El psiquiatra explica por qué este pequeño hábito puede aliviar la mente en los peores días.
El doctor Fernando Mora se ha convertido en una de las voces más cercanas y claras a la hora de hablar de salud emocional. Es médico psiquiatra, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro Haz que tu cerebro tome buenas decisiones. En redes sociales comparte herramientas sencillas para entender lo que sentimos y cuidarnos mejor, siempre con ese tono directo que lo ha hecho conectar con miles de personas. Él mismo lo resume así: “Soy Fernando Mora, médico psiquiatra, y esto te interesa. Sígueme para seguir cuidándote”.
Uno de los ejercicios que propone a sus seguidores sirve para frenar esos pensamientos negativos que aparecen de golpe y se quedan rondando la cabeza. Lo llama la otra cara de la moneda, y su objetivo es ayudarnos a ver la misma situación desde un ángulo distinto. No elimina los pensamientos obsesivos, pero reduce ese bloqueo mental que a veces nos deja atrapados en bucle.
Mora insiste en que no hace falta nada complicado para ponerlo en práctica. “Solo necesitas papel y lápiz, y unos minutos”. El ejercicio para eliminar los pensamientos intrusivos que tanto nos afectan consiste en dibujar una tabla con dos columnas y cuatro filas. Ese es el punto de partida. A partir de ahí, cada fila te guía paso a paso para que puedas ordenar lo que sientes y reformular la situación.
El ejercicio para eliminar los pensamientos negativos obsesivos,
1. Identifica la situación que te está bloqueando
La primera fila se centra en identificar la situación concreta que te preocupa. Puede ser un problema en el trabajo, una discusión con alguien o cualquier momento que te haya dejado inquieto. Lo importante es nombrarlo sin rodeos.
2. Describe con claridad cómo te sientes
En la segunda fila toca escribir, con detalle, cómo te ha afectado y cómo te estás sintiendo. Tristeza, decepción, culpa, miedo… Lo que sea que haya aparecido. Mora anima a ponerlo por escrito porque “cuanto más claro esté, más fácil será entenderlo”.
3. Busca posibles aprendizajes y pequeños beneficios
La tercera fila es la que suele sorprender. Aquí propone reflexionar sobre los posibles beneficios. Literalmente pregunta: “¿Qué puedo aprender de esta situación? ¿Hay algo positivo que puedas sacar de ella?”. Puede que al principio no salga nada, pero él insiste en anotar cualquier idea, incluso las que parezcan pequeñas.
4. Reescribe la situación desde un ángulo más positivo
En la cuarta fila llega el momento de escribir una nueva versión de la situación, centrada en los aspectos positivos. Un ejemplo que él mismo plantea resume muy bien el sentido del ejercicio: “Esta discusión me ha ayudado a darme cuenta de que no he hecho las cosas del todo bien. He aprendido que tengo que esforzarme más, pero también que tengo que aprender a poner límites a los demás. Creo que he crecido como persona”.
Mora utiliza una imagen muy simple para explicar por qué funciona: “Tu cerebro es como un músculo. Cuanto más practiques este ejercicio, más fácil te resultará ver el lado positivo de las cosas”. Esa constancia es lo que permite que el ejercicio deje huella y se vuelva más natural con el tiempo.
Quien quiera profundizar un poco más en este tipo de herramientas puede hacerlo en su libro Haz que tu cerebro tome buenas decisiones, donde reúne técnicas pensadas para gestionar mejor el estrés y enfrentar los problemas del día a día con más claridad.
