Sport Hotel Hermitage & Spa, más que un cinco estrellas alpino, un refugio de lujo para enamorarse de Andorra

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Calidez, espiritualidad y una cuidada gastronomía son las señas de identidad que hacen único al Sport Hotel Hermitage & Spa de Andorra, un lugar que ofrece a sus huéspedes sábanas de algodón egipcio, una carta de almohadas, una acogedora decoración de diseño y un restaurante con estrella Michelin. Y esto es solo el comienzo…

La sensación de calidez y sosiego es instantánea en cuanto uno entra al Sport Hotel Hermitage & Spa. Un enorme lobby de enormes techos picudos y tallado en madera de roble se dispone en un plano horizontal en el que se distribuyen las diferentes estancias de una planta cero que, como mural de fondo, cuenta con una enorme cristalera de pared a pared desde la que se ven las imponentes montañas nevadas de Soldeu.

En pleno corazón de la naturaleza, abrazado por la nieve impecable de sus cumbres y a una altura de 1.850 metros se encuentra este hotel de 5 estrellas que, en su origen, a principios del siglo pasado, fue una pensión que alojaba a los viajeros que cruzaban de nuestro país al país vecino.

El acogedor interior, en el que el principal protagonista es la madera, es obra y gracia de la interiorista Laura Pérez Pujadas. Los robustos pilares de roble macizo se mezclan con elementos decorativos con un toque industrial, con enormes sillones Chesterfield con mantas de tejido escocés y con butacas del diseñador danés Hans J. Wegner. El resultado es una reinterpretación del estilo alpino que genera un entorno tremendamente relajante, apacible y acogedor en el que el huésped se siente reconfortado cada segundo de su estancia en el hotel.

Pero si hay algo que convierta al Sport Hotel Hermitage & Spa en el único The Leading Hotels of the World de Andorra es su infinita lista de detalles. Las sábanas de algodón egipcio, la carta de almohadas y los coquetos amenities de la prestigiosa firma Aqua di Parma son un must en todas y cada una de sus 135 suites con vistas a las pistas de esquí.

Actividades de lujo a elegir

Sport Hotel Hermitage & Spa tiene el firme propósito de que cada día sea una aventura diferente y por esta razón ha diseñado un planning de actividades para que los huéspedes elijan el que más les apetece cada día: esquí con monitor en pista o esquí de montaña; una ruta en trineo tirado por perros a través de los valles nevados de Soldeu; una travesía en motos de nieve o, lo que sin duda hará de tu viaje una experiencia memorable, una excursión con raquetas de nieve a los lagos cercanos a Montmalús. En el caso de que elijáis hacer la excursión con raquetas de nieve, preguntad por la monitora Esther, una mujer de mirada iluminada y sonrisa amable y panorámica que conoce cada rincón de Andorra como la palma de su mano.

Gastronomía en estado puro

La experiencia gastronómica en Sport Hotel Spa Hermitage comienza desde el mismo momento en que el sol se asoma por los picos de las sierras nevadas. En el desayuno, un elegante salón vuelve a darnos la bienvenida con unas impresionantes vistas a los valles nevados. Desde cada rincón de esta elegante estancia y desde cada una de las mesas distribuidas en su espacio, se puede disfrutar de la belleza paisajística del entorno.

En el buffet de desayuno no faltan diferentes tipos de pan para las tostadas que van desde los clásicos pan de molde, pan de centeno o pan de chapata, hasta un delicado pan de cristal, perfecto para las tostadas de tomate y jamón ibérico que ofrece el hotel.

También podremos encontrar fruta de temporada, bollería horneada cada mañana, yogures y zumos caseros, cereales, tablas de embutidos y quesos, panceta, sándwiches calientes, tortitas, crepes o hasta una carta de huevos al gusto. No os vayáis del hotel sin haber probado sus huevos benedictinos, son exquisitos.

