Omar Ayuso: “No creo en el amor romántico”

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Omar Ayuso está harto de los podcasts, confiesa que la terapia le ha salvado la vida y considera que la deconstrucción no tiene fin. Descubre de qué más hemos hablado con el actor y director

El año pasado Omar Ayuso acudió al Atlàntida Mallorca Film Fest para presentar su debut como director de la mano de ‘Matar a la madre’, un cortometraje sobre el complejo de Edipo protagonizado por La Bien Querida e Iván Pellicer en el que se encargó también de la escritura y la producción. Ahora, regresa junto a Vicky Luengo y Carlos Cuevas para dar forma al jurado de la Sección Oficial.

 El 20 de octubre se estrena la séptima temporada de ‘Élite’, (Netflix) serie con la que conoció la fama en su vertiente más huracanada, una popularidad que ahora gestiona de forma diferente.

“He querido huir de la fama muchas veces y en muchos momentos. En la época de ‘Élite’ mi contacto con la fama era mucho más inicial e inocente; no sabía bien qué es lo que quería en realidad. Ahora mismo estoy en un punto bastante reconciliado con esa esfera de mi vida. Huir no sirve de nada más que para chocar de frente. Lo que estoy haciendo ahora es aprender a gestionar la fama y a vivir en ella”, asegura.

Bendita terapia

La popular serie de Netflix ha servido de trampolín a una nueva cantera de actores y actrices  que se han visto obligados a aprender de golpe (de gestión) a gestionar la fama y, sobre todo, de autogestión, Ayuso sabe un rato. En sus entrevistas siempre habla de terapia y explica tener ahora nuevas herramientas para desenvolverse no sólo en este mar de popularidad, sino en su vida personal y en ese laberinto que es la mente humana. “La terapia me ha salvado la vida: es lo que me ha ayudado a vivir bien. Tanto mi terapeuta como la terapia de grupo, a la que acudo desde hace un año y medio y con la que estoy feliz. En  un mundo en general tan sobreestimulante, en el que es fácil desconectarte de lo que te está pasando, y en el que el ruido copa un espacio protagonista que no te permite escucharte a ti mismo, creo que la terapia es esencial. Sobre todo en esta profesión, en la que además te enfrentas a la exposición, en la que conoces a tanta gente y en la que tienes que mirarte tanto a través de la mirada de los otros. Creo que es importante tener un espacio de auto reconocimiento, de límites y de gente que te quite la careta, te baje al suelo y te diga las cosas como tienen que ser. No concibo mi vida sin la terapia: es mi anclaje”, explica.

La terapia me ha salvado la vida»

Omar Ayuso

En una ocasión le preguntó a su (ex) psicóloga qué les pasa a los niños gays con sus madres, pues Ayuso asegura que existe un conflicto y una relación muy fuerte con ellas. ¿Qué respuesta recibió? “Me dijo que es un temazo. La respuesta en realidad todavía no la he descubierto, pero algo hay en la relación materno filial con los hijos gays. Puedo teorizar en base a mi experiencia y en base a las carencias paternales, pero más allá de ahí…”, dice en su búsqueda constante por encontrar respuestas y cómo no, en el interminable proceso de la deconstrucción, un verbo que aparece cuando hablamos de amor romántico.

El actor Omar Ayuso frente a la Catedral de Palma en el festival Atlántida Mallorca Film Fest

El poder de la “A”: Amor y autoestima

“¿Que si yo el amor romántico me lo creo? No mucho… Creo en el amor, evidentemente, y creo que en realidad, todavía me influye mucho el amor romántico, aunque no crea en él. Entiendo que estoy en proceso de deconstrucción de ese amor romántico. Pero en definitiva: ¡claro que creo en el amor!”, dice. “Mi objetivo final es vivir bien, en paz y vivir en un mundo que me de la paz para vivir en él. Entiendo que no hay fin al proceso de deconstrucción y te voy a decir una cosa: le doy las gracias al cielo o a lo que haya de que no vayamos a terminar nunca”, asegura.

Otro de los temas a tratar es la autoestima, tanto interpretativa, como física, pues no es extraño que los actores se enfrenten a problemas de inseguridad. Gracias a ‘El sonido oculto’, un thriller psicológico en el que comparte escenario con Toni Acosta y que ha supuesto su debut teatral, ha ganado cierta autoestima interpretativa pero, ¿cómo va ahora esa autoestima tan difícil de cuidar? “Estamos bien, mejorando. La meta es el camino: esto no acabo nunca. Noto que voy adquiriendo espacios de seguridad y de paz mental tanto en lo personal como en lo profesional a base de mucho curro emocional y terapéutico, y cómo no, de trabajo interpretativo. Estoy contento”, dice con convicción.

Es ahora cuando estoy aprendido a gestionar la fama y a vivir en ella»

Omar Ayuso

“Toni Acosta es la mejor compañera del mundo. El universo del teatro me ha enseñado a hacer teatro, me ha dado herramientas a nivel actoral, me ha dado una seguridad de la que carecía que se está trasladando al cine, a la televisión, a las entrevistas, al día a día… Me ha dado más disciplina y sobre todo, me ha enamorado aún más de la profesión. Tengo más claro que nunca que este es mi lugar en el mundo y quiero vivir encima de un escenario. En la cámara, ahora soy más libre. Creo que el proceso teatral previo tiene mucho que ver con lo cómodo que he estado en ‘Yo, adicto’. La vida nos estanca, y seguro que volverán épocas de seguridad y de bloqueo”, dice.

