Solo es necesario ir a lo esencial para ser eficaz. Esa es la sencilla y efectiva razón de ser de la nueva gama de tratamientos de los Laboratorios Clarins, en cuyo corazón se encuentra un nuevo extracto de planta: la esclarea.
Escuchar las necesidades de nuestra piel, más que nunca, se vislumbra como la estrategia perfecta para enfrentarnos al cambio de estación, porque como todo en esta vida, ser capaz de anteponerse a un problema es la táctica perfecta para minimizar las consecuencias. Hoy en día hay una clasificación para ordenar todo aquello que nos rodea, y como no podía ser de otra manera, también hay una clasificación para los tipos de piel: piel grasa, piel seca, piel mixta, piel acneica y, por supuesto, piel sensible. La sensibilidad de la piel puede manifestarse solo unos días o de forma prolongada. Su evidencia se manifiesta mediante signos que no se aprecian a simple vista, como picores, tiranteces… o visibles como las rojeces difusas o localizadas. Las pieles sensibles están expuestas a un tipo de estrés interno o externo que hacen que sean reactivas y requieran un cuidado especial. Esta hipersensibilidad de la piel afecta a un número de personas cada vez mayor, tanto hombres como mujeres, que han visto, como consecuencia del estrés laboral y del cambio tan brusco en nuestros antiguos E hábitos producido por la pandemia, la piel ha ido sufriendo alteraciones.
Tras más de 3 años de investigación en pieles sensibles y plenamente conscientes de que este problema es cada vez más común, los Laboratorios Clarins, junto con varios institutos de investigación -uno de ellos especializado en contaminación del medioambiente- han dado un paso más allá en la comprensión de los mecanismos de la hipersensibilidad de la piel. El resultado de esta investigación conjunta dio como resultado un descubrimiento importante: la función determinante de los receptores sensoriales cutáneos en la hipersensibilidad de la piel.
Los Laboratorios de Investigación Clarins evidenciaron el funcionamiento de los receptores sensoriales presentes en la piel. Estos receptores son muy reactivos al entorno natural y al modo de vida: diferencias de temperatura, estrés, reacciones, roces… Uno de los factores de mayor incidencia identificados durante las investigaciones fue la contaminación, que explica por qué la piel se ha vuelto cada vez más sensible durante los últimos decenios. De esta forma, un desequilibrio de los receptores sensoriales ocasiona que la piel se vuelva hipersensible.
A grandes problemas, grandes soluciones
La esclarea, fue seleccionada tras los estudios realizados a 75 plantas por Jean-Pierre Nicolas, el etnobotánico que trabaja en mano a mano con Clarins desde 2004. Se trata de una planta con propiedades beneficiosas y reconfortantes conocida desde hace siglos. Los romanos la consideraban una hierba divina y la utilizaban como “planta del bienestar”. En Francia, Carlomagno impuso su cultivo en los jardines para mejorar la salud de las personas y desde el Renacimiento, se han utilizado sus propiedades para cuidar la piel.
Los Laboratorios Clarins extrajeron de las flores y de las hojas de la esclarea una molécula purificada conocida como esclareólido, cuyos beneficios sirven para potenciar el cuidado y la protección de la piel. Además, para reforzar la acción reconfortante de la esclarea y actuar específicamente sobre los efectos nocivos de la contaminación en la piel sensible, los Laboratorios Clarins combinaron el esclareólido con el extracto de marrubio blanco, con el aceite de albaricoque bio, rico en ácidos grasos, y el aceite de camelia bio, reconocido por su acción nutriente.
De esta fórmula magistral ha nacido el tratamiento CALM-ESSENTIEL cuyas fórmulas equilibradas, que cuentan con un 95% de ingredientes naturales, están específicamente diseñadas para el cuidado y la protección de las pieles sensibles y debilitadas.