Las características de una mala persona pueden variar bastante, pero siempre siguen los mismos patrones. No te pierdas estos consejos para detectarlas.
Mucha gente suele preguntarse qué características tiene una mala persona con el fin de poder detectarlas a tiempo o, sencillamente, porque escuchamos a alguien decir alegremente «es una mala persona» y no sabemos la gravedad de «sus pecados». ¿Qué es lo que define objetivamente a una mala persona?
En nuestro día a día, nos cruzamos con todo tipo de personas y a veces nos preguntamos: ¿realmente existen las «malas personas»? O, ¿será que todos tenemos nuestros momentos buenos y otros no tan buenos? ¿Es una mala persona una víctima de sus circunstancias o realmente existen las personas que, sin justificación alguna disfrutan haciendo el mal a los demás?
Es complicado definir si ser una mala persona es algo con lo que se nace o se hace, ya que parecen existir ejemplos de ambos casos. A veces, detrás de una actitud dañina, hay un montón de frustraciones y heridas que nunca cicatrizaron. Sí es cierto que nuestras experiencias en los primeros años de vida pueden influir notablemente en nuestra percepción de la realidad y actitud hacia los demás. Un trauma temprano o las relaciones familiares disfuncionales son algunos de los factores que pueden impactar en este aspecto, aunque evidentemente no son garantía de nada.
La triada oscura
Durante su conferencia en la I edición del festival Cultuciencia, celebrado en Madrid el pasado 3 de marzo de 2024 en Madrid, el psicoterapeuta Luis Muiño explicó que existe una «triada oscura» que define la maldad en el ser humano. Según Muiño «consiste en tres rasgos de personalidad que están interrelacionados: la psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo».
Durante su ponencia realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, el psicoterapeuta explicó que los psicópatas suelen carecer de remordimientos y empatía, lo que puede llevarlos a actuar de manera impulsiva y agresiva. Según Luis Muiño, «las personas narcisistas pueden reaccionar violentamente ante críticas o amenazas percibidas a su autoestima, mostrando comportamientos agresivos para proteger su imagen».
Además, subrayó que el maquiavelismo predispone a comportamientos antisociales, incluida la violencia cuando se considera estratégica.
Finalmente, el concepto de maldad puede resultar un tanto ambiguo en sí mismo, incluso subjetivo. Cada uno puede tener una concepción distinta de lo que significa ser una persona malévola, aunque también existe cierto consenso. Todos estaríamos de acuerdo en que una mala persona es aquella que no siente cargo de conciencia al dañar a otros, o que incluso disfruta haciéndolo.
Sea cual sea tu concepto de maldad, si buscas poder identificar las principales características de una mala persona, ten presentes estas pautas de comportamiento.
Son personas sin empatía
Una de las principales características de una mala persona es su notable falta de empatía y su aparente desinterés hacia el estado de los demás. Si le hablas acerca de alguna clase de conflicto personal, lo más probable es que te ignore o le reste importancia de forma condescendiente. Les cuesta muchísimo ponerse en el lugar de la otra persona o, como mínimo, tratar de comprenderla, por lo que no se molestan en intentarlo.
Te hacen sentir incómodo
Puede que no sea una actitud que muestren inicialmente, pero las personas tóxicas frecuentemente causan problemas de convivencia. Tienden a comportarse de manera que genera inquietud e incomodidad en quienes le rodean, ya sea mediante comentarios o actitudes. Y aunque es cierto que no tiene por qué indicar que el individuo en cuestión es inmoral, sí se trata de una señal de alarma bastante frecuente.
Siempre se justifican
Probablemente, una de las características por excelencia de una mala persona es su tendencia a lastimar a quienes les rodean, normalmente de manera consciente. En cualquier caso, es poco probable que pidan disculpas o sientan remordimientos posteriormente, y puede que incluso traten de justificar su comportamiento nocivo. En los casos más extremos, llegan a sentir placer cuando hacen que un tercero se sienta humillado o dolido por sus actos.
Son expertos manipuladores
Las malas personas frecuentemente son expertas en influir en quienes les rodean para salirse con la suya. Con este fin, pueden recurrir a toda clase de argucias, ya sea mediante elogios, mentiras, actitudes victimistas o el infundir culpabilidad en los demás. Un comportamiento muy socorrido es el chantaje emocional: fingiendo encontrarse dolidos o en una situación vulnerable, se aprovecharán de los buenos sentimientos de otros.
Se toman demasiadas confianzas
Una persona tóxica no suele tener filtro al hablar, por lo que no es raro que haga comentarios hirientes incluso sin conocer a sus interlocutores. Tampoco resulta extraño que sea capaz de mentir con soltura y de manera directa si con ello creen obtener algún beneficio. Incluso con su círculo más cercano tenderá a ser celosa y controladora, asumiendo un papel que no le corresponde en la vida de sus allegados.
Son pesimistas y agresivos
La mezquindad de una persona muchas veces termina reflejándose externamente en forma de negatividad constante, ya que tienden a ser serios e irritables. Asimismo, al encontrarse frente a situaciones adversas, frecuentemente responden de manera exagerada y dramática, y pueden llegar a ser bastante ariscos cuando se les confronta. Intentan resolver los problemas mediante la agresividad o las amenazas de violencia, sin interés por alcanzar una solución pacífica.
Juzgan a los demás
Otra característica frecuente en las malas personas es su tendencia a emitir juicios de valor apresurados hacia los demás, frecuentemente sin conocerlos. Aunque también es posible que lo hagan sin una intención directa de dañar, ignoran completamente las consecuencias, incluso cuando se les advierte de ello. Ya sea una cuestión de aspecto físico, opiniones o actitud, criticarán cualquier defecto de la otra persona, sin importar si realmente es digno de desprecio.
Se sienten superiores al resto
Una de las características de una mala persona es el narcisismo y las ínfulas de grandeza. Al igual que las personas narcisistas, creen hallarse por encima de otros, y consideran que merecen un trato especial, aunque no hagan nada para ganárselo. La gente con actitudes malévolas tiende a despreciar a todo aquel que no esté a la altura, además de ser notablemente egoísta. Frecuentemente ponen sus propios intereses por delante en cualquier circunstancia, sin importar el hecho de que puedan perjudicar a terceros.
Son irresponsables y victimistas
Una actitud inmoral suele ir ligada a la falta de responsabilidad en sus tareas diarias, y especialmente ante los errores. Las personas que manifiestan comportamientos perversos tienden a desentenderse cuando se les afea una conducta negativa, además de caer en el victimismo. Según ellos, no pueden tener la culpa de nada, y el problema vendrá siempre por parte de terceros.
Son personas rencorosas
Otra de las características de una mala persona es su incapacidad para perdonar los agravios y su necesidad de una revancha. Si has hecho cualquier cosa que haya ofendido a alguien así, ten cuidado, ya que es bastante probable que albergue un gran rencor hacia ti. Es posible que no dude en humillarte o recurrir a toda clase de artimañas para hacerte pagar, aunque el agravio carezca de importancia objetiva.
Son personas interesadas
No siempre tiene por qué ser así, pero en la mayoría de los casos, la gente tóxica nunca da nada a cambio de nada. Es habitual que estas personas solo hagan favores u ofrezcan su ayuda para obtener algún tipo de gratificación a cambio, y no por razones altruistas. Incluso en momentos en los que parecen mostrar una actitud más positiva y amigable, desconfía si ha manifestado previamente otras actitudes de la lista.
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