Diez cuentos para adultos que, cuando los termines, querrás gritar «¿QUÉ CLASE DE MARAVILLA ACABO DE LEER?»

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Cuando se trata de elegir un libro, es indiscutible que se busquen títulos que nos enganchen desde la primera página hasta la última, que nos sumerjan en sus párrafos y nos evadan con sus historias. Es muy habitual que, en cuanto empiezan los días de descanso, los adultos nos dirijamos a la sección de novedades literarias y terminemos por adquirir un buen tomo que destaque por su cubierta exterior y su peso en kilos.

Pero, ¿qué ha pasado con los cuentos para adultos?, ¿en qué momento de nuestra vida decidimos dejar de leerlos? Los especialistas siempre han recomendado la lectura de cuentos a los más pequeños para ayudarles en su desarrollo personal y para transitar el complejo mundo de las emociones.

¿Es que acaso los cuentos, con sus hipérboles y sus anáforas, con sus metonimias y sus metáforas son un lenguaje que los niños entienden mejor que los adultos?

Los cuentos no son un tesoro exclusivo para los niños, más bien los vuelve una necesidad para todos, adultos incluídos, sobre todo para aquellos que han perdido su talento imaginativo, ese bien que el niño aún conserva.

Julio Cortázar, prestigioso autor de cuentos, afirmó en una entrevista que la mejor forma que él mismo tenía para darle explicación a algo verdaderamente complejo era a través de un cuento.

Así pues, nos hemos hecho eco de los consejos de Agustina de Diego, la joven autora popular en redes sociales como Instagram o Twitter por sus recomendaciones literarias, para traerte diez libros de cuentos que, según la autora de “Lo que nos falta”,  en cuanto los terminas, te hacen gritar “¿QUÉ CLASE DE MARAVILLA ACABO DE LEER?”.

CUENTOS PARA ADULTOS

El cielo de los animales, de David James Poissant

(Editorial Edhasa)

«El cielo de los animales» sólo se puede describir como un desbordante volumen de relatos sobre personas agobiadas por la pérdida, la culpa o lo implacable del amor. En ellos veremos a padres que han roto la relación con sus hijos y descubren demasiado tarde el daño que han hecho, matrimonios envueltos en el desasosiego, hermanos que dejaron en el olvido la complicidad y ahora deben purgar ese rencor, amistades que un día son puestas a prueba y dejan paso a la traición: vidas que no están a la altura de las emociones que generan, donde la presencia de un animal recuerda la existencia de lo inesperado, lo lúdico, lo brutal.

La aparición en el mundo literario de los EEUU de D.J. Poissant produjo una conmoción sólo comparable con Richard Ford o Alice Munro. Sus cuentos se inscriben en esa gran tradición que incluye a Antón Chejov y Raymond Carver, una tradición que siempre suele darse por concluida, hasta que aparece un nuevo escritor y la revitaliza. Con una escritura límpida, que sabe ser quirúrgica y no escapa al humor, Poissant narra historias al límite, sacudidas por la impiedad y la tristeza. No deja de ser extraño que al terminar de leerlo el sentimiento sea de felicidad. Es el efecto que depara el hallazgo literario.

El diario levante escoge esta obra como una de las 10 mejores obras extranjeras del año 2017.

Antártida de Claire Keegan

(Eterna Cadencia Editora)

Elegido Libro del Año por Los Angeles Times, Antártida sorprendió a ambos lados del Atlántico. Sus relatos, situados en Irlanda y el sur de Estados Unidos, se sumergen en relaciones, obsesiones y traiciones. Desde una mujer que suspende su vida y se recluye durante diez años a la espera del prometido reencuentro con su amante la última noche del siglo, hasta una madre que le prepara a su esposo una sopa con fotos de su hija desaparecida para recordarle una infinita culpa; los personajes de Keegan habitan un mundo donde los sueños, la memoria y las oportunidades pueden tener consecuencias atroces. Un libro agudo y perturbador de uno de los talentos más destacados de la narrativa irlandesa. ?Brutalidad en nombre de Dios, patriarcas incultos, aves de corral, una rústica lascivia y un aburrimiento tóxico… es en este poco prometedor territorio, detrás de cercos y cabañas mohosas, donde Claire Keegan descubre oro. (…) La prosa de Keegan estalla con la oscuridad y el fuego con que los escritores irlandeses parecen bendecidos?. The Independent ?Cuando se trata de diálogos, Keegan despliega una genialidad oblicua… Leer estas historias es como volver al trabajo de Ann Beattie o Raymond Carver?. Los Angeles Times

La casa en llamas, de Ann Beattie

(Editorial Chai)

Hay algo casi quirúrgico en la manera en que Ann Beattie observa, disecciona y retrata a las personas, sus contradicciones, sus deseos y los intentos, a veces fallidos y a veces terriblemente hermosos, que realizan para vincularse entre ellas. Las posibilidades e imposibilidades de la monogamia y la fidelidad, la amistad como un destino casi inevitable y la adultez por momentos esquiva son motivos y conflictos que se superponen y se suceden a lo largo de estos trece cuentos cargados de diálogos precisos, capas y capas de sentido y de una frescura que, de tanto en tanto, toma la forma aguda de un puñal.

Comparada con John Cheever y J. D. Salinger, admirada por Lorrie Moore y Margaret Atwood, Ann Beattie es un verdadero ícono de su generación. La casa en llamas selecciona, entre su vasta publicación en la revista The New Yorker, sus mejores cuentos, sus relatos míticos.

El lugar donde mueren los pájaros, de Tomass Downey

(Fiordo Editorial)

El lugar donde mueren los pájaros reúne diez nuevos relatos de Tomás Downey, ganador del primer premio del concurso de letras del Fondo Nacional de las Artes en 2013 y finalista en 2016 del Premio Hispanoamericano Gabriel García Márquez por su elogiado primer conjunto de cuentos Acá el tiempo es otra cosa.

