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Al sol de Estocolmo: todos los museos que tienes que visitar si vas a la capital de Suecia

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Texto: Anita Cufari

Estocolmo es la “Venecia del Norte”. Un rico archipiélago donde cultura, arte, diseño y ocio se mezclan con un paisaje urbano y natural que enamora a sus visitantes.

Estocolmo sorprende. Sus calles llenas de vida, la naturaleza que se cuela en cada esquina, las miles de opciones para sentarte en el parque improvisando un picnic, sus miles de islas con cientos de actividades y sus múltiples terrazas; seguro que te enamorará.

Así que empieza a soñar, hoy nos vamos a recorrer una de las ciudades escandinavas más apasionantes, liberales y dinámicas de Europa.

La ciudad comenzó en Gamla Stan, una isla que aún conserva su magia medieval. Calles empedradas que enamoran con sus cafés, anticuarios y arquitectura. La típica foto de las casas nórdicas está aquí en la Plaza Mayor (Stortorget), justo detrás del Museo Nobel. También aquí están la chocolatería Chockladkoppen, la reconocerás porque es la esquina de la casa amarilla. Está allí desde 1520 y para más datos, fue el primer lugar oficialmente Gay Friendly de Estocolmo.

Para la cena, otro histórico, el Den Gyldene Freden, que desde 1722 mantiene su decoración. Todo un viaje en el tiempo. En esta isla también encontrarás la catedral de Estocolmo, Storkyrkan, y el Palacio Real en cuyo patio puedes ver el cambio de guardia diariamente a las 12:15. Quédate con el nombre de esta isla, porque ya verás que en sus calles empedradas hay mucho más que historia.

Djurgården es la isla que atrae por su oferta cultural y actividades. Aquí se encuentra el Museo Vasa. Si te digo que encontrarás un barco hundido y recuperado, seguro que te lo pasas de largo.
Pero ve, porque vale la pena conocer la historia de esta nave que hasta tiene un trasfondo de novela mexicana con celos incluidos. Los mismos que recargaron tanto su decoración que lograron hundirla.

Justo en frente tienes el Nordiska Museet, el museo nórdico donde encontrarás la historia del pueblo sueco desde la edad media. El edificio seguro que capta tu atención y la caminata por el parque también. Un buen lugar para entender más a los escandinavos y su forma de ser.

Para la cena, otro histórico, el Den Gyldene Freden, que desde 1722 mantiene su decoración. Todo un viaje en el tiempo. En esta isla también encontrarás la catedral de Estocolmo, Storkyrkan, y el Palacio Real en cuyo patio puedes ver el cambio de guardia diariamente a las 12:15. Quédate con el nombre de esta isla, porque ya verás que en sus calles empedradas hay mucho más que historia.

Djurgården es la isla que atrae por su oferta cultural y actividades. Aquí se encuentra el Museo Vasa. Si te digo que encontrarás un barco hundido y recuperado, seguro que te lo pasas de largo.
Pero ve, porque vale la pena conocer la historia de esta nave que hasta tiene un trasfondo de novela mexicana con celos incluidos. Los mismos que recargaron tanto su decoración que lograron hundirla.

Justo en frente tienes el Nordiska Museet, el museo nórdico donde encontrarás la historia del pueblo sueco desde la edad media. El edificio seguro que capta tu atención y la caminata por el parque también. Un buen lugar para entender más a los escandinavos y su forma de ser.

Pero esta isla tiene muchísimo más. También, a unos pasos está Juninbacken, uno de los flashbacks a tu infancia que vivirás en esta isla. Porque no es ni más ni menos que un parque dedicado a Pipi Calzaslargas y a todos los personajes creados por su autora, Astrid Lindgren. Eso sí, es un parque infantil, así que visítalo a la hora de la comida o casi al cierre, así no encuentras demasiados niños alrededor, salvo que vayas en plan hermano mayor.

El segundo gran flashback de la isla lo vivirás en el Museo ABBA. Sí o sí, tienes que reservarte un tiempo para ir, seas fan o no del grupo, vale la pena la visita. ¿Por qué? Porque desde que entras te sumerges en las entrañas de uno de los grupos de toda la vida y que, a día de hoy, cantas desaforadamente en cuanto suenan sus canciones.

Y por cierto, además del recorrido por la memoria del grupo, el repaso por su historial musical y sus hitos como su aparición en Eurovisión que los catapultó a la fama. Pero hay más, cada rincón es un espacio interactivo en el que también hay un teléfono rojo para que los integrantes del grupo se pongan en contacto con sus fans en un arranque de nostalgia. Divísalo, quédate cerca y si suena… habla con Abba. Como seguramente aún tienes ganas de más y más, no te pierdas la disco-años ´70 que se han montado en el museo. Las bolas de espejo girando, las baldosas que se iluminan y tú y tus amigos cantando a más no poder las canciones. El Instagram Stories lo tendrás a reventar.

