¿Intenso o tóxico? Decodificando las emociones intensas en las relaciones de pareja

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Las relaciones de pareja intensas no tienen que ser necesariamente malas (si saben gestionarse)

La intensidad puede venir bien cuando una relación está en pañales, pero hay que tener cuidado. Si no se establecen límites, esta potencia puede llevar a sentir que la relación consume más energía de la que aporta.

Hay quien cree que las relaciones de pareja intensas son un torbellino de pasión, mientras que hay otros para los que son un inevitable camino al desastre. Y es que, hay personas que no conocen el término medio cuando se trata de expresar emociones en una relación, porque la intensidad se los lleva por delante. Todo lo viven con una pasión que puede llegar a ser abrumadora. Si compartes tu vida con alguien así, seguramente te sientas como en una montaña rusa emocional constante (a no ser que seas tú el intenso y te tengan que soportar a ti).

Esta pasión puede tolerarse al principio, pero a largo plazo puede ser agotador mantenerse al ritmo de alguien que siente todo tan profundamente. De esta manera, si no se pone remedio, la convivencia se llena de altibajos que requieren una buena dosis de paciencia y comprensión para no quedar atrapado en un torbellino emocional que puede acabar erosionando la pareja.

¿Qué significa ser intenso en una relación?

Estar con alguien intenso en el amor significa “estar preparado para una relación de energías elevadas y, a veces, alta tensión», define el psicólogo Alexandre Pérez. La intensidad puede llevar a momentos de gran felicidad, pero también a conflictos frecuentes y, posiblemente, pasados de vueltas debido a la fuerte expresión de emociones. «Es común que las discusiones sean más habituales y acaloradas», añade el experto.

A la hora de desgranar qué significa ser intenso en una relación, hay varios indicativos que, generalmente, son comunes en estas personas:

Cualquier discusión es una guerra:

No importa si es algo pequeño, siempre se convierte en un gran drama. Cada desacuerdo parece una batalla sacada de El Señor de los Anillos.

Siempre está encima:

Te manda mensajes y te llama constantemente, y si no respondes rápido, ya está preocupado o molesto (y se ralla).

Rápidos en el cariño:

Suelen encariñarse muy rápido y a fondo. A las dos semanas ya te pueden estar hablando de planes a futuro.

Necesita atención constante:

Quiere estar contigo todo el tiempo, y si pasas un rato sin hablarle, parece que el mundo se le viene abajo.

Expresa emociones sin parar:

Tanto las cosas buenas como las malas las vive al máximo. Si está feliz, es el más feliz del mundo; si está triste, es una tragedia griega .

Celos y posesión:

Se pone celoso con facilidad y puede querer saber cada detalle de tu día para sentirse seguro. ¡Ay como hayas hablado con alguien que no le cuadre!

¿Es positiva una relación con una persona intensa?

No se puede decir ni que sí, ni que no. La respuesta depende de la capacidad de la pareja para manejar esta intensidad. «Una relación con una persona intensa puede ser muy satisfactoria si ambos están dispuestos a trabajar en ella», dice Pérez. Sin embargo, es fundamental que ambas partes entiendan la naturaleza de esta intensidad y quieran poner de su parte para gestionarla: “No vale con decir: Soy así y si no te gusta, ya sabes”. En este sentido, como subraya el expertos, el “respeto mutuo y la capacidad de ceder” son esenciales para que funcione una relación donde hay una gran intensidad.

¿Cómo lidiar con una pareja intensa?

Según Pérez, es crucial mantener la calma y la claridad en el raciocinio para encontrar un equilibrio y aprender a manejar esos altos y bajos sin perder los nervios. Estos cuatro puntos deben de ser pilares básicos cuando se convive con una persona demasiado intensa:

  • No tomarlo a lo personal: las personas intensas en el amor viven sus emociones con gran profundidad y, a menudo, pueden expresar sentimientos fuertes que parecen dirigidos a su pareja. Sin embargo, es importante recordar que esta intensidad es parte de su personalidad y no un reflejo de tus acciones. Así que te tienes que sentir atacado ni responsable de que se ponga así.
  • No dejarse arrastrar por la intensidad de las emociones: la calma es fundamental cuando se está con alguien emocionalmente intenso porque “perder los estribos y ponerse al mismo nivel de intensidad será peor”. Evitar ser arrastrado por sus altibajos emocionales permite mantener una mente serena y tomar decisiones más racionales. Al mantener la compostura, se puede ayudar a la pareja a encontrar un equilibrio emocional.


– Establecer límites saludables: los límites son esenciales en cualquier relación, pero más aún cuando se trata de una persona intensa. Definir claramente – esto implica una charla, charla – qué comportamientos son aceptables y cuáles no, y comunicarlos de manera asertiva, ayuda a “proteger el propio espacio emocional y a mantener una convivencia más armoniosa”.

– Fomentar la comunicación abierta y efectiva: cuando una persona se reprime lo que piensa, es una malísima señal. La comunicación es la clave para manejar cualquier relación de pareja, especialmente con una pareja intensa. Esto no significa solamente hablar abiertamente y con honestidad, sino “promover la escucha activa y la empatía” para ayudar a entender mejor las necesidades y sentimientos. Estas dos técnicas “pueden ayudar a desactivar situaciones potencialmente conflictivas», agrega el psicólogo. El objetivo es llegar a entendimientos con la persona intensa de manera constructiva para que puedan fortalecer la relación.