Cuando nos preguntamos cómo recuperar la ilusión y la motivación es que hay algo en nuestra vida que no va bien. Cultivar la pasión y la ilusión por las cosas que hacemos contribuye a alcanzar la felicidad. Cada persona tiene unos gustos, unas motivaciones, unos motores que le llenan, le inspiran o le apasionan. Tener impulsos emocionales, albergar ilusiones y aspiraciones es más que una simple afirmación de que estamos vivos; es un testimonio de que estamos viviendo plenamente, avanzando y creciendo.
Esta dinámica emocional nos impulsa a continuar nuestro camino de vida, brindándonos la energía y la motivación para enfrentar cada nuevo día y cada nuevo desafío con optimismo y esperanza.
¿Qué pasa si pierdes la ilusión por la vida? Para abordar el tema y dar respuesta a estas cuestiones, contamos con la experiencia de Marta Panizo González, directora de Catarsis Psicología y psicóloga sanitaria especialista en regulación emocional y apego y, Ainhoa Llano, también psicóloga sanitaria experta en terapia familiar sistémica y fundadora de ALO Psicología.
Causas, factores y síntomas que llevan a una persona a perder la ilusión
Existen distintas causas y factores determinantes de una posible pérdida de pasión e ilusión por la vida. Para Marta Panizo, “algunas posibles causas podrían incluir experiencias traumáticas, pérdidas significativas, problemas de salud mental, estrés crónico, falta de sentido o propósito, dificultades en las relaciones interpersonales, entre otros”.
La fórmula de la motivación
Ainhoa Llano afirma que la ilusión por la vida es un conjunto entre las motivaciones vitales y los objetivos que se tienen de cara al futuro. “Perder la ilusión puede ser (…) un cúmulo de situaciones del día a día o un momento más depresivo -pensamientos negativos recurrentes- en la persona (…). Pero el no tener motivaciones u objetivo que te lleven a querer tener un “algo” por lo que ilusionarte es lo que te lleva a ello.”
La fundadora de ALO Psicología continúa hablando sobre los síntomas específicos que indican en una persona su pérdida de ilusión. “La falta de ganas por las cosas que de forma más normativa siempre han interesado a la persona son un factor indicativo. Pero de forma más psicológica o clínica el no querer hacer cosas por falta de ganas de forma recurrente, pérdida o ganancia de apetito, alteraciones en el sueño, irascibilidad, cambios en la rutina o falta de rendimiento de forma continuada pueden ser algunos de los síntomas. Como tal, a nivel clínico no habría, tendríamos que valorar aspectos más depresivos para poder hablar de sintomatología”.
Marta Panizo añade que “los síntomas específicos pueden variar de una persona a otra, pero algunos indicadores comunes podrían incluir apatía, falta de motivación, tristeza persistente, desinterés en actividades previamente disfrutadas, dificultad para experimentar emociones positivas, sensación de vacío emocional y falta de energía”.
Superación de eventos traumáticos y experiencias negativas
Los eventos traumáticos o experiencias negativas pasadas tienen un impacto significativo en la salud de cualquier individuo. Como nos cuenta Ainhoa Llano, “al final somos personas y lo vivido en nuestro pasado condiciona nuestro presente y futuro. Puede que esos traumas o fantasmas del pasado se activen y condicionen el cómo se actúa en el presente o e cómo se enfoca el futuro. (…) Si nos invaden o superan hasta el punto de que dificultan nuestro día a día es bueno trabajarlo en terapia ya que al final es en ese entorno de seguridad donde podremos ver sin sentirnos juzgados cómo nos ha afectado nuestro pasado en el presente y futuro”.
Para la directora de Catarsis Psicología “estos eventos pueden afectar la forma en que una persona ve el mundo y a sí misma. Abordar y superar estos eventos generalmente implica trabajar a través de ellos en terapia, utilizando enfoques como la terapia cognitivo-conductual o cognitivo contextual, la terapia EMDR o la terapia narrativa son las que fomentamos desde el equipo Catarsis”.
¿Cómo afecta la pérdida de ilusión a diferentes áreas de la vida?
El trabajo, las relaciones e incluso los hobbies se pueden ver condicionados de forma negativa por la falta de motivación y la pérdida de pasión.
“Puede afectar a las relaciones interpersonales, ya que la persona puede sentirse desconectada o desinteresada en interactuar con los demás. También puede influir en el desempeño laboral y en la satisfacción con el trabajo. Además, puede disminuir el interés y la participación en actividades recreativas o hobbies, afectando así la calidad de vida en general”, afirma Marta Panizo.
Por su parte, Ainhoa Llano apunta que “la pérdida de ilusión afecta de forma global (normalmente) a la persona. Vamos a poner el siguiente ejemplo: si yo pienso que no tengo una motivación para conseguir las cosas o un objetivo al que llegar ¿para qué voy a hacer las cosas si al final da igual lo que haga? Aunque parezca sorprendente, cuando no se tienen motivaciones (…) voy a terminar perdiendo la ilusión por hacer el resto de cosas(…)”.
Técnicas específicas para recuperar la ilusión
Existen técnicas y estrategias específicas que se pueden utilizar para ayudar a una persona a recuperar la ilusión y encontrar nuevamente sentido a su vida.
“Algunas de estas pueden incluir establecer metas realistas y significativas, practicar la gratitud y el autocuidado, explorar nuevos intereses y actividades, buscar apoyo social, encontrar un propósito personal y trabajar”, afirma Panizo.
Ainhoa reseña que esas estrategias se adaptan a la persona y podemos ir encontrando pequeñas cosas que aporten autocuidado y tranquilidad. “Después se podrían buscar pequeños objetivos, aunque sean cotidianos, que refuercen a la persona que puede conseguir las cosas”.
El papel de la autoestima y el autoconcepto
Según la RAE, la autoestima es la “valoración generalmente positiva se sí mismo”. Este sustantivo está cargado de significado y juega un papel fundamental. “Cómo uno se ve a sí mismo es fundamental a la hora de tener ilusiones. Si alguien tiene un autoconcepto negativo (o siempre se habla mal) va a repercutir de forma directa en el cómo se ve así mismo y en cómo piensa que va a poder afrontar el futuro. Ir reforzando las cosas que se hacen bien, esos pequeños logros, facilitan a la persona el poder ir viendo que es válida en algo y no le sale todo mal (porque, aunque pensemos que todo lo estamos haciendo mal siempre habrá una mínima cosa aunque sea, aunque la consideremos un nada, que se nos dé bien)”, afirma Ainhoa Llano.
Y es que debemos trabajar estos aspectos en profundidad. Así nos lo explica Marta Panizo, para quien “trabajar en estos aspectos implica cultivar una autoimagen más positiva, desarrollar habilidades de autorreflexión y autocuidado, desafiar los pensamientos negativos y autocríticos, y buscar el apoyo de un terapeuta que pueda guiar y facilitar este proceso de crecimiento personal”.
¿De qué manera pueden ayudar amigos, familiares o grupos de apoyo?
Solo. Ignorado. Incomprendido. Es muy duro vivir tiempos difíciles sin nadie a quien acudir. Lo importante es no caer en un bucle de soledad. En estos casos se recomienda buscar apoyo en las personas que te rodean, ya sean amigos, familiares, grupos de apoyo, y, por supuesto, terapia. “Estas personas pueden brindar un apoyo emocional importante, comprensión y perspectivas diferentes. Pueden escuchar activamente, ofrecer aliento y apoyo, y ayudar a la persona a sentirse comprendida y menos sola en su proceso de recuperación”, nos cuenta Panizo.
Para Ainhoa Llano es imprescindible buscar apoyo. “Muchas veces se genera un sentimiento de culpa o carga que nos hace no querer decir un “oye, estoy mal” por no molestar. En este aspecto si sientes que algo no está bien, que no estás motivado o que no estás como siempre (y no es por un día malo) ¡exprésalo! (…) Compartir lo que nos preocupa genera una sensación de alivio y de calma muy grande (de forma inconsciente, y consciente no te sentirías solo porque sabes que alguien va a estar ahí ayudando y no juzgando)”.
Consejos o recomendaciones de apoyo
Nuestras profesionales nos dan una serie de recomendaciones para apoyar a alguien que ha perdido la ilusión por la vida, ya sea como amigo, familiar o pareja.
Como nos cuenta Marta Panizo es importante “escuchar activamente sin juzgar, mostrar empatía y comprensión, ofrecer apoyo emocional, animar a la persona a buscar ayuda profesional si es necesario, fomentar la participación en actividades sociales y recreativas, y recordarles que no están solos y que hay esperanza de recuperación. Acompañarlos a comenzar un proceso de psicoterapia y nuevas actividades que les mantengan ilusionados, o retomar las que hayan ido abandonando”.
“Estar. Cuando alguien está desilusionado, no le ve el sentido a la vida o se encuentra en un momento más depresivo que los familiares/amigos/pareja estén sin juzgar. A veces no hace falta decir nada porque con el acompañar sirve. Se deben evitar ciertas frases que, aunque las digamos desde el cariño o la empatía no ayudan a nuestros seres queridos. (…) No le digas un -venga va, que tú puedes, anímate- porque puede que no sea lo que necesita”, nos cuenta Ainhoa Llano.
El cambio empieza en ti
Existen cambios en el estilo de vida y hábitos que se pueden implementar poco a poco para ayudar a recuperar la motivación y la ilusión por la vida.
Para Ainhoa Llano “aunque parezca la típica frase o un cliché, los hábitos de vida saludable (en cuanto a salud física y mental) son los que suelen promover esa vitalidad y motivación vital, que por ende terminan siendo esa ilusión por la vida. Sin caer en libros de autoayuda es muy beneficioso que la persona pueda encontrar ese equilibrio en el que está bien y que se motive con los objetivos propuestos. Por eso ciertas rutinas diarias, en la alimentación, una salud buena o controlada y una buena salud mental son el camino para que el estilo de vida esté ligado a estar ilusionado ella”.
Marta Panizo nos recomienda “establecer una rutina diaria saludable, cuidar la alimentación, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente, practicar técnicas de relajación y manejo del estrés, y buscar actividades que generen placer y satisfacción personal”.
¿Es posible prevenir la pérdida de la ilusión por la vida?
“Más vale prevenir que curar” es la expresión preferida de los precavidos. ¿Se pueden tomar medidas para promover un propósito y significado y prevenir esa pérdida? “Podría decir que sí, pero en realidad estaría mintiendo. Desde la psicología a veces hablamos de cursis existenciales que se dan dentro de los ciclos vitales y esto podría estar dentro de una de esas crisis. Esto no quiere decir que a todo el mundo le vaya a dar una crisis existencialista en su vida que le haga perder la ilusión. Solo que existe la posibilidad de que todos en algún momento pasemos por esta etapa y nos preguntemos “pero ¿qué estoy haciendo?”. En el día a día hay que escuchar mucho nuestro mundo interno y emocional, para que cuando empecemos a encontrarnos mal o comencemos a sentir que no estamos bien se pueda parar y ver por qué antes de llegar a esa pérdida de ilusión vital”, afirma la fundadora de ALO Psicología.
Marta Panizo nos cuenta que “si bien no se puede prevenir completamente la pérdida de la ilusión por la vida, se pueden tomar medidas para promover un sentido de propósito y significado en la vida cotidiana. Algunas medidas incluyen establecer metas claras y alcanzables, cultivar relaciones significativas, buscar actividades que generen satisfacción personal, practicar la gratitud y la apreciación de las pequeñas cosas, y encontrar actividades que brinden un sentido de propósito y contribución a los demás”.
Sí, la terapia ayuda
La terapia puede ayudar a recuperar la ilusión y el sentido de la vida. Panizo destaca que la terapia es un proceso individual. “Como cada persona puede responder de manera diferente se necesita un terapeuta capacitado que adapte el enfoque terapéutico a las necesidades y circunstancias específicas de la persona, (…) para ayudarles a recuperar la ilusión por la vida”. Buscar ayuda es imprescindible, ¿verdad Marta? “La psicoterapia puede ser muy útil para ayudar a una persona a recuperar la ilusión por la vida:
1. Exploración de las causas subyacentes:
Un terapeuta puede ayudar a la persona a explorar las posibles causas y factores que contribuyen a su pérdida de ilusión (…).
2. Desarrollo de una relación de apoyo:
El terapeuta puede ser un recurso confiable y empático que ayude a la persona a sentirse escuchada, comprendida y validada.
3. Identificación de patrones de pensamiento negativos:
La terapia puede ayudar a la persona a identificar y desafiar los patrones de pensamiento negativos y autocríticos que contribuyen a su pérdida de ilusión (…).
4. Aprendizaje de habilidades de afrontamiento saludables:
La terapia puede proporcionar a la persona herramientas y estrategias efectivas para hacer frente al estrés, regular las emociones y manejar los desafíos de la vida de manera saludable. Esto puede incluir técnicas de relajación, mindfulness, resolución de problemas y habilidades de comunicación.
5. Exploración de nuevos significados y propósitos: (…)
Esto puede incluir la identificación de valores personales, establecimiento de metas significativas, y exploración de intereses y actividades que generen una sensación de satisfacción y realización.
6. Apoyo durante el proceso de cambio:
Recuperar la ilusión por la vida puede requerir cambios significativos en la forma de pensar, sentir y actuar. La terapia proporciona un espacio de apoyo y guía durante este proceso de cambio, ayudando a la persona a mantenerse motivada, superar obstáculos y establecer un camino hacia una vida más plena y significativa.
Para terminar, Ainhoa Llano apunta que “la terapia en sí misma es una búsqueda de la ilusión y del sentido de vida. Habrá gente que pueda conseguirlo sin esta ayuda (…), pero cuando se está perdido y no se sabe qué hacer a veces necesitamos esa mano que nos ayude a encontrar un sentido a lo que estamos haciendo. No porque se sea débil o no se sepa cómo hacer, sino porque no tener motivaciones u objetivos ya es un peso grande en esta sociedad como para llevarlo solo”.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
