La firma francesa recupera su emblemático servicio de personalización con más colores, nuevos diseños y un abanico de posibilidades para transformar tus accesorios en piezas irrepetibles.
Desde sus inicios, Louis Vuitton ha estado ligado al arte de viajar. Y con él, al deseo de grabar cada aventura con un sello personal. Cuando los baúles se amontonaban en los andenes, hacerlos identificables era una necesidad. Pero esa necesidad pronto se convirtió en una cuestión de estilo. Así nació la personalización en la Maison, mucho antes de que hablar de exclusividad fuera tendencia. Hoy, esta herencia artesanal cobra una nueva vida con el relanzamiento de Mon Monogram, el servicio que permite a los clientes hacer suyas las piezas más reconocibles de la firma.
El arte de distinguirse, desde 1854
La historia de Louis Vuitton está repleta de detalles que hablan del gusto por la individualidad. Desde que los primeros baúles salieron del taller del joven artesano en París, marcar cada pieza con iniciales o rayas de color se convirtió en algo más que una necesidad práctica: era un gesto de carácter. En 1911, el modisto Paul Poiret encargó su baúl con su nombre pintado en grandes letras, dejando constancia de una práctica que hoy vuelve a ganar protagonismo.
El bolso Steamer, diseñado por Gaston-Louis Vuitton en 1901, también lucía gráficos distintivos sobre el clásico lienzo de la firma. Y durante los años veinte, la personalización llegó a tal punto que algunos clientes podían incluso crear su propio monograma. Así, lo que empezó como una señal funcional se transformó en una expresión personal. Un símbolo discreto, pero con mucho que decir.
Mon Monogram es la reinvención de un clásico
En 2008, Louis Vuitton llevó esa tradición al presente con el lanzamiento de Mon Monogram, un servicio pionero que ofrecía la posibilidad de añadir iniciales y rayas de colores a bolsos y accesorios. Hoy, este concepto evoluciona y se amplía con más modelos, más opciones y más creatividad. El nuevo Mon Monogram da un paso más allá, abriendo un universo de posibilidades para quienes buscan marcar su estilo de forma única.
El servicio está disponible tanto en tiendas físicas como online, lo que permite iniciar el proceso desde casa o disfrutar de la experiencia en boutique, con asesoramiento personalizado. Desde la elección de la pieza hasta los últimos toques de color, cada decisión cuenta. Y cada elección tiene algo que decir.
Una propuesta hecha a medida
Entre los productos que ahora pueden personalizarse encontramos bolsos de viaje como el icónico Keepall o el Horizon, mochilas como la Christopher, modelos urbanos como el OnTheGo, fundas para pasaporte y pequeños artículos de piel. Todos ellos disponibles en los emblemáticos Monogram clásico o Monogram Eclipse, según el modelo.
El proceso es muy sencillo, pero el resultado es impresionante. El cliente elige su pieza y la transforma con una paleta de nuevos colores aplicables a las iniciales y a las rayas decorativas. Además, puede incorporar parches inspirados en estilos de otras épocas, como la Belle Époque o el Art Nouveau, que dan un guiño nostálgico a piezas de ahora. Estas composiciones pueden organizarse como conjuntos o en diferentes esquemas, siempre con un acabado artesanal.
Personalización, color y tiempo optimizado
La técnica empleada en esta nueva versión de Mon Monogram utiliza impresión digital en tres capas. Este sistema garantiza una buena definición, intensidad de color y durabilidad, manteniendo la textura y el carácter del lienzo original. Y lo mejor: el plazo de producción está optimizado para que la entrega esté lista en solo tres semanas desde que se realiza el encargo.
A nivel práctico, el sistema permite infinitas combinaciones. Colores vivos, formas geométricas, composiciones limpias o más elaboradas, letras estilizadas… El resultado es una pieza que habla por quien la lleva.
Un gesto íntimo con valor para siempre
El relanzamiento de Mon Monogram quiere celebrar los vínculos de una forma única y artesanal. Una gorra o una mochila de Louis Vuitton con tus iniciales se convierte ahora en el recuerdo de un viaje, en el regalo de alguien importante, en un amuleto que heredar de generación en generación… Esa raya de color que atraviesa el lienzo, ese parche de aire vintage o esas letras cuidadosamente escogidas, cuentan una historia que no aparece en ningún catálogo. Y eso es lo que convierte una pieza de lujo en un objeto tan personal como exclusivo.
¿Cuánto cuesta la personalización de Louis Vuitton?
Esta nueva versión del servicio mantiene viva la filosofía original de Louis Vuitton, pero con los códigos actuales, de ahora. Más modelos, más materiales y más libertad creativa.
El servicio de personalización está disponible ya en boutiques seleccionadas, y el precio varia en función del accesorio que se quiera personalizar y de cómo quieres que sea el diseño del Monogram.
El universo de Mon Monogram seguirá creciendo, sumando nuevas opciones para quienes buscan una forma muy distinguida, personal y (sobre todo) atemporal de hacer más suyo que nunca un auténtico icono.
Porque ahora que las tendencias son cada vez más efímeras, hay objetos que permanecen para siempre. Y si llevan tu nombre, aún más.
