La nueva película de Netflix Un día y medio se adentra en las profundidades del conflicto humano, rompiendo esquemas y ofreciendo una visión realista del dolor y la desesperación que a menudo yacen bajo actos aparentemente incomprensibles.
El cine sueco nos ha regalado ejemplos estupendos de cómo narrar historias emocionalmente resonantes sin recurrir a la pirotecnia hollywoodense. «Un día y medio», la última entrega de Netflix, es también el debut como director de Fares Fares, conocido anteriormente por sus papeles como actor en películas como «Zero Dark Thirty» y la serie «Westworld». Aquí, Fares no solo dirige sino que también se mete en la piel de un policía, ampliando el espectro de su versatilidad.
La película sigue a Artan, interpretado con un matiz enigmático por Alexej Manvelov, un hombre desesperado que secuestra a su ex pareja, con quien comparte una hija, en un intento por reconectar con ella. Este acto impulsivo es el punto de partida para un relato profundamente humano que no se limita a los confines del género thriller.
La complejidad humana como protagonista
«Un día y medio» no intenta impresionar con efectos especiales, persecuciones de alta velocidad o giros de trama estruendosos. En cambio, destila tensión y conflicto a través de diálogos sólidos y actuaciones cautivadoras. La película retuerce las expectativas al invitarnos a considerar la complejidad de las motivaciones de Artan, haciéndonos cuestionar nuestras propias nociones de culpabilidad y redención.
Alexej Manvelov es el eje central en este espectáculo emocional, presentando un personaje multifacético que es tanto temible como lastimoso. Su actuación es una de esas interpretaciones que captura la humanidad en sus tonos más grises, una presencia que resuena mucho después de que los créditos han terminado de rodar.
Una contraparte formidable
Alma Pöysti, por su parte, no es solo un objeto de la trama sino una contraparte formidable. Aporta matices a su personaje, una madre y ex esposa que maneja su propia dinámica de poder en esta delicada situación. Su frialdad inicial se desarrolla en algo mucho más complejo, proveyendo un contrapeso esencial al papel de Manvelov. Su actuación muestra que ella no es solo una víctima, sino también una mujer con sus propias agencias y complicidades.
Dirección y guión
El guión es una de las joyas ocultas aquí, desarrollando una tensión psicológica palpable que es sutil pero efectiva. Fares Fares, al tomar doble función como director y actor, muestra un sentido agudo de ritmo y atmósfera. Su interpretación como policía añade otra capa al relato, uno donde el cumplimiento de la ley y la ética se enfrentan en un campo de batalla muy personal.
Opinión de la película «Un día y medio» de Netflix
«Un día y medio» es un excelente ejemplo de cómo un thriller puede contar una historia conmovedora sin recurrir al espectáculo. Es un filme que se beneficia de su simplicidad, centrándose en el dolor y la desesperación que subyacen en sus personajes más que en un despliegue grandilocuente de técnicas cinematográficas. Sin embargo, es precisamente esta moderación lo que podría evitar que la película permanezca como un hito memorable en el género.
En resumen, si buscas un thriller que se adentre en los rincones más oscuros del alma humana, «Un día y medio» es una apuesta segura. Pero si esperas una película que te deje sin aliento, podrías encontrarla un poco reservada en su impacto. Es una película que sabe jugar con sus puntos fuertes, aunque estos no sean necesariamente los que te mantienen pegado al borde de tu asiento.
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