Los protagonistas de estas nuevas historias viven al borde del abismo personal, ese lugar donde puede ocurrir lo extraordinario. Tres hermanas preadolescentes concretan un fatídico ritual. Una analista de datos decide dejar a su bebé en un balcón para concentrarse mejor en sus planillas. Una señora obsesionada con la telenovela de la tarde empieza a escuchar un zumbido que sale de su televisor. Seres de otro planeta, los Täkis, llegan a la Tierra y emboban a la población. Un abuelo autoritario revela su debilidad en una visita con su nieto a una peluquería. Dos niñas aburridas que veranean con sus padres en la costa encuentran en el lugar donde mueren los pájaros una fuente singular de distracción.

Conjunto hecho de historias sobre equilibrios frágiles y relaciones tensadas al extremo, El lugar donde mueren los pájaros descubre el revés inadvertidamente siniestro de situaciones cotidianas anodinas. En esta esperada segunda colección de cuentos, Downey se confirma como un escritor audaz, hábil para deslizarse con maestría del costumbrismo al fantástico, dueño de una voz única.

Sacrificios humanos, de Fernanda Ampuero

(Editorial Páginas de espuma)

Todos podemos ser el demonio del otro. Todos podemos ser el sacrificio humano de ese otro. María Fernanda Ampuero, una de las voces imprescindibles de la literatura latinoamericana actual, nos empuja magistralmente a un universo húmedo, podrido y hostil donde la violencia marca la narrativa de nuestras vidas. En ese mundo se yergue una bestia de muchas cabezas que aterroriza y muerde a los débiles, a los marginales, a los sacrificables en aras del silencio, de la desigualdad, del odio, del abuso, de la muerte. Así, cada historia es un grito que contempla a las víctimas de estos sacrificios humanos que permanecen cada día en los altares de aquellos que los celebran, los ocultan o miran hacia otro lado.

Tierra fresca de su tumba, de Giovanna Rivero

En los cuentos de Tierra fresca de su tumba aparecen pescadores que atraviesan los mares de la muerte, niñas abandonadas en las estepas que encuentran en el góspel un puente hacia la belleza, mujeres cuya demencia no es otra cosa que un corazón despedazado, ancianas japonesas que cavan en un jardín para encontrar lo mejor y lo peor de sí mismas, muchachos de una tribu del Canadá que se visten con pieles de animales para poder rugir de nuevo. Personajes que rasgan la delgada membrana de la vida ordinaria y se asoman peligrosamente a un abismo interior que acabara por devorarlos. Seis historias que nos atraviesan como una herida y que nos hacen comprender las posibilidades del amor, la justicia y la esperanza, pero también la altura y la profundidad del abismo.

Pájaros en la boca, de Samantha Schweblin

La presente compilación incluye veinte relatos ya publicados en ediciones anteriores de sus libros de cuentos y en ediciones internacionales, así como un relato inédito publicado por la revista Granta. La selección, llevada a cabo por la propia autora, configura una antología de su mejor prosa breve hasta la fecha, así como una pieza indispensable de la literatura contemporánea argentina.

Heredera de la más prestigiosa tradición literaria, en la línea de Raymond Carver y Flannery O’Connor, Schweblin maneja el lenguaje de una forma extraordinaria, con una prosa sobria y eficaz al servicio de historias que se mueven en el límite entre lo real y lo fantástico. Los cuentos de Schweblin, perturbadores y desconcertantes, plantean un enigma que provoca y atrapa profundamente al lector.

Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez

(Editorial Anagrama)

El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza.

Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados…

En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil.

Mariana Enriquez es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.

Cuentos escogidos, de Shirley Jackson

(Editorial Minúscula)

Una mujer pasa el día de su boda buscando frenéticamente a su futuro marido, otra hace un extraño viaje nocturno en autobús, un librero satisface la, en apariencia, inofensiva solicitud de un cliente. Y, en el cuento más celebrado de Shirley Jackson, los pobladores de una aldea se reúnen para oficiar un inquietante ritual.

«La lotería», uno de los relatos más turbadores que se hayan escrito nunca y un ícono en la historia de la literatura norteamericana, encendió la polémica cuando se publicó por primera vez, en la revista The New Yorker.

Este volumen presenta una selección de los cuentos de Shirley Jackson e incluye tres conferencias de la autora, una de las cuales dedicada, precisamente, al escándalo que supuso la publicación de su texto más conocido.

Lazos de familia, de Clarice Lispector

A los diecinueve años, Clarice Lispector ya había publicado su primera novela: «Cerca del corazón salvaje». Cuando apareció «Lazos de familia» tenía treinta y cinco años y cuatro libros más en su haber. A lo largo de su vida, jamás dejaría de escribir. «Yo escribo como quien sueña», había dicho. «Ahora estoy escribiendo. He muerto. Vamos a ver si renazco de nuevo», confesó en una entrevista. Si hubiera que elegir una única palabra para definirla, la elección debería recaer necesariamente en ésta: un genio. Un genio que, finalmente, ha devenido mito.

Dotada de un estilo peculiar, que confiere a sus textos una mezcla de sugestión, humor y misterio, Lispector retuerce la sintaxis para mostrarnos lo esencial de las cosas. Con ella, el descubrimiento de lo cotidiano, tan próximo que no solemos advertirlo, es una aventura posible, capaz de abrir caminos hacia mundos nuevos.

Una advertencia: leer a Clarice Lispector no es un hecho que no aporte consecuencias. Capaz de hacernos penetrar en los laberintos más retorcidos de nuestra propia mente, Lispector nos enfrenta a una terrible imagen: la nuestra.

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