El 90% de las decisiones tomadas por instinto acaban siendo acertadas
Hay muchas formas de elegir, pero solo hay una de acertar: cuando le hacemos caso a nuestro instinto. El instinto siempre trabaja a nuestro favor y eso lo sabía bien Félix Azpilicueta cuando, en 1881, adquirió un pequeño viñedo en Fuenmayor y fundó su propia bodega en La Rioja, guiado únicamente por su instinto.
Don Félix -como era llamado por sus vecinos- instaló al poco tiempo la primera estación de trasiego de España y participó en las primeras exportaciones de vinos de Rioja. Paso a paso, con mucho afán, una gran visión comercial y, sobre todo, un instinto muy desarrollado para los negocios, fue capaz de convertir aquel humilde trozo de tierra, en una bodega respetada y reconocida que daría paso a una marca de incuestionable reputación.
Félix Azpilicueta fue pionero cuando introdujo en La Rioja – ese territorio de piel arrugada pero espíritu joven- la vid americana para combatir el parásito de la filoxera, una de las principales amenazas en los cultivos de los viñedos.
Esta osadía provocó que tuviera que enfrentarse con sus convecinos, que consideraban que el cultivo de la vid americana de Félix era un error y un peligro que acabaría definitivamente con el viñedo en La Rioja. El tiempo demostró que no sería así, y que Félix Azpilicueta fue un visionario, con un instinto muy desarrollado y las ideas claras.
Y es que el instinto está presente en nuestro día a día, aunque en muchas ocasiones no le hagamos caso, creyendo que es un truco de la imaginación o una casualidad. Pero ¿cómo funciona esta acción espontanea, sutil y silenciosa frente a la lógica aplastante que acostumbra a determinar nuestras decisiones conscientes? Azpilicueta nos invita con su nueva campaña a dejarnos guiar por nuestro instinto, siguiendo el ejemplo de su fundador y dejando de lado el miedo a equivocarnos.
Según la campaña lanzada por la casa de vinos riojanos, el 90% de las decisiones tomadas por instinto acaban resultando un acierto.
Nuestro instinto suele manifestarse con emociones y sensaciones físicas. Los centros emocionales del cerebro y los nervios alrededor del estómago llevan más tiempo evolucionando que el lenguaje. Y es que el instinto traza un sentido muy profundo en nuestro corazón, dotándonos de una voz interior que nos ayuda a tomar mejores decisiones y por esa razón, cuando elegimos algo por instinto, nunca nos equivocamos.
Acostumbrados al impacto que producen marcas que nos dicen qué comprar y cómo consumir, Azpilicueta da una vuelta de tuerca y nos anima a seguir nuestras corazonadas, a creer en lo que somos y nos anima a seguir aquello en lo que realmente creemos: nuestro instinto.
Inspiradas por el espíritu innovador y visionario de Félix Azpilicueta, estas bodegas nos invitan a dejarnos llevar más por el corazón y menos por la cabeza, a escuchar y hacerle caso a ese impulso tan particular que representa nuestro instinto.
En palabras de Melanie Callens, Brand Manager de Azpilicueta “La esencia de marca de Azpilicueta es instinto de acertar desde 1881. Nuestro fundador, Félix Azpilicueta, seguía su instinto sin miedo a equivocarse y logró grandes cosas. Este legado perdura hoy, nos inspira y permite estar conectados a nuestro entorno y realidad. Por eso nos sentimos orgullosos de nuestra labor, y nuestra trayectoria lo demuestra con un vino de calidad y una marca reconocida”.
Tras el lanzamiento de la plataforma de comunicación ‘Instinto’, Vinos Azpilicueta vuelve a reivindicar el instinto como forma de vida en una campaña digital que invita a tomar decisiones guiándonos por el corazón.
Con esta segunda oleada, la bodega se adueña de un territorio propio inspirado en su fundador a través de piezas display, rich media y exterior, con la que buscan impactar a un público más amplio y menos experto en vino.
Artículo publicado por Mateo Carrasco López-Jurado
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