¿Usar poemas para enamorar a una mujer difícil de conquistar? Suena a película de los años 50, pero con esta selección poemas no habrá quien se te resista.
Recurrir a poemas para lograr enamorar a una mujer difícil de seducir es algo que puede salir o muy bien o tremendamente mal. Pero si te gustan los retos y eres un tío original, que sepas que es mucho más romántico un poema de amor que una canción de reguetón. Si sabes seleccionar el momento adecuado, así como el tono general del texto, es probable que, como mínimo, logres hacer sonreír a tu cita.
Eso sí, ten cuidado con los poemas románticos generalistas. Se trata de textos muy bonitos cuando los leemos sobre el papel, pero siendo sinceros, ¿realmente nos gustaría escuchárselos a otra persona? Con unas pocas excepciones, suelen ser tremendamente azucarados e irreales, y pueden llegar incluso a generar incomodidad en tu interlocutor.
Para solucionarlo, hoy te ofrecemos un pequeño compendio de textos con toda clase de enfoques. Desde poesías más clásicas hasta obras que reivindican la libertad, pasando por pequeñas composiciones que te harán reír. Elige el que más se adecúe a tus circunstancias y a las de la chica a la que buscas conquistar, y no tengas miedo de dedicárselo.
Pedro Salinas – Para vivir no quiero…
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Iniciamos nuestra enumeración de poemas para enamorar a una mujer difícil con un precioso texto de la Generación del 27. Sencillo, pero al mismo tiempo increíblemente poderoso: una declaración de amor que enfatiza la autenticidad y la sinceridad. Y es que quien está verdaderamente enamorado ama de forma incondicional, sin necesidad de que la otra persona deba fingir ser quien no es.
Lope de Vega – Esto es amor
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Un clásico de los poemas románticos. Lope de Vega supo resumir como nadie el torbellino de emociones que caracteriza al enamoramiento. Eso sí, teniendo en cuenta que resulta bastante explícito en cuanto a las intenciones, es mejor que se lo dediques cuando haya una mayor confianza.
María Elena Walsh – El reino del revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.
Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.
Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pequinés,
que se cae para arriba y una vez…
no pudo bajar después.
Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1530 chimpancés,
que si miras no los ves.
Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del Marqués
en caballos de ajedrez.
Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.
Continuamos nuestra selección de poemas para enamorar a una mujer difícil con una de las autoras más célebres de Hispanoamérica. Aunque esta obra en concreto sea un tanto infantil, puedes dedicárselo en un momento de distensión para hacer reír a tu cita. Probablemente, tu originalidad y sentido del humor le parecerá mejor que un texto pastelón sacado de internet.
Antonio Rubio – Adornos vegetales
Pomelo
para tu pelo.
Regaliz
en tu nariz.
Hinojos
para tus ojos.
Manzanilla
en tu barbilla.
Tapioca
para tu boca.
Cerezas
para tus cejas.
Madroño
si llevas moño.
Y con nueces,
bien pareces.
Al igual que el anterior, se trata de un poema sencillito y más orientado a niños, pero constituye una forma divertida de elogiar su físico. Recítaselo si lleva alguna joya o adorno especialmente llamativo para sacarle una sonrisa.
Anónimo – Romance de Rosaflorida
En Castilla está un castillo
que se llama Rocafrida,
al castillo llaman Roca
y a la fuente llaman Frida.
El pie tenía de oro
y almenas de plata fina,
entre almena y almena
está una piedra zafira;
tanto relumbra de noche
como el sol a mediodía.
Dentro estaba una doncella
que llaman Rosaflorida.
Siete condes la demandan;
tres, duques de Lombardía.
A todos les desdeñaba,
tanta es su lozanía.
Si la chica a la que pretendes es aficionada a la literatura de épocas pasadas, no puedes dejar pasar la oportunidad de dedicarle un poema medieval. Además, la similitud existente entre vuestra situación y la de la protagonista le resultará interesante, cuanto menos.
Gutierre de Cetina – Ojos claros, serenos
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
En el listado de poemas para enamorar a una mujer difícil no puede faltar la célebre obra del poeta renacentista Gutierre de Cetina. Este texto, pese a su brevedad, encierra una gran emoción, y te permitirá lucirte demostrando tus conocimientos literarios. Eso sí, probablemente sea la forma más hermosa y elaborada para decirle a alguien “anda, hazme caso, por favor”.
Agustín García Calvo – Libre te quiero
Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie,
ni tuya siquiera.
¿Los poemas románticos tradicionales te parecen demasiado posesivos y eso te incomoda? ¿Te has fijado en una chica de ideas reivindicativas? Aquí tienes la manera perfecta de declararle tus sentimientos al tiempo que dejas muy claro el respeto hacia su independencia. Porque el amor no es verdadero si uno de los miembros interfiere en la libertad del otro.
Luis Alberto de Cuenca – El desayuno
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
Para finalizar, te presentamos un entrañable poema un poco distinto. Pongamos que tus métodos de conquista han dado sus frutos y la chica a la que pretendías se ha rendido ante ti. En ese caso, tienes el texto perfecto para dedicarle cuando llevéis ya un tiempo juntos y agradecerle todos esos detalles que hacen tu día más ameno.