La naturaleza humana es fascinante en su complejidad. Una de las paradojas más intrigantes que enfrentamos es nuestra tendencia a criticar y a sentirnos heridos por las críticas. ¿Por qué, si somos conscientes del dolor que puede causar una crítica, continuamos participando activamente en el cotilleo y juicio hacia otros? Para entenderlo, vamos a sumergirnos en la psicología detrás de este comportamiento y aprender a enfrentarlo.
Todos en algún momento de nuestra vida hemos formado parte de un cotilleo y lo cierto es que esta práctica ha permitido que, a lo largo de la historia, las personas se relacionen. El cotilleo de alguna manera nos une, pues hablamos de otros para captar la atención de los demás y para que los demás se interesen por nosotros.
Desde un punto de vista evolutivo, el cotilleo podría haber servido como una herramienta de cohesión social. Nuestros antepasados necesitaban mantenerse informados sobre las dinámicas de su grupo, para poder cooperar y enfrentar desafíos. Así, hablar de otros, conocer sus intenciones y comportamientos, era esencial para mantener una estructura social organizada.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la evolución de nuestras sociedades, esta herramienta de comunicación ha adoptado connotaciones más negativas, transformándose en críticas dañinas y juicios superficiales.
El refuerzo social y el ego
Criticar o cotillear suele dar una sensación momentánea de superioridad. Al señalar las fallas o debilidades de otros, de manera indirecta reafirmamos nuestras propias fortalezas. Es un mecanismo que, por un breve instante, alimenta el ego y refuerza la autoestima. Además, el cotilleo puede crear vínculos temporales entre las personas que comparten la misma crítica, generando un sentimiento de pertenencia.
La explicación de por qué nos gusta tanto estar en ‘el meollo’ supera la realidad social convirtiéndose también en un factor biológico. El hecho de compartir cotilleos con alguien o incluso de criticar a terceros libera endorfinas en nuestro organismo. De nosotros depende el no atender a estos instintos primarios sino queremos ser nosotros los que se lleven un buen pitido de oídos.
El propio Schopenhauer sostenía que la inteligencia es una capacidad necesaria para frenar los rumores, así que ya sabes, no te dejes llevar solo por lo que escuches, porque el oído puede engañarte, pero tu capacidad de raciocinio no.
Muchas veces al encontrarnos en un ambiente tóxico nos dejamos llevar y adquirimos dinámicas bastante negativas. Las críticas no están mal, siempre y cuando se hagan de forma asertiva y sin hacer daño. Somos humanos y no podemos estar de acuerdo en todo, pero cuando las cosas se hablan es cuando pueden tener solución.
El impacto de la crítica
A pesar de que muchas veces las críticas son hechas a espaldas de la persona aludida, la energía negativa que emana de estas palabras puede propagarse y afectar a quien es objeto de la crítica. El impacto emocional puede variar, desde ligera molestia hasta profunda tristeza o enojo. Algunos pueden sentirse incomprendidos, traicionados o, incluso, pueden empezar a cuestionar su valía personal.
Por mucho que las razones que nos llevan a cotillear son fundamentalmente las mencionadas anteriormente, hay también otros motivos que nos pueden llevar a ello:
- Envidia: muchas veces la razón que lleva a la gente a criticar es este de los siete pecados capitales. Por ejemplo, si un compañero de trabajo accede a un puesto superior al tuyo y tú lo consideras injusto, esa envidia te llevará a criticarlo.
- Sentirse vacío. El hecho de que no te sucedan cosas demasiado interesantes favorece a que busques la acción en la vida de los demás.
- Agradar a otras personas. Hay muchas personas que utilizan la crítica como una forma de quedar bien con personas con la que no tienen tanta confianza, incluso llegando a criticar a sus propios amigos para agradar a otros.
- Inseguridad: la falta de autoestima también puede ser uno de los motivos que lleven a chismorrear sobre alguien. Esta inseguridad te afecta de tal modo que acabas por barajar la posibilidad de que si sitúas a los demás por debajo de ti, tu autoestima se verá reforzada. Ten por sentado que esto lo único que conseguirá es ser más infeliz.
- Venganza. Son muchas las historias de venganza en las que una persona utiliza la invención de un rumor para devolvérsela al otro. Lo mejor es la ignorancia, apúntatelo.
¿Cómo debemos interpretar las críticas?
Estos son algunos consejos para aprender a interpretar las críticas con sabiduría:
1. ¿Es una crítica constructiva o destructiva?
Todo dependerá del lenguaje empleado. Mientras que la crítica constructiva comenta los errores que has cometido, pero los decora con consejos con el fin de que mejores; la crítica destructiva busca hacer daño.
A palabras necias, oídos sordos. Cuando te llegue alguna crítica basada únicamente en comentarios negativos, neutralízala y no dejes que te afecte.
2. No te pongas a la defensiva ante la crítica
Es común al recibir una crítica, ya sea de forma directa o que nos haya llegado, por otro lado, sintamos rechazo hacia ese comentario. Sin embargo, lo mejor que puedes hacer es analizar esa crítica y reflexionar sobre si la otra persona puede tener razón-
Es cierto que hay muchas veces que cuando recibimos una objeción no sabemos aceptarla. A veces necesitamos que los demás nos abran los ojos, aunque de primeras pueda dolernos.
3. Tómate las críticas con humor
Otra buena forma de tomarse las críticas -sean del tipo que sean- es con humor. Una vez desdramatizas tus errores o dejas de hacer caso a aquellos comentarios inútiles, comienzas a aceptar mucho mejor las críticas.
4. Abre bien tus oídos
Escucha con la mente abierta las quejas del otro para aprender o prescindir de ello.
Hay muchas veces que vemos cosas en los demás que no nos gustan y que son el reflejo de como actuamos nosotros mismos. Presta atención a lo que al otro no le gusta de ti y valora si es necesario que hagas un cambio o no.
5. Separa los sentimientos de los hechos
En muchos casos las críticas generan en nosotros sentimientos de ira o incluso de vergüenza. Recuerda que nada es tan importante.
No dejes que el sentimiento te abrume y mira las críticas con perspectiva, solo así podrás entender esa crítica y decidir si el otro puede tener razón. Ten en cuenta estos consejos a partir de ahora y sabrás extraer lo mejor de las críticas. Recuerda dejar de lado la crítica destructiva y atiende sobre todo a aquellas que provienen de las personas que te aprecian y quieren ¡No lo hacen con mala intención!
¿Cómo enfrentarse a las críticas?
Autoconciencia
Es vital reflexionar sobre por qué criticamos. Si es para sentirnos mejor con nosotros mismos, es necesario trabajar en nuestra autoestima y buscar formas más saludables de reforzarla.
Empatía
Ponerse en el lugar del otro nos ayuda a ser más comprensivos y a evitar emitir juicios prematuros.
Evitar la negatividad
Si te encuentras en medio de una conversación donde predominan las críticas, trata de cambiar el tema o simplemente retírate. Alimentar este tipo de diálogos solo perpetúa la cultura del cotilleo.
Confrontación asertiva
Si te sientes afectado por una crítica, en vez de guardar rencor, es beneficioso hablarlo directamente con la persona involucrada, expresando tus sentimientos de forma asertiva y sin agresión.
Autoafirmación
Recuerda que la opinión de los demás sobre ti no define tu valía. Es fundamental cultivar la autoaceptación y la autoestima.
La naturaleza humana es imperfecta, y todos somos propensos a caer en el juego de la crítica. Sin embargo, mediante la reflexión, la empatía y la acción consciente, podemos romper este ciclo y construir relaciones más sanas y respetuosas.
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