El problema no está en que tu pareja no te quiera, sino en que sientas que nunca es suficiente. Por eso, deberías replantearte las expectativas que tienes de la relación con la ayuda de estos expertos.
Seguro que te ha pasado: empiezas con un pequeño hilo de pensamiento y terminas sintiendo que tu pareja no te quiere, no te desea o no te valora lo suficiente. Que si ya no te mira con los mismos ojos, se le ha olvidado darte las buenas noches o no te ha devuelto la llamada en unas horas. La telenovela la tienes montada en tu cabeza y has dejado volar tu imaginación y con ella todos tus miedos e inseguridades. Sí, a veces puedes tener razón y que tus indicios de verdad estén en lo cierto. Pero hay otros casos en los que el problema está más en ti y en las malas pasadas que te juega la mente. Y estos psicólogos te explican por qué es peligroso pensar así y vivir con tantísimas expectativas constantemente.
¿Por qué siento que ya no me ama?
Cuando sentimos que algo no va del todo bien en nuestra relación, parece que se acaba el mundo. Sientes que tu pareja está distante, como si hubiese perdido el interés, empiezas a dudar de ti mismo y tu autoestima se lleva un buen golpe. “Debemos entender que esto no va de nosotros”, dice Enrique Delgadillo, especialista y líder mundial en psicología trascendental. “Nos percibimos como los protagonistas de nuestro cuento y a los demás como actores de reparto”. Esto hace que en una relación queramos ser “el todo” para la otra persona. Queremos que nos den la máxima prioridad, pero la movie no funciona así.
“De la misma forma que te pasa a ti, tu pareja también se ve protagonista de su película”. Cada uno tiene su versión y ambas son perfectamente válidas, pero que tú sientas que tu pareja no te quiere lo suficiente, no significa que sea la realidad. “No hay una relación. Hay dos relaciones: la que tú tienes con la otra persona y la de esa persona contigo”. Por eso, debes entender que todos procesamos las dudas de forma diferente. Unos tienden a externalizar lo que sienten. Y otros se encierran en sí mismos y prefieren lidiar con ello en solitario.
“Contar absolutamente todo lo que te está sucediendo a veces hace que uses tu relación de basurero”, dice Delgadillo. “Y queja tras queja empiezas a volverte menos atractivo para la otra persona”. O sea que cuidado con decir cada dos por tres “es que no me buscas, yo te amo mucho más, no me quieres lo suficiente como para hacer esto o lo otro por mí”. Es muy peliagudo manipular a la otra persona para que se exprese más o te demuestre más por el hecho de que tú sientas algo que puede no estar justificado. “Lo va a sentir como una invasión de su espacio personal. Lo mejor es dejarle procesar sus emociones sin interferir y cuando quiera compartirlo contigo, lo hará”.
¿Cómo pueden las dudas afectar a tu relación?
Si nunca estás del todo satisfecho y siempre sientes que tu pareja no te quiere lo suficiente o no te hace el caso que necesitas, quizás eres del tipo de persona que se inclina hacia el apego ansioso. “Una de las cosas de las que podemos ser culpables es que vemos algo que no nos gusta o que nos recuerda al pasado y nuestro cerebro inventa una historia sobre lo que creemos que está sucediendo”, explica el experto en relaciones Matthew Hussey. “Tenemos esta asombrosa habilidad para construir historias muy rápidamente. Hacemos deducciones y cálculos a un ritmo extraordinario y en esta situación, especialmente si tenemos una mentalidad ansiosa, podemos precipitarnos con estas suposiciones”.
¿Qué conseguiremos? Que nuestras emociones estén basadas no en la realidad sino en la historia que hemos creado en nuestras mentes. Eso hace que saquemos la armadura pesada y nos pongamos en modo pasivo-agresivo a avasallar con el clásico “¿aún me quieres?”. Eso hace que “muchas relaciones terminen. Y no porque alguien no pueda manejar nuestras heridas, sino porque no pueden lidiar con nuestras armas”, comenta el experto. Es decir, nuestra ansiedad nos precipita a conclusiones que solo están en nuestra cabeza. Empezamos a sobrepensar y a inventar relatos que no han ocurrido y que quizás jamás ocurran por ese miedo con el que vivimos de no ser suficientes y de perder a la otra persona. Esto, paradójicamente, nos aleja de ellos, porque queremos al otro desde la dependencia, las expectativas y la ansiedad de que todo sea como en un cuento de hadas.
¿Qué hacer si siento que mi pareja no me quiere?
Cuando empezamos a crearnos inseguridades que alimentan esta idea de “no me quiere, no me desea, no vamos a estar juntos”, dudamos de nosotros y nos sentimos insuficientes. “Hay que entender algo muy importante y es que cuando no desciframos lo que está pasando en nuestro interior, empiezan a crearse ciclos viciosos de autoestima baja”. Una duda que acaba convirtiéndose en una película de Hollywood. “Así funciona nuestra mente y lo que descubrimos es que ponemos en manos de otra persona nuestra felicidad y esto nos vuelve terriblemente indeseables”, asegura Delgadillo.
“Si llega un momento en el que empiezas a necesitar de las acciones del otro para poder estar en paz y tranquilo, vas a entrar en una dinámica muy tóxica”. Y eso es lo que acaba pasando con las relaciones dependientes. Recuerda: “no es obligación de nadie estar con nadie”. Si ambos estáis dispuestos a trabajar por la pareja, genial. Y si la otra persona no está dando lo que tú crees que mereces, entonces puedes replantearte qué hacer. “El problema cuando empezamos con esta dinámica de conseguir algo de nuestra pareja para sentir que valemos, es que nuestro ego busca mil maneras de manipular el entorno para alcanzarlo”.
Y ahí empiezan a surgir conductas nada recomendables como mostrarnos fríos o hacerles ghosting. Ese sentimiento de miedo y vacío viene de una expectativa que has generado del mundo que no ha sido satisfecha. “Deja de ser la persona que busca controlar para que la gente haga lo que tú quieres”. Plantéate cómo te gustaría que fuera tu vida. Cómo te quieres sentir, qué tipo de persona conseguiría esas cosas sin manipular la situación. Y si tus pensamientos y comportamiento son congruentes con esa versión que aspiras a ser.
¿Cómo manejar las expectativas en una relación?
El eterno inconformismo que sientes con tu pareja, avivado por las historias creadas por el cine y la música, ha hecho que tengamos unas expectativas poco realistas de qué es el amor. “No podemos dejar de tenerlas, pero sí tratar de gestionarlas”, explica la psicóloga Teresa Terol. Tenemos una creencia distorsionada del amor que la experta llama “el Síndrome de Frida Kahlo”. Es el mítico “si tengo que pedirlo, ya no lo quiero”. Y es que asumimos que la otra persona tiene que suponer nuestra necesidad en cada momento y eso no funciona así. Nuestra interpretación es que si no nos ha contestado a un mensaje, no nos ha dado un mordisco de amor o no nos ha dicho “te quiero” en todo el día, no le importamos lo suficiente. Pero la realidad es que esa persona puede tener otra forma de verlo.
No eres el centro de su mundo. De ahí que Terol aconseje poner el foco en lo que te aporta y no en lo que te falta. “Una relación promovida por el miedo a perder a la otra persona nace de algo que nos está faltando a nosotros”. Por eso, lo mejor que podemos hacer es cambiar el chip y pensar las cosas desde el “prefiero tener pareja y te elijo hoy”. Y no tanto desde el “necesito tener pareja y vamos a estar juntos siempre”. Es completamente normal sentir miedo. Pero cuando tienes trabajado todo lo que hay detrás, te comportas diferente. No se trata de no sentir, sino de saber gestionarlo. Ten en cuenta que “la persona que vive el amor desde la no gestión de sus emociones, es víctima de sí misma”. Y lo mismo ocurre con sentir que tu pareja no te ama lo suficiente.
¿Qué dice el síndrome de Madame Bovary sobre las relaciones de pareja?
Este concepto quizás te suene de la novela de Gustave Flaubert y hace referencia a las expectativas vs. la realidad. “Es el síndrome de insatisfacción crónica de una persona. Y se produce por la frustración de las aspiraciones no cumplidas”. Y lo mismo te puede pasar a ti, que tienes una idea en la cabeza de lo que debería ser el amor, de que todo debería encajar y fluir por sí solo. “Hay que revisar estas cuestiones porque la vida es sinónimo de problemas. Y tener pareja es sinónimo de tener problemas de pareja”, dice Terol. “A día de hoy estamos en la sobreexigencia de las expectativas. Y eso nos hace mucho daño”.
Piensa que siempre hay dos caminos: o bien sanar la relación o abandonarla. Un ejercicio buenísimo que recomienda Terol para que dejemos de sentirnos insatisfechos o insuficientes, es que nos familiaricemos con el concepto de “ganga emocional”. Son aquellas cosas que a ti te aportan muchísimo y a tu pareja no le suponen ningún esfuerzo. Haz una lista de las cosas que te gustaría que tu pareja hiciese y dásela para que puntúe del 0 al 10 cuánto le costaría hacerlas. Lo que a ti te guste 10 y a esa persona le cueste 0, eso es el win-win. El miedo nace de lo que nos falta y sentir que nuestra pareja no nos quiere lo suficiente es precisamente el reflejo de ese miedo, por eso lo mejor que podemos hacer es ver el amor como un equilibrio y no basarlo en expectativas creadas por Disney.
