sensación de seguridad y amor. En cambio, si en los momentos duros sientes que no puedes contar con esa persona, la conexión se resiente.

Qué dice la ciencia: Un estudio de la Universidad Estatal de Arizona publicado en Developmental Science (2024) investigó cómo el apoyo de la pareja influye en el bienestar emocional diario. Se siguió a casi 100 parejas jóvenes (adolescentes) registrando sus niveles de estrés y sentimientos en la relación a lo largo de 12 semanas. ¿El resultado? Cuando los participantes se sentían apoyados por su pareja, el estrés diario no afectaba casi en nada lo queridos que se percibían, funcionando el apoyo como un poderoso escudo contra las tensiones externas​

Por el contrario, en días de mucho estrés en que la pareja era percibida como poco solidaria, los individuos reportaban sentir menos amor y conexión​

Los investigadores concluyeron que el apoyo de la pareja actúa como “colchón” ante el estrés, evitando que las preocupaciones externas dañen la relación​

Aunque este estudio se centró en adolescentes, sus autores señalan que lo mismo se ha observado en adultos: las personas con parejas consideradas apoyo incondicional tienden a enfrentar mejor las crisis y a mantener más alta la satisfacción en la relación​

En otro estudio, se halló que las parejas que se brindan ayuda para alcanzar metas personales (por ejemplo, apoyar al otro en un proyecto o en hábitos saludables) no solo avanzan más en dichas metas, sino que fortalecen su relación y reducen el malestar diario​

En síntesis, estar presente el uno para el otro es una característica definitoria de las parejas felices.

Consejos prácticos para identificar si tu pareja te apoya:

  • Pregúntate si esa persona y tú muestran apoyo mutuo en la práctica. Piensa en ocasiones recientes donde alguno necesitó ayuda o consuelo: ¿cómo respondieron? Si, por ejemplo, cuando tienes un mal día ella trata de animarte o aliviar tu carga, y tú haces lo mismo por ella, van por buen camino. El apoyo se ve en gestos grandes y pequeños, desde acompañarte en un momento difícil (como una pérdida familiar) hasta animarte a perseguir una meta profesional o simplemente preocuparse cuando enfermas.
  • También implica celebrar los éxitos: ¿se alegra sinceramente de tus logros o se muestra indiferente (o peor, envidiosa)? Una pareja que te conviene se convertirá en tu fan y tu apoyo #1, y tú en el de ella.
  • Por otro lado, fíjate si muestra empatía cuando tienes un problema: ¿te escucha atentamente o minimiza tus sentimientos? La falta de apoyo se siente cuando, por ejemplo, le cuentas una preocupación y te responde con indiferencia o cambiando de tema, o nunca está dispuesta a hacer un sacrificio por ti. Esas son banderas rojas.
  • En cambio, si ambos se apoyan y sienten que pueden contar el uno con el otro, han construido una confianza que hará la relación más resistente a cualquier dificultad externa.
  • Al final del día, saber que tu pareja estará a tu lado “en la salud y en la enfermedad” –incluso mucho antes del matrimonio– es uno de los indicadores más claros de que esa relación merece la pena.

7. Proyectos de vida similares

Finalmente, es importante considerar los proyectos de vida de cada uno: es decir, las metas a mediano y largo plazo, los sueños y el estilo de vida que desean llevar. Incluso dos personas que se aman pueden tener grandes fricciones si sus caminos esperados en la vida divergen radicalmente. Este aspecto abarca preguntas como: ¿Quieren ambos tener hijos (y cuántos)? ¿Qué estilo de vida aspiran llevar (tranquilo o aventurero, rural o urbano)? ¿Cómo conciben el equilibrio entre trabajo y vida personal? y cualquier otro plan a futuro (viajar, dónde vivir, aspiraciones profesionales, financieras, etc.). Tener proyectos de vida similares significa que ambos, en gran medida, apuntan hacia el mismo horizonte y podrán caminar juntos sin que uno de los dos tenga que sacrificar constantemente sus sueños por el otro.

Qué dice la ciencia: La compatibilidad en las metas y estilo de vida ha demostrado ser un factor significativo en estudios recientes. En la investigación de 24 dimensiones de compatibilidad que mencionamos antes, se encontró que para relaciones a largo plazo los participantes esperaban similitudes con su pareja en temas como estilo de vida, valores morales y hasta preferencias cotidianas (p. ej. alimentación)

En cambio, características como el intelecto o la apariencia física solo surgieron como esenciales en relaciones cortoplacistas o casuales​.

Es decir, cuando la gente piensa en una pareja para toda la vida, le da mucha importancia a que ambos tengan una visión de vida alineada, mientras que para algo pasajero importan más cosas superficiales como la atracción física. Otro hallazgo interesante de ese mismo estudio fue que, en términos generales, los encuestados deseaban mayor similitud en características importantes para la crianza de los hijos.​

Esto indica que cuestiones como cómo educar a futuros hijos, valores familiares, disciplina, etc., forman parte de esos proyectos de vida en común que conviene tener alineados desde el principio. Por ejemplo, una persona que sueña con formar una familia numerosa y otra que no quiere tener hijos enfrentan una incompatibilidad seria en este aspecto. En resumen, compartir proyectos de vida y expectativas de futuro contribuye a la estabilidad: diversas investigaciones sugieren que parejas con metas compartidas (o complementarias) manejan mejor las transiciones importantes y tienen menos conflictos irreconciliables en el camino​.

Consejos prácticos para ver si los proyectos de vida son similares:

  • Ten conversaciones sinceras sobre el futuro con esa persona que te interesa. Al inicio de una relación, a veces por no “espantar” al otro evitamos hablar de temas serios como matrimonio, hijos, dónde vivir o planes de carrera, ¡pero es crucial conocer esas metas a tiempo! Pregunta (y comparte) visiones de largo plazo: ¿Cómo te ves en 5 o 10 años? Presta atención a si sus respuestas encajan con las tuyas. Si ambos dicen, por ejemplo, “me gustaría vivir en el extranjero y quizá no tener hijos”, ¡genial, están alineados! Pero si uno dice “quiero dedicarme a viajar por el mundo sin ataduras” y el otro “quiero establecerme pronto, tener casa propia y niños”, entonces tienen proyectos muy distintos.
  • Ninguna de las dos visiones es incorrecta, lo problemático es la discrepancia. Detectarla a tiempo puede evitar mucho dolor después. Esto no significa que deban ser idénticos en todo: es posible negociar y encontrar caminos intermedios (tal vez ambos quieren hijos pero uno quiere dos y el otro tres; eso es negociable).
  • Sin embargo, en asuntos fundamentales es mejor compartir postura. Haz una lista mental de tus imprescindibles de vida (ejemplo: “quiero sí o sí casarme por la iglesia”, o “no quiero dejar mi ciudad natal”, o “mi carrera es muy importante y viajaré mucho por trabajo”) y averigua si tu pareja los comparte o al menos los apoya.
  • Cuando ambos reman en la misma dirección respecto al futuro, se crea una poderosa sensación de complicidad: son compañeros de equipo construyendo un proyecto común. Esa sincronía en la visión de vida es, sin duda, una señal de que esa persona realmente te conviene como pareja.

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