Para el almuerzo, os recomendamos acudir a Sol i Neu, un elegante restaurante a pie de pista con una increíble terraza con vistas a los paisajes del Valle de Soldeu. Su cocina, de estilo tradicional, está vigilada por Jordi Grau Lamarca, chef ejecutivo del hotel, que ha conferido un carácter selecto y vanguardista a los platos de carta. Imprescindibles son las croquetas caseras, el jamón ibérico o el steak tartar de solomillo de vaca. Los arroces son uno de sus puntos fuertes, pero si de verdad quieren disfrutar de la cocina de este restaurante, pidan al camarero su carta de carnes al peso ¡y a la brasa!

La experiencia gastronómica continua a la hora de la cena en el restaurante Koy Hermitage, el exclusivo japonés del chef Hideki Matsuhisa, ubicado en el interior del Sport Hotel Hermitage & Spa. Con un espacio reducido a unas pocas mesas y un servicio de barra, Koy es una parada obligada para los amantes de la cocina nipona.

Con los fuegos a vista de los comensales, este restaurante ofrece a sus visitantes dos menús degustación a elegir, uno de siete platos y otro de once platos, así como los platos más exquisitos y elaborados del restaurante Koy Shunka de Barcelona, premiado con una estrella Michelin.

La propuesta culinaria en Koy Hermitage reúne platos típicos tales como el Sushi, Sashimi o Makis o el Wagyu (ternera de Japón), así como productos Km0, como el Nyumen con Secreto Ibérico, que aportan una seña de identidad indiscutible a este viaje a la cultura gastronómica japonesa.

Además, Koy Hermitage tiene a disposición de sus clientes una generosa propuesta de bebidas tradicionales japonesas y cervezas específicamente seleccionadas para maridar los platos de carta.

El broche de oro a la oferta gastronómica lo pone Ibaya, el restaurante del varias veces galardonado chef Francis Paniego, que se encuentra en el corazón del Sport Hotel Hermitage & Spa.

Liderado por el chef ejecutivo Jordi Grau, Ibaya es una experiencia delicada y caprichosa, sofisticada y exquisita. La estrella Michelin recibida el año pasado refleja la fortaleza y dedicación del equipo en la búsqueda de experiencias sobresalientes dentro del sector de la restauración.

La cocina de Ibaya es un homenaje al buen gusto y a la creatividad, una mezcla a fuego lento entre lo conservador y lo vanguardista, entre la tradición familiar y la tierra de Andorra.

Entre los platos del menú degustación de Ibaya destacan las “croquetas que le quitó a su madre”, la ostra sobre un sedoso de ortigas y vegetales, la mamia con yema de huevo y caviar de trucha, el pichón asado con uvas al vino tinto, cereales y su canelón, y la albóndiga con el corazón líquido de trufa sobre una crema de patata y queso.

Dejad hueco para los postres, porque aquí también hay que dejarse sorprender. Para dar comienzo a la parte más dulce del menú, una de las propuestas consiste en usar las manos para saborear su “lana de crema helada de jugo verde, manzana y apio” o lo que es lo mismo, una especie de algodón de azúcar que se asemeja a la lana de la oveja, con una base refrescante de lima, limón, manzana verde, perejil y jengibre.

Mención especial merece su seleccionada carta de vinos con bodegas como Camins del Priorat, la favorita de Jose Luis Bonet, el director del hotel.

Desconexión absoluta en el Spa

La desconexión es el alma máter del Sport Hotel Hermitage & Spa construido para hacer del tiempo libre, una auténtica experiencia de relación y cuidados. Su Sport Wellness Montain Spa cuenta con 5000 metros cuadrados de aguas con circuitos de hidromasaje, jacuzzis, piscinas con acceso al exterior del hotel, sauna finlandesa, baño turco, baños de vapor aromáticos entre otros lujos acuáticos.

Además, entre sus espacios dedicados a la relajación, a la salud y al bienestar, se encuentra una planta completa separada en diferentes estancias -todas ellas con vistas a las impresionantes montañas nevadas- diseñadas específicamente para los tratamientos de cabina, masajes a la carta (deportivos, descontracturantes o relajantes entre otros) así como para rituales y tratamientos de belleza (ayurvédicos, detox, limpieza facial o tratamientos antiaging).

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