Las superlunas se producen cuando la órbita lunar está más cerca de la Tierra al mismo tiempo que la luna llena. Esto hace que se vea más grande y brillante de lo normal.
Además, el término “luna azul” se refiere al momento en que se produce esta luna llena, no a su aspecto.
La superluna azul del 19 de agosto de 2024 será un 6,2% más grande y un 12,8% más brillante que la luna llena media.
Este fenómeno es conocido como “Luna Azul estacional”, ya que es la tercera de cuatro lunas llenas dentro de la misma estación astronómica.
Desde estudios que sugieren que la contaminación lumínica podría enmascarar la influencia de la luna llena en nuestro estado de ánimo, hasta investigaciones que exploran el vínculo entre los ciclos lunares y trastornos como el bipolar, los científicos no dejan de buscar respuestas. Pero no sólo eso: investigaciones recientes han mostrado una relación entre la fase de la luna llena y el tiempo que tardamos en quedarnos dormidos, así como la calidad del sueño que disfrutamos.
La luz lunar en tiempos de contaminación lumínica
Uno de los argumentos más interesantes en torno a este tema es el efecto que la contaminación lumínica actual podría tener enmascarando la luz natural de la luna. En épocas anteriores sin iluminación artificial, la luz de la luna llena podría haber tenido un impacto notable en el comportamiento humano, incluido el sueño. Sin embargo, la iluminación artificial de nuestras ciudades podría estar neutralizando este efecto, lo que dificulta establecer conclusiones claras en estudios modernos.
Trastorno bipolar y ciclos lunares
En un estudio reciente se observó una posible correlación entre los ciclos lunares y los cambios de ánimo en pacientes con trastorno bipolar de ciclado rápido. Este trabajo plantea la hipótesis de que una parte del sistema circadiano de estos pacientes podría estar sincronizada a días lunares (24,8 horas) en lugar de días solares (24 horas). Este desajuste podría estar relacionado con los cambios de estados de ánimo, desde la depresión hasta la manía, que experimentan estos pacientes.
Desincronización de ritmos biológicos
La hipótesis anterior encajaría con la idea de que la desincronización entre diferentes ritmos biológicos, incluido el sueño, podría ser la responsable de los cambios de ánimo en pacientes con trastorno bipolar. Aunque es un campo aún en investigación, el entendimiento de esta desincronización podría ofrecer nuevas vías de tratamiento para estos pacientes.
Efectos en el sueño general
Varios estudios han explorado la relación entre las fases lunares y el sueño en general. Se ha observado que la latencia del sueño (el tiempo que tardamos en quedarnos dormidos) tiende a aumentar en los días previos a la luna llena. Además, la calidad del sueño, medida como sueño de ondas lentas, también parece disminuir.
Uno de los estudios más citados en este tema es el publicado en 2013 en la revista “Current Biology” por Christian Cajochen y su equipo. Este estudio era retrospectivo, es decir, se analizaron datos de sueño recopilados con un objetivo diferente. Esta metodología elimina cualquier sesgo relacionado con el conocimiento previo de los participantes sobre el objetivo del estudio, así como el posible efecto placebo/nocebo.
En 2021, un estudio en “Science Advances” dirigido por Leandro Casiraghi y Horacio de la Iglesia confirmó estos hallazgos. Se monitoreó el sueño de tribus indígenas argentinas y de una población estadounidense industrializada. Sorprendentemente, en ambos grupos se observaron efectos similares: la luna llena retrasó la hora de dormir y acortó la duración del sueño.
¿Qué aspecto de la luna llena afecta nuestro sueño?
Uno de los misterios más intrigantes de los estudios en cuestión es que, aunque parecería lógico pensar que la cantidad de luz reflejada por la luna llena podría ser la responsable de alterar nuestro sueño, este factor ha sido descartado. En el estudio de Cajochen, los participantes dormían en un ambiente controlado de laboratorio sin exposición a la luz exterior. Por otro lado, el estudio de Casiraghi mostró efectos similares en tribus con y sin acceso a electricidad, lo cual indica que la luz reflejada por la luna no es el factor decisivo.
¿Ritmo endógeno o efecto gravitacional?
Aquí es donde la ciencia aún tiene trabajo por hacer. No está claro si nuestros cuerpos siguen un ritmo endógeno que coincide con los ciclos lunares o si, de alguna manera, somos sensibles a los efectos gravitacionales de la luna. Según Casiraghi y sus colaboradores, si la gravedad fuera un factor, sería curioso que solo la luna llena tuviera un efecto notorio, ya que la fuerza gravitacional sería idéntica durante la luna nueva; sin embargo, estas dos fases ocurren en momentos diferentes del día.
Desafío a la teoría gravitacional
Otros investigadores son escépticos sobre el posible papel de la gravedad lunar en el sueño humano. Argumentan que la fuerza gravitacional de la luna es demasiado débil como para afectar masas tan pequeñas como el cuerpo humano. Esta perspectiva pone en duda la idea de que la gravedad podría ser el mecanismo detrás de los cambios observados en los patrones de sueño.
¿Una ventaja evolutiva?
Algunos teóricos sugieren que el efecto estimulante de la luna llena podría ser una ventaja adaptativa. En épocas anteriores, estar más alerta durante noches con mayor luminosidad podría haber ofrecido beneficios, como una mejor visibilidad para detectar peligros.
El tema del sueño y la luna llena es aún un asunto envuelto en misterio. La ciencia está apenas rasgando la superficie de lo que podría ser una conexión intrigante entre nuestro mundo natural y nuestro bienestar psicofisiológico. Pero mientras la ciencia continúa su labor de desentrañar este enigma, si alguna vez sientes que te cuesta conciliar el sueño durante una noche de luna llena o que no tienes un sueño profundo, tal vez no sea una coincidencia.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: