Tus propias manos pueden ayudarte a reafirmar la piel y deslumbrar con una cara que aparente hasta 10 años menos
Al igual que el resto del cuerpo, la cara también tiene músculos y con el estrés, puede producir tensión causando arrugas y una piel que expresa más fácilmente el envejecimiento y el cansancio.
El masaje facial consiste en una técnica que trabaja especialmente los músculos de la cara en profundidad. A través de técnicas y aparatos específicos se activará la circulación para disolver los puntos de tensión en el rostro.
Invierte en tu rostro 5 minutos diarios y verás cómo en solo 10 días comenzarás a notar los resultados. ¿Cómo? Apunta: en las yemas de tus dedos está la clave para rejuvenecer tu rostro desde hoy. ¿Preparado? ¡Manos a la… cara!
En el rostro y cuello sumamos un total de 59 músculos. Trabajarlos no sólo activa la circulación sanguínea, sino que mejora la oxigenación de las células y aumenta la producción de colágeno. Además, un buen masaje reafirmante libera, además, la presión del rostro y tonifica la musculatura. O lo que es lo mismo:
- Rejuvenece la piel.
- Frena las arrugas prematuras y afina las líneas de expresión.
- Despierta la mirada.
- Esculpe los pómulos.
- Mejora el aspecto y luminosidad del rostro.
- Reafirma y tonifica la piel.
- Disminuye los efectos del estrés.
- Combate la flacidez de los tejidos.
La constancia, la clave para un masaje facial antienvejecimiento
Relaja la musculatura
Gira tu cabeza en círculos suaves hacia un lado y el contrario, para aliviar las tensiones del día. A continuación, masajea con los nudillos haciendo pequeños círculos en el cuello desde la garganta hacia las orejas por debajo de la mandíbula.
Redefine el óvalo de la cara
Desliza dos dedos juntos (apuntando con las yemas hacia la oreja) usando la mano contraria al lado a trabajar, desde la barbilla hasta detrás de la oreja. A continuación, con los dedos pulgar e índice en forma de pinza coloca los pulgares bajo la barbilla y los índices justo debajo del labio inferior deslízalos bordeando el contorno facial por arriba y por abajo hasta la mandíbula.
Elimina la papada y redibuja el contorno
Con los dedos índices de ambas manos estirados horizontalmente deslízalos por debajo de la barbilla alternando ambos dedos en movimientos rápidos desde el cuello hacia afuera. Repite también a ambos lados de la mandíbula.
Reduce las arrugas de “marioneta” y “código de barras”
Coloca los dedos índices por encima de los labios (de forma que se toquen ambas yemas) y los dedos corazón por debajo (tocándose ambas yemas) formando un rombo en torno a la boca para deslizarlos hasta las mejillas en un movimiento ascendente.
Reafirma los pómulos
Presiona el pómulo hacia arriba con la yema del pulgar, como elevándolo; después desliza hacia las sienes. A continuación, coloca los pulgares debajo del mentón y une los demás dedos a la altura del tabique nasal: desde esa posición, libera los pulgares y dibuja el pómulo