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Así serán las ciudades del futuro

Nada de ciudades caóticas, edificios destruidos ni zombies. Las ciudades del futuro serán una respuesta a las necesidades del ser humano de adaptar su entorno en base a un mejor estilo de vida.

Avanzamos hacia un mundo cada vez más urbano. Naciones Unidas pronostica que casi el 84% de las personas vivirán en ciudades en 2050, una tendencia que no se ha visto afectada por la pandemia. Con cada vez más personas viviendo en áreas urbanas, nuestra forma habitual de ir al trabajo, hacer la compra o desplazarnos en general, está cambiando en respuesta a una necesidad humana. Las ciudades deben volverse más inteligentes para adaptarse a las crecientes necesidades de movilidad de la población. Pero ¿cómo es realmente una ciudad inteligente? 

El transporte y la naturaleza son la clave

Los parques y zonas verdes se han convertido en un must de los planes urbanísticos de las grandes ciudades. Jardines, largos y campos de golf cubren el terreno urbano como si de una gran alfombra se tratase. Madrid, por ejemplo, es actualmente la capital de la Unión Europea (UE) con más árboles, ya que tiene un total de 300.000 ejemplares, de los que 260.000 están colocados en las aceras de la ciudad. Poco a poco nuestras ciudades están evolucionando hacia una forma más avanzada y cómoda para desarrollar la vida, y además, muchas comienzan ya a usar tecnologías ubicadas en la nube digital para analizar, segmentar y administrar datos que ayuden a mejorar nuestra calidad de vida. Hasta el momento, esto se ha basado fundamentalmente en datos compartidos que facilitan la vida en la ciudad o resuelven ciertos problemas. Por ejemplo, Ámsterdam comparte sus datos de tráfico y transporte con desarrolladores externos que luego pueden crear aplicaciones de mapas que se conectan a los sistemas de transporte. Esto facilita la movilidad por la ciudad independientemente del medio de transporte que se elija. 

Copenhague también está liderando el camino con su compromiso de convertirse en una capital neutral en carbono para 2025. El plan Copenhagen Connecting proporcionará un enfoque integrado para el intercambio de datos que tiene como objetivo mejorar los servicios de la ciudad. El uso inteligente de datos inalámbricos de teléfonos móviles, GPS en autobuses y sensores en alcantarillas y contenedores de basura, ayudará a los políticos de Copenhague a cumplir con los objetivos de la ciudad de reducir la congestión, la contaminación del aire y las emisiones de CO2.  

Smart City: Conectividad e intercambio de datos

Con el intercambio de datos aumentando en ciudades de toda Europa, todo se volverá cada vez más inteligente. Sin embargo, una pieza fundamental para que esto funcione será el automóvil conectado. Los automóviles que estén conectados con el mundo que los rodea mejorarán significativamente la forma en que nos movemos por la ciudad. Desde garantizar que el tráfico siga en movimiento, hasta reducir la congestión en las horas punta y mantener las carreteras en buenas condiciones, es sorprendente todo lo que un automóvil conectado puede llegar a hacer por nuestras ciudades. 

A medida que miramos hacia el futuro, miramos hacia la transición de los motores de combustión interna a los motores eléctricos con menos partes móviles. Los sensores también desempeñarán un papel importante en las flotas autónomas, tecnologías que permitirán al neumático descubrir el estado de la carretera por la que circula: ¿Está mojado? ¿Está nevando? ¿Está resbaladizo? En base a esa información, el neumático podrá proporcionar al vehículo autónomo información sobre las distancias de frenado, por ejemplo, como clave para un futuro autónomo. 

La ciudad del futuro es más sostenible

Las carreteras en mal estado, un elevado consumo de los recursos naturales, la urbanización masiva sin coherencia, las emisiones de CO2 o los residuos contribuyen a la contaminación de las ciudades, sin embargo, a medida que tanto nuestro estilo de vida como nuestros medios de transporte evolucionen, se amortiguarán todos los efectos negativos que están teniendo sobre el medio ambiente el sistema que hemos estado manteniendo durante este último siglo.

La tecnología integrada en nuestro día a día y la sostenibilidad marcarán así el futuro de las ciudades inteligentes, que dispondrán de mejores infraestructuras y conexiones avanzadas que contribuirán desarrollo social, medioambiental y económico. Pero, ¿Cómo podemos aprovechar una gran ciudad ya existente y convertirla en una smart city? Aprovechando las infraestructuras que ya tenemos y mejorar sus debilidades, como la contaminación, la congestión o las desigualdades sociales poniendo la tecnología al servicio de estos problemas. Por ejemplo, sustituir el alumbrado público por luces de LED. O descongestionar el tráfico del centro urbano”, dice Menke. Hoy son ya 27 las ciudades que forman parte de la lista de smart más importantes del mundo, de un total de 5.550 ciudades con más de 100.000 habitantes, según un estudio de la Universidad de Glasgow. Londres, Singapur y Barcelona van a la cabeza.

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