En algún momento tendrás que seguir recorriendo la ciudad, así que cuando te decidas, puedes regresar a la realidad dándote un paseo por la marina hasta llegar al Spirit Museum para descubrir los objetos más importantes relacionados con la movida cultural creada entorno al vodka Absolut. Desde los muebles más estrafalarios hasta las colecciones pop art, pasando por las esculturas y los emblemáticos pósters ideados por artistas súper reconocidos. ¿Ya te mencioné que sí o sí te debes hacer un hueco para visitar el Museo de Abba, no? Hazlo, de verdad. En Djurgården continúan las visitas en el Vikingaliv, el museo sobre la vida de los vikingos de Estocolmo, el museo al aire libre de Skansen, donde verás cómo ha sido la vida de los suecos desde 1900. Muy cerca de allí, encuentras también el Snus- & Tändsticksmuseum dedicado a la historia del tabaco y las cerillas en Suecia.

Si ataca el hambre en la isla, en el Sprirt Museum tienes cafetería y en el Skansen está el Gubbhyllan, el restaurante donde toda la comida se elabora de la manera tradicional. En Estocolmo hay muchas más cosas a parte de museos. Por eso, ahora te propongo ir a los barrios más “trendy” de Söder o Södermalm, habitados por jóvenes diseñadores y salpicados de galerías y cafés a cual más estiloso. Todo lo que se lleva y lo que se llevó, está aquí. El rollo vintage es un must de la zona. En Estocolmo no puedes perderte el momento Fika: pausa para un café y probar una de las deliciosas tartas o piezas de bollería artesanal típicas de la ciudad. Asegúrate de pasar por alguna de las panaderías de la ciudad para darte un capricho de bollo de cardamomo (kardamomma bulle) o el típico rollo de canela (kanelbullar).

En algún momento tendrás que seguir recorriendo la ciudad, así que cuando te decidas, puedes regresar a la realidad dándote un paseo por la marina hasta llegar al Spirit Museum para descubrir los objetos más importantes relacionados con la movida cultural creada entorno al vodka Absolut. Desde los muebles más estrafalarios hasta las colecciones pop art, pasando por las esculturas y los emblemáticos pósters ideados por artistas súper reconocidos. ¿Ya te mencioné que sí o sí te debes hacer un hueco para visitar el Museo de Abba, no? Hazlo, de verdad. En Djurgården continúan las visitas en el Vikingaliv, el museo sobre la vida de los vikingos de Estocolmo, el museo al aire libre de Skansen, donde verás cómo ha sido la vida de los suecos desde 1900. Muy cerca de allí, encuentras también el Snus- & Tändsticksmuseum dedicado a la historia del tabaco y las cerillas en Suecia.

Si ataca el hambre en la isla, en el Sprirt Museum tienes cafetería y en el Skansen está el Gubbhyllan, el restaurante donde toda la comida se elabora de la manera tradicional. En Estocolmo hay muchas más cosas a parte de museos. Por eso, ahora te propongo ir a los barrios más “trendy” de Söder o Södermalm, habitados por jóvenes diseñadores y salpicados de galerías y cafés a cual más estiloso. Todo lo que se lleva y lo que se llevó, está aquí. El rollo vintage es un must de la zona. En Estocolmo no puedes perderte el momento Fika: pausa para un café y probar una de las deliciosas tartas o piezas de bollería artesanal típicas de la ciudad. Asegúrate de pasar por alguna de las panaderías de la ciudad para darte un capricho de bollo de cardamomo (kardamomma bulle) o el típico rollo de canela (kanelbullar).

PORTARSE COMO UN SUECO

Estás en Escandinavia y posiblemente te preocupe la cantidad de horas de luz que tienes para recorrer la ciudad. En invierno, los días son cortos, el sol no sale antes de las 8.30 de la mañana y se esconde ya cerca de las dos de la tarde. Sin embargo, se compensa con los interminables atardeceres de verano que duran, hasta casi la medianoche.

Los desayunos suelen ser muy copiosos y no tendrás problemas en encontrar opciones gluten free o sin lactosa.

A media mañana lo más típico es el Fika que te comenté más arriba y con tantas cafeterías y opciones de bollería recién hecha, caerás en la tentación más de una vez. El almuerzo es entre las 11 y 13 del día. A las dos de la tarde, más o menos, se toma café con bocatas (mellanmol) y entre las cinco y siete de la tarde se cena (middag).

Durante la semana, la vida nocturna es escasa, así que lo mejor será recorrer la ciudad y sus museos y parques de lunes a viernes y dejar los sábado y domingos para salir. Como hay miles de islas y muchas tienen rincones especiales, mira el pronóstico del tiempo para aprovechar los mejores días en ferry y alejarte más del centro neurálgico de Estocolmo.

Un paseo en barco para ir alguna de las islas a tomar un almuerzo puede ser un plan estupendo para ver el skyline de la ciudad y a la vez descubrir una playas, zonas de acampada o restaurantes escondidos.

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