Neurocientíficos registran la actividad eléctrica del cerebro de personas con y sin alucinaciones auditivas para sacar a la luz las redes neuronales que podrían estar involucradas en la audición de voces o sonidos que no se corresponden con ninguna realidad física.
Un nuevo estudio ha revelado información clave sobre lo que ocurre en el cerebro de las personas con esquizofrenia que experimentan alucinaciones auditivas, es decir, aquello pacientes que dicen oír voces.
El equipo de investigación, dirigido por Chen Zhang, del Centro de Salud Mental de la Universidad Jiao Tong, y Xing Tian, del Instituto de Ciencias Cognitivas y del Cerebro NYU-ECNU, en Shanghái, ha efectuado electroencefalogramas (EEG) a esquizofrénicos con y sin alucinaciones auditivas para desarrollar modelos de las redes neuronales involucradas en este angustioso fenómeno.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta al modo de pensar, sentir y comportarse de quienes la padecen. A escala global, la enfermedad afecta a aproximadamente 24 millones de personas, o sea, a una de cada trescientos individuos, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una amalgama de factores desencadenantes
No se conoce con certeza la causa de la esquizofrenia, pero los científicos creen que resulta de una combinación de factores genéticos, neuroquímicos y ambientales. Por ejemplo, saben que alteraciones en neurotransmisores como la dopamina y el glutamato podrían influir en la aparición de este trastorno mental crónico.
Diferentes estudios también han detectado un conglomerado de factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla. Es el caso de los antecedentes familiares de esquizofrenia, vivir en condiciones de pobreza, estrés o peligro, complicaciones durante el embarazo o el parto, como desnutrición o exposición a toxinas y virus que afecten el desarrollo cerebral, y el consumo de drogas psicoactivas durante la adolescencia o juventud.
Por otro lado, estudios de neuroimágenes han revelado cambios tangibles en la estructura cerebral y el sistema nervioso central en personas con esquizofrenia. En efecto, casi la mitad de los pacientes presenta una dilatación de los ventrículos y una reducción del volumen en áreas como el lóbulo temporal, el tándem amígdala-hipocampo, el tálamo y la corteza prefrontal.
Agitación extrema, depresión y delirios
En este sentido, los estudios de neuroimagen funcional han detectado una disminución en la actividad de la corteza prefrontal, que es clave para el razonamiento. Esta hipofrontalidad constituye un hallazgo común en la esquizofrenia, especialmente durante la ejecución de tareas que requieren la activación de esta región del encéfalo.
Estos y otros desaguisados cerebrales convierten a la esquizofrenia en una enfermedad extraordinariamente compleja en la que concurren multitud de síntomas. Estos van desde la pérdida de la motivación y la capacidad de sentir o experimentar emociones hasta la desorganización de la conducta, la agitación extrema, la depresión y los delirios.
Entre el 60% y el 80% de los esquizofrénicos experimentan alucinaciones auditivas en algún momento de su vida. Los individuos que las padecen suelen escuchar voces que pueden hablarles directamente o que charlan entre ellas, y en algunos casos estas voces pueden ser críticas, amenazantes e incluso les invitan e incitan a realizar acciones que pueden poner en peligro sus propias vidas o las de terceros.
Desde voces hasta pisadas, campanadas y música
Unas veces, las alucinaciones auditivas son de una intensidad pequeña, casi inaudibles; y otras veces pueden ser muy sonoras, hasta el punto de que impiden dormir al paciente o escuchar a los interlocutores.
Pero no siempre son voces. En ocasiones, los enfermos con esquizofrenia oyen ruidos extraños, pisadas, campanadas, disparos, murmullos y hasta música.
Aunque estos episodios pueden ser profundamente perturbadores, los mecanismos neurológicos detrás de estas experiencias siguen siendo un tema de investigación activa y plagada de lagunas.
El cerebro, de alguna manera, genera los sonidos internamente.
Los neurólogos están convencidos de que las alucinaciones auditivas parecen estar relacionadas con una desregulación en la conectividad entre varias áreas de nuestra sesera, particularmente en aquellas involucradas en la percepción sensorial, el procesamiento del lenguaje y la generación de pensamientos.
Algunas investigaciones señalan que el córtex auditivo se activa de manera inusual en personas que experimentan este tipo de alucinaciones, incluso en ausencia de estímulos externos. Esto sugiere que el cerebro, de alguna manera, genera los sonidos internamente.
Además, se ha encontrado que áreas involucradas en el lenguaje, como el área de Wernicke, participan en la producción de estas voces, lo que podría explicar por qué las personas perciben voces con palabras y frases coherentes.
Cae la barrera entre los pensamientos internos y el mundo externo
Otro factor importante es la hiperconectividad entre las áreas sensoriales y otras partes del cerebro, como el hipocampo, que está involucrado en la memoria, y el córtex prefrontal, que se encarga de funciones cognitivas superiores, como la planificación y la toma de decisiones.
Esta hiperconectividad podría hacer que los pensamientos o recuerdos sean percibidos como voces externas. Es como si las barreras que normalmente separan los pensamientos internos del mundo externo se rompieran.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista PLOS Biology por Tian y sus colegas chinos aporta nueva información sobre las causas de esta fastidiosa alucinación sensorial. En palabras de Tian, las alucinaciones auditivas son quizá el resultado de anomalías en dos procesos cerebrales: el que genera las voces en la mente y el que revisa de dónde procede.
Una pérdida del yo
Los pacientes con ciertos trastornos mentales, incluida la esquizofrenia, suelen oír voces en ausencia de sonido. Aquellos pueden no distinguir entre sus propios pensamientos y las voces que le llegan desde el exterior, lo que se traduce en una menor capacidad para reconocer los pensamientos como autogenerados.
Para explicar este fenómeno, algunos expertos se habían centrado en relacionar ciertos cambios estructurales en la corteza auditiva con las alucinaciones sonoras. Es más, desde una perspectiva cognitiva, se sugería que estas voces estarían causadas por la pérdida del yo, es decir, una función inhibitoria alterada que impide a la persona reconocer que es ella misma quien genera esas voces o sonidos interiores.
Esta anomalía lleva a la pérdida del sentido de control sobre las propias acciones.
Afectados dos conjuntos de señales cerebrales
En palabras a la agencia SINC, Tian advierte de que los neurocientíficos «a menudo descuidan las percepciones internas que los pacientes experimentan en su mente, como en este caso, el oír voces». Y añade—: Por lo tanto, propusimos en este estudio la hipótesis de que hay dos conjuntos de señales en el cerebro afectados: el que origina la voz en la mente y el que controla y monitoriza de dónde proceden estos pensamientos”.
En el nuevo trabajo, los investigadores registraron con ayuda de un electroencefalógrafo las ondas cerebrales de veinte pacientes diagnosticados de esquizofrenia que sufrían alucinaciones auditivas y otros tantos que nunca habían experimentado tales síntomas.
Tian y sus colegas han aportado pruebas sólidas de que la red de transformación del sistema motor al auditivo y sus funciones operan de forma anómala.
Una «ruidosa» copia de eferencia
«Según nuestro modelo, la copia de eferencia [la señal que el cerebro usa para predecir y comparar percepciones sensoriales] ruidosa incrementa la sensibilidad de las poblaciones neuronales encargadas de procesar diferentes sonidos —explica Tian. Y continúa—: Este aumento no se ajusta específicamente al sonido objetivo, como ocurre en personas sanas, sino que puede activar muchos otros ruidos cercanos y causar síntomas de alucinaciones auditivas».
En general, cuando las personas se preparan para hablar, su cerebro envía una señal conocida como descarga corolaria, que suprime el sonido de su propia voz.
Sin embargo, el equipo de Tian ha demostradoque cuando los pacientes con alucinaciones auditivas se preparan para pronunciar una sílaba, sus cerebros no solo no suprimen estos sonidos internos, sino que presentan una mayor respuesta de copia de eferencia a sonidos internos distintos de la sílaba planeada.
Imposible diferenciar entre pensamientos y los sonidos externos reales
Esta alteración de la copia de eferencia provoca que los esquizofrénicos sean incapaces de distinguir correctamente entre las voces internas, esto es, los pensamientos, y los sonidos externos reales, lo que lleva a las alucinaciones sonoras.
En este sentido, el cerebro no predice correctamente las percepciones sensoriales, y permite que ciertos ruidos o voces internas se interpreten como si no fueran autogenerados, lo que contribuye a la confusión y a la pérdida de control sobre dichas percepciones.
Los autores del estudio no tienen duda alguna de que las deficiencias en estos dos procesos —la descarga corolaria y la copia de eferencia— están detrás de que algunas personas con esquizofrenia escuchen voces. Es más, creen que dirigirse a a estos dos conjunto de señales neurológicas podría conducir a nuevos tratamientos para silenciar los sonidos que atormentan a los esquizofrénicos.
A modo de conclusión, Tian añade lo siguiente: «Las personas que sufren alucinaciones auditivas pueden oír sonidos sin estímulos externos. Nuestro estudio sugiere que el deterioro de las conexiones funcionales entre los sistemas motor y auditivo del cerebro median en la pérdida de capacidad para distinguir la fantasía de la realidad.»
