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Cómo descubrir si alguien nos tiene envidia y quiere hacernos daño

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Intentarán ridiculizarte, dejarte en evidencia delante de los demás, quitarle mérito a tus logros y sacar de contexto tus actos y palabras para perjudicarte. Estas son las características de las personas envidiosas.

La envidia nunca puede ser sana. ¡Jamás! Esa frase hecha no deja de ser una figura literaria, porque el sentimiento de envidia solo produce dolor. Especialmente en las personas envidiosas, pero en ocasiones también en el envidiado.

La raíz de este problema está muy unida a un bajo nivel de autoestima en las personas envidiosas mezclado con una buena dosis de narcisismo. Una fusión ilógica y explosiva. Alguien que quiere destacar en cualquier campo de la vida pero a la vez se siente inferior en esa misma faceta respecto a otras personas cercanas.

Una realidad sobre la envidia es que implica a personas generalmente cercanas. Entre amigos, familiares o compañeros de trabajo que conviven casi día a día. Siempre puede haber alguien que tenga celos de las cualidades del otro. Mientras esos celos pueden convertirse en admiración y acicate para mejorar, en el caso de las personas envidiosas el proceso va en otra dirección, hacia la animadversión.

Características de las personas envidiosas

Sin embargo, a diferencia de otras sensaciones negativas que todos podemos sufrir, una de las cualidades de la envidia que se sabe disfrazar con mucho arte y de forma instintiva, con comportamientos tan hipócritas como nocivos.

Además, nadie es capaz de reconocer que siente envidia hacia otra persona. Nadie reconoce vivir con esa emoción tan tóxica. Podemos decir que tenemos que controlar nuestra ira o nuestra ansiedad, pero nadie habla de sus sentimientos de envidia. Está muy mal visto, ¡y con razón!

Si alguien siente envidia hacia otra persona, la responsabiliza de todos sus males. Pero la única verdad es que el problema lo tiene uno mismo, el envidioso, no el envidiado. Ya hemos apuntado la baja autoestima y el narcisismo, pero también un carácter muy competitivo e incluso una pobre personalidad que solo lleva a la imitación, pueden ser claves para el surgimiento de la envidia.

En todo caso es un sentimiento tremendamente negativo. En especial para quien lo sufre, ya que le acarrea frustración e infelicidad. Algo que puede tener consecuencias impredecibles en la relación que mantiene con las personas envidiadas. Por esa razón es importante saber si alguien siente envidia hacia a ti. Aquí te damos algunas claves para reconocer tal situación.

Está claro que no todo el mundo sufre envidia a un mismo nivel. Y por lo tanto no todas las personas responden con comportamientos idénticos ante esas sensaciones. No obstante, hay ciertas señales habituales. De ellas os hablamos a continuación:

El envidioso siempre está a la defensiva

Una de las señales más evidentes para reconocer a las personas envidiosas es comprobar que son personas que siempre se muestran a la defensiva. Su nivel de envidia provoca que cualquier actitud, frase o logro ajeno lo reciban como una ofensa personal. Una sensación que se multiplica exponencialmente si esa misma actitud, frase o logro es admirada por terceros. Todo supone un ataque hacia su persona y su reacción puede ser imprevisible.

El envidioso siempre se alegra de los errores ajenos

Ese mismo proceso mental tiene como contrapartida que sienten como victorias los fallos o errores de ese envidiado competidor. Puede que la reacción de alegría no sea demasiado vehemente, pero si intuimos que alguien siente envidia, el mejor momento para confirmarlo es observarlo en nuestros momentos más bajos. Seguro que esa persona está de buen humor.

El envidioso siempre minimiza tus logros

Otra reacción habitual de la envidia es rebajar tus éxitos. Siempre hallará razones para desprestigiarlo. Puede argumentar que es fruto de la suerte, de la casualidad, de enchufes, etc… Nunca reconocerá tus méritos, y mucho menos lo hará públicamente.

La envidia lleva a la crítica

El minimizar y hasta ridiculizar los éxitos puede ir un paso más allá. Las personas envidiosas puede dedicarse a criticar todo aquello que digas o planees. Algo que no hará de tú a tú. Su objetivo es aprovechar la más mínima oportunidad ante amigos comunes e incluso verdaderos desconocidos para criticarte, minar tu credibilidad y menospreciarte.

El envidioso cara a cara

Mientras esa crítica constante y destructiva la hace ante terceros, cuando te enfrentas a esa persona envidiosa, no es tan fácil desenmascararlo. Puede tener dos modos de comportarse. Uno es contradecir siempre todo aquello que digas, pero no con un espíritu constructivo y de aportación, sino por el simple hecho de no darte jamás la razón.

Mientras que también puede desarrollar una estrategia mucho más hipócrita y hacer todo lo contrario. Alabar y elogiar tu opinión, pero de una forma totalmente falsa, aunque en cuanto tenga otro auditorio diga exactamente lo opuesto.

El envidioso siempre es un mal consejero

Una de las mejores formas de descubrir a las personas envidiosas es analizar a posteriori sus consejos. Cuando alguien de una forma reiterada te da malos consejos, no es casual, es deliberado. Es su forma de sabotearte. Al fin y al cabo su felicidad radica en tu fracaso, de manera que si puede orientarte hacia él mucho mejor.

El envidioso es alguien desilusionante

Otra características de las personas envidiosas es «ser un poco cenizos». Es decir, desalentarte en tus proyectos, sean vitales o profesionales. El objetivo es desilusionarte, hacerte ver solo la parte negativa de tus sueños o planes, de manera que ni siquiera los comiences. Porque de esta manera jamás lo podrás lograr y te provocarán una dolorosa frustración.

El envidioso sabe cuándo debe alejarse

Otras de las características más llamativas de las personas envidiosas es el arte que tienen para saber cuando estar y cuando no estar. Si alguien te tiene envidia habrá momentos en los que no lo tendrás cerca de ti. Cuando necesites su ayuda, no tengas ninguna duda de que no estará a tu lado para ofrecértela. Y tampoco los verás en tus celebraciones más exitosas. Son incapaces de presenciar tu alegría, y mucho menos participar de ella. Como decíamos al principio, prácticamente lo sienten como una afrenta personal.

El envidioso siempre sabe cómo darse importancia

En cambio, si la persona que ha alcanzado un éxito es ella, tampoco debes tener ninguna duda de que te lo hará saber a ti y a tus allegados. Sus sensaciones no se quedan en la satisfacción personal, el logro no es completo si no le sirve para sentirse superior a ti.

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