Si estás en ese punto tan frustrante en el que no dejas de preguntarte “por qué mi plan de entrenamiento no funciona” ha llegado el momento de hacer una revisión. Muchos de nosotros podemos identificarnos con la situación tan común de querer ponernos en forma, sentir la motivación y hacer todo lo posible… pero sentir después de un tiempo que algo simplemente no funciona. No te sientes tan bien como esperabas, ni te ves tan bien como habías imaginado. Así que acabamos desilusionándonos y abandonando el gimnasio.
La motivación se hunde y la tarjeta de socio del gimnasio se entierra en el fondo de nuestra cartera, volviendo al punto de partida. Esta es la razón por la que las inscripciones al gimnasio se disparan en enero, pero los gimnasios están relativamente tranquilos en marzo. No puedes confiar únicamente en tu fuerza de voluntad para tener éxito. He aquí seis maneras en las que tantas buenas intenciones te defraudan y cómo arreglarlas para que funcionen a tu favor.
No te fijas objetivos concretos
Cualquiera puede decir ‘quiero ponerme en forma’ o ‘necesito perder peso’. Cuando has llegado al punto de preguntarte “por qué mi plan de entrenamiento no funciona” debes entender que la motivación es fundamental, y para ello, necesitas tener un objetivo, algo por lo que trabajar y, desde luego, algo con lo que medir tus progresos.
Sé específico y haz un seguimiento de tu evolución. Cuando ves lo lejos que has llegado, es más fácil volver al buen camino si la vida se interpone y te tomas unas margaritas de más (y entrenas demasiado poco) en vacaciones o te das un capricho en la cena de cumpleaños de alguien.
No hay un plan fijo
Muchas personas que van al gimnasio caen en esta trampa. Te presentas, miras a tu alrededor para ver qué quieres hacer y empiezas a trabajar en unas cuantas máquinas o te subes a una cinta de correr. Cuando no tienes un plan de ataque establecido, tus entrenamientos serán, sin duda, más cortos y menos eficaces. Así que hay que empezar por desarrollar un plan de entrenamiento y luego tener la paciencia, la fortaleza y el compromiso de ceñirse a él. ‘Un programa debe desarrollarse en función de la edad, los objetivos, la dieta y el tiempo de cada persona’, dice Alfonso Peralta, del centro deportivo Viding Alcántara. ‘Desarrollar una rutina de entrenamiento puede dar miedo, pero en realidad no es demasiado difícil y es bastante divertido una vez que entiendes los conceptos básicos’.
Te rindes demasiado rápido
El cuerpo humano retrocede por instinto cuando se siente fatigado, como sin duda habrás experimentado. La paciencia es clave. Establece metas a corto y largo plazo realistas. La transformación física es un proceso gradual. Celebra los pequeños logros y mantén un registro para monitorear tu progreso.
Si te estás en modo bucle con el pensamiento obsesivo “por qué mi plan de entrenamiento no funciona” pregúntale a un entrenador personal cuántas veces tiene que pedir a sus clientes que vayan más despacio en sus entrenamientos o que se relajen, y se reirá. Una vez que hayas fijado tus objetivos, esfuérzate por alcanzarlos, intenta superar tus marcas personales y los resultados estarán casi garantizados.
Levantar demasiado peso
Es comprensible que un chico quiera levantar todo el peso que pueda (o que se crea capaz). Pero ese esfuerzo no sirve de mucho, sobre todo si te lesionas, dice Javier Cruzado, entrenador fitness en el centro Viding Alcánta de Madrid. En lugar de esforzarse con todo ese peso, Cruzado sugiere centrarse en la calidad del movimiento, utilizando movimientos lentos y constantes para obtener los mayores beneficios.
Descuidar la nutrición
Puedes pasar todo el tiempo que quieras en el gimnasio, pero si no estás teniendo una dieta sana, no verás lo que quieres en el espejo. Si quieres perder la rueda de repuesto, el ejercicio más importante en el que deberías centrarte es en lo que te metes en la boca.
La dieta es lo que más influye en el aspecto de tus abdominales. ¿La solución más sencilla? Deja el azúcar y los carbohidratos refinados. Y no se trata solo de la comida: el alcohol es una de las formas más fáciles de sabotear tus progresos. Sobre todo porque el alcohol conlleva un exceso de calorías y a menudo una pérdida de motivación gracias a esa bestia testaruda y furiosa conocida como resaca. Lo mejor es limitar la bebida a una noche a la semana o que pruebes las nuevas bebidas 0,0 sin alcohol, como Beefeater 0,0 o Ballantine´s 0,0 (si eres mas de Whisky). Y cuando bebas, intenta combinar agua y alcohol para mantenerte hidratado y evitar la resaca.
No diversificas tus esfuerzos
Incluso los que entienden que no se puede reducir la grasa de forma puntual suelen pasar demasiado tiempo en el gimnasio haciendo abdominales para conseguir un ‘six pack‘. O solo hacen flexiones con mancuernas para fortalecer los brazos. Pero la clave está en los movimientos compuestos, como las sentadillas, las flexiones y las dominadas. Estos trabajan el cuerpo como una unidad, quemando más calorías en el proceso. El cuerpo necesita variedad. Si tus músculos no se ponen a prueba, no se fortalecerán.