Antes de hablar de ‘Yo adicto’, la serie en la que Javier Giner adapta su libro hómonimo para Disney+ , no queremos dejar pasar también el yugo estético que nos acecha. “Esto no deja de ser un síntoma de algo. Como otras tantas cosas, es el resultado de un trabajo que no está hecho o de un vacío que no está explorado. Entiendo que por un lado tiene que ver con terapia, terapia y terapia, y por otro lado he descubierto que mi nivel de inseguridad y comparación baja conforme mi conducta alimenticia, deportiva o de sueño mejora”, explica.

El actor Carlos Cuevas, la actriz Vicky Luengo y Omar Ayuso durante la presentación del Atlántida Mallorca Film Fest en Palma.


“Si de repente tengo un plan de entrenamientos muy ordenado, o una alimentación muy buena o duermo las horas que tengo que dormir mientras estoy tranquilo con las decisiones que voy tomando, me siento super a gusto con mi físico. Entiendo por ello que cuando estoy mal, mucha parte de ese malestar se me va por ahí. Es un objetivo fácil al que le doy un malestar que no tiene tanto que ver con lo físico, sino con aspectos más profundos y que van más dentro”, asegura.

Una sociedad adicta

‘Yo, adicto’ cuenta cómo Javier Giner, profesional del audiovisual, decide a los 30 años ingresar voluntariamente en un centro de desintoxicación. En el momento de máxima oscuridad, tomará la decisión de pedir ayuda profesional movido por un instinto de supervivencia desesperada. Sin saberlo, ese gesto le cambiará la vida convirtiéndole en una nueva persona. El libro va ya por la séptima edición y Omar confiesa que lo leyó cuando ya se encontraba inmerso en el proyecto. “Javi Giner es muy amigo mío, y yo leí el libro estando ya en el proyecto. Es un libro que te mueve bastante y quería estar en un momento en el que esa lectura pudiera ser una lectura positiva. Hasta que no me vi preparado para leerlo, no lo leí”, dice.

El año pasado presentó en el Festival Atlántida, como comentábamos, su debut como director, y le digo que el corto tenía cierto punto “almodovaresco”… “Es uno de mis referentes y al final, entiendo que en nuestro hacer, todos terminamos por reflejar los referentes que tenemos”, asegura. Le pregunto si ha vuelto a escribir algo o si tiene pensado hacerlo, pero la disciplina, esa esquiva compañera del viaje creativo, se le escapa. “Escribo sobre todo guiones y luego tengo un diario, pero me falta esa disciplina que espero adquirir algún día. Todavía escribo por impulso: de repente me da el venazo y escribo mogollón, peor luego pasan tres semanas  y no he escrito nada. Necesito conquistar ese punto de la disciplina”, dice.

“El rodaje de ‘Yo, adicto’ ha sido increíble. Es un proyecto en el que ha pasado una cosa muy rara y bonita, que es que ha habido, por parte de todo el equipo técnico y artístico, un compromiso muy fuerte con contar la historia, por lo que se ha generado un ambiente de trabajo muy especial. Es una historia súper fuerte pero en realidad, muy cotidiana. Creo que todo el que lea ‘Yo, adicto’ puede leerse a sí mismo en muchas partes, porque al final, la adicción es una enfermedad mental, pero en muchos puntos de la adicción, no hace falta ser adicto para verte en ellos. Yo interpreto a un personaje bastante fuerte y ha sido una experiencia alucinante. Parte del problema de la adicción  es la normalización. Hay una serie de drogas, como por ejemplo el alcohol, cuyo consumo está muy normalizado, y tendemos a decir “Es que tengo mal beber”, cuando en realidad lo que tienes es un problema de alcoholismo”.

Tranquilidad y podcasts

Le comento que cada vez es más habitual que la generación Z se aleje del alcohol y que creo que tenemos más peligro los periodistas que los actores, que siempre se llevan el sanbenito del vicio… “Bueno, yo estoy tranquilo AHORA, ¡pero tengo mi pedrada, eh! Ahora trato de llevar una vida muy tranquila precisamente porque soy una persona muy nerviosa, compulsiva e impulsiva. Tengo tendencia a la autodestrucción y por eso intento poner los límites, herramientas y elementos que puedo para vivir tranquilito”, asegura entre risas.

Como cierre a nuestra conversación le digo que el año pasado, en este festival celebrado en Palma de Mallorca de la mano de Filmin, me quedé embobada al descubrir su humor y su madurez cuando fue invitado al podcast ‘Tardeo’, de Primavera Sound. Por eso quiero saber si los podcasts entran en sus planes o si con ser invitado, le basta. “¡Estoy harto de los podcasts! Levantas una piedra y te salen cuatro!”, exclama. Sólo puedo añadir que es tan buen invitado de podcast como entrevistado. Y punto.

Entrevista realizado por Marita Alonso

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