Quién es Frédéric Arnault, el joven millonario que dirige la firma de relojes de lujo TAG Heuer

Frédéric-Arnault

Habla cuatro idiomas a la perfección, tiene formación militar y toca el piano como si fuera el mismísimo Chopin. Así es Frédéric Arnault, el joven que dirige TAG Heuer

Cuando tu padre es el tercer hombre más rico del mundo, no es fácil pasar desapercibido. Más si con menos de 30 años estás al mando de una de las firmas de relojes más prestigiosas y con más historia como TAG Heuer. A pesar de todo esto, Frédéric Arnault ha sabido mantener un perfil discreto y ascender en el mundo empresarial por méritos propios.

Frédéric Arnault es el cuarto hijo de Bernard Arnault, dueño del conglomerado del lujo LVMH y el hombre más rico de Europa. El grupo está detrás de marcas como Dior, Louis Vuitton, Loewe, Marc Jacobs, Moët Chandon, Dom Perignon, Tiffany & Co, Bvlgari, Hublot y TAG Heuer.

Es el mediano de los 3 hijos que Arnault tuvo con su segunda mujer, la pianista canadiense Hélène Mercier. Sus hermanastros mayores, Delphine y Antoine, fruto del primer matrimonio de Arnault con Anne Dewavrin, también trabajan en el negocio familiar, igual que su hermano mayor Alexandre. El pequeño de la saga, Jean, sigue estudiando.

Con estos antecedentes, parecería que el futuro profesional de Frédéric estaba escrito. Aun así, de pequeño quería ser arquitecto, y más adelante, emprendedor. Sin embargo, estudió Matemática Computacional y Aplicada en la prestigiosa École Polytechnique, donde también estudió su padre, que ha guiado en todo momento la formación de todos sus vástagos.

Su preparación incluye formación militar -obligatoria en la École Polytechnique-; el dominio del francés, inglés, italiano y alemán; y tocar el piano a la perfección. La pasión por la música la ha heredado de su madre, pianista profesional, que enseñó a tocar a todos sus hijos.

Frédéric ha expresado que tocar el piano le relaja y que para él es una meditación. Le gusta tanto que ocasionalmente da conciertos, como el que ofreció en 2019 interpretando la balada para piano número 1 de Chopin, que es su enlace de presentación en su cuenta de Instagram.

Al contrario que sus hermanos, sus inicios profesionales no fueron en la empresa familiar. Mientras estaba estudiando, pasó el verano de 2016 en San Francisco como Summer Business Analyst de la consultora Mckinsey & Company.  Más adelante, trabajó para Facebook en su sede de Nueva York, en el área de Inteligencia Artificial.

En 2017, con 22 años, dio el salto a TAG Heuer, donde ha protagonizado un ascenso meteórico. Entró para gestionar la división de smartwatches de la firma con el cometido de atraer al público joven. Un año después ya era director de Estrategia y Digital, y desde el año pasado es el CEO de la manufactura de relojes en sustitución de Stéphane Bianchi, que ahora lidera la división de relojes de LVMH (Hublot, Zenith, Bvlgari).

Su primer reloj fue un TAG Heuer Aquaracer que le regaló su padre cuando cumplió 11 años, quién sabe si teniendo en mente el futuro que quería para su hijo. Lo cierto es que Frédéric ha sabido impulsar la manufactura combinando la innovación con el respeto a las colecciones más icónicas de la firma.

Antes de la pandemia, lanzó la nueva generación del TAG Heuer Connected, un smartwatch que mantiene el estilo característico de la firma y ofrece prestaciones para deportistas junto con el acabado de lujo propio de la relojería suiza.

Durante su tiempo como CEO ha firmado acuerdos con Porsche y con el actor Ryan Gosling como embajador de la marca. Fichar a Gosling fue una apuesta personal de Frédéric, que tardó un año en convencerlo. Al final sellaron un acuerdo que incluye que Gosling diseñará su propio reloj, que no estará disponible para la venta.

De hecho, rompió su habitual discreción para presentar por todo lo alto la asociación con el actor en una fiesta en Beverly Hills, en su primer acto público desde que asumió el mando.

Como todos sus hermanos, juega al tenis con asiduidad y entre sus conocidos se encuentra Roger Federer, con quien ha jugado en alguna ocasión, como atestigua su cuenta de Instagram. Su vida se divide entre Suiza y Francia. Vive 4 días a la semana en Ginebra y 3 en París, y mantiene un contacto estrecho con sus padres y hermanos.

Solo el tiempo -que bien marcan los relojes de su firma- dirá cuál será el futuro de Frédéric Arnault, pero nadie espera que TAG Heuer sea su último destino en el imperio LVMH.

Artículo publicado por Andrea Llovera

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