El NAD, las sirtuinas y la autofagia son áreas respaldadas por la ciencia de la longevidad, pero es necesario abordarlas tal y cómo explican estos expertos.
En los últimos años, se ha hablado mucho sobre nuevas formas de mejorar la salud y prolongar la vida. Desde suplementos que prometen recargarte de energía hasta dietas que aseguran mantenerte joven y en forma. Uno de los conceptos más populares en este campo es el NAD, una molécula fundamental en la producción de energía celular y la reparación de tejidos. Pero, ¿realmente funciona o es solo otro truco publicitario?
1. Cómo la nutrición afecta la longevidad
Cuando hablamos de hábitos probados, nos referimos a aquellos que encontramos en las llamadas “zonas azules” del mundo: comunidades donde la gente vive más allá de los cien años en condiciones de salud óptimas. Un ejemplo claro es Okinawa, en Japón, un pequeño pueblo con la mayor cantidad de centenarios del planeta. El secreto de su longevidad radica en varios factores comunes que podemos replicar fácilmente:
- Consumo moderado de proteína animal: En estas comunidades, se consume carne, pero en muy pequeñas cantidades, y solo de manera ocasional.
- Consumo de alcohol en moderación: Aunque se consume alcohol, lo hacen en dosis muy bajas, lo que parece tener un efecto protector sobre la salud.
- Abundancia de verduras y frutas: La dieta está llena de vegetales y frutas, probablemente por su capacidad antioxidante, lo que ayuda a mantener las células saludables.
- Legumbres como fuente de proteína y fibra: Aportan beneficios gracias a su efecto en nuestro sistema digestivo. Aunque se consideren “antinutrientes” en grandes cantidades, consumidos moderadamente activan un proceso llamado “hormesis”, que fortalece nuestro organismo al exponerlo a pequeñas dosis de lo que podría ser nocivo en exceso.
Además, en estas comunidades la actividad física está integrada de manera natural en la vida diaria. No hay necesidad de ir al gimnasio, porque las personas se mueven constantemente: caminan largas distancias, trabajan en el campo o realizan tareas domésticas. Es decir, el movimiento es parte de su día a día, y esto es más sostenible a largo plazo que una rutina de ejercicios específica. Las personas que caminan a su trabajo, cuidan de sus huertos o realizan otras actividades físicas cotidianas, se mantienen en forma de manera orgánica.
Los beneficios del ayuno intermitente en la ciencia de la longevidad
El ayuno intermitente ha ganado terreno como una herramienta para mejorar la salud y mantener el cuerpo en forma. Pero el ayuno prolongado, que puede durar varios días, va un paso más allá. Durante este tiempo, el cuerpo entra en un estado de “autofagia”, un proceso en el que se deshace de las células viejas o dañadas y las recicla para generar energía. Es como un “reseteo” del organismo.
Pero antes de lanzarte a un ayuno de cinco días solo con agua, hay cosas que debes saber. Para algunas personas, especialmente las mujeres, un ayuno prolongado puede afectar el equilibrio hormonal y, en casos extremos, llevar a la pérdida del ciclo menstrual. Por eso, si estás pensando en hacer ayunos largos, es importante que hables con un profesional de la salud y ajustes el ayuno según tus necesidades y tu situación personal.
2. Suplementos para prolongar la vida
Por otro lado, tenemos los nuevos avances científicos que se están estudiando, como la práctica del ayuno intermitente, la restricción calórica y el uso de suplementos nutricionales como el NAD.
¿Qué es el NAD y por qué todo el mundo habla de él?
El NAD (nicotinamida adenina dinucleótido) es una sustancia que está en todas las células de nuestro cuerpo y que ayuda a que el metabolismo funcione correctamente. Sin embargo, a medida que envejecemos, los niveles de NAD disminuyen, lo que se traduce en menos energía y una menor capacidad para reparar las células. Aquí es donde entran en juego los suplementos de NAD, que prometen regenerar nuestras células envejecidas y hacernos sentir como si tuviéramos 25 años otra vez.
“El NMN es el precursor del NAD. Al consumir alimentos con NMN, que está presente en varios suplementos, incrementas eventualmente tu porcentaje de NAD. De esta manera, se ha observado en múltiples estudios con ratas y otros animales —como levaduras y vacilos— que viven entre un 30% y 50% más de su esperanza de vida, lo que en humanos podría traducirse en unos 10 años adicionales”.
Dr. Patricio Ochoa. Médico cirujano especializado en longevidad y anti-aging
Suena genial, ¿no? El problema es que no todo es tan sencillo. Algunos estudios han demostrado que, aunque el NAD puede ser efectivo, no se absorbe del todo bien cuando lo tomamos en cápsulas o en polvo. En otras palabras, la mayor parte de ese suplemento que ingieres se pierde en el proceso digestivo y lo terminamos expulsando a través de la orina. Por eso, algunas personas han empezado a inyectárselo directamente, lo cual no siempre es recomendable porque puede sobrecargar el corazón y generar problemas cardiovasculares.
Cómo aprovechar al máximo partido al NAD
Entonces, ¿cómo se puede aprovechar el NAD de manera segura? La respuesta más sencilla es a través de precursores del NAD y alimentos que lo potencien. En lugar de centrarse solo en suplementos, se pueden obtener beneficios similares con una dieta equilibrada y rica en nutrientes, acompañada de ejercicio diario.
La relación entre el NAD y las sirtuinas
El NAD está relacionado con las sirtuinas, unas proteínas que ayudan a nuestro cuerpo a reparar el ADN y a regular la actividad celular. Imagínatelas como pequeñas máquinas que detectan daños en las células y se encargan de solucionarlos. ¿Cómo las activamos? Principalmente, a través de la restricción calórica (comer menos) y el ejercicio físico.
Alimentos como las aceitunas, los champiñones y el té verde son perfectos para activar estas proteínas. Este tipo de dieta, llamada la dieta de las sirtuinas, ha demostrado aumentar la longevidad en animales y mejorar la salud metabólica. Pero, siendo sinceros, en humanos no es tan fácil mantener una dieta hipocalórica durante largos periodos de tiempo. ¿Te imaginas vivir solo con el 20% de tus calorías habituales durante años? ¡Imposible!
Por eso, en lugar de obsesionarse con restricciones drásticas, es mejor centrarse en una alimentación que incluya alimentos ricos en polifenoles y antioxidantes. Cosas como los frutos rojos, el aceite de oliva y el té matcha ayudan a mantener el cuerpo sano y a activar las sirtuinas sin necesidad de pasar hambre.
El resveratrol y el terostilbeno
Aparte del NAD, también existen otros suplementos populares como el resveratrol y el terostilbeno. Estos compuestos se encuentran de forma natural en frutas como las uvas y los frutos del bosque, y se han vinculado a la activación de las sirtuinas. La diferencia entre ambos es que el terostilbeno parece durar más tiempo en el cuerpo, por lo que podría ser más efectivo.
Aun así, no debemos olvidar que una buena alimentación siempre será la mejor opción. Los suplementos pueden ser útiles, pero no hacen milagros. Una dieta colorida y variada, con frutas, verduras, legumbres y grasas saludables, te proporcionará la mayoría de los beneficios que buscas sin tener que recurrir a pastillas o inyecciones.
3. Un estilo de vida saludable para una vida más larga
Al final del día, para promover una vida longeva y saludable, es necesario encontrar un equilibrio entre lo que ya sabemos que funciona y las nuevas tendencias en nutrición y salud. Las dietas basadas en vegetales, la actividad física moderada y el apoyo social son prácticas que han demostrado su eficacia durante siglos. Y aunque las nuevas investigaciones son prometedoras, debemos abordarlas con cautela hasta que se disponga de más evidencia concluyente.
No se trata de elegir entre una dieta hipocalórica estricta o suplementarse con todas las últimas novedades del mercado. Se trata de encontrar un estilo de vida que puedas mantener a largo plazo y que te haga sentir bien, física y emocionalmente. Escuchar a tu cuerpo, rodearte de personas que te apoyen y cuidar tu alimentación de manera consciente es, probablemente, la mejor receta para una vida larga y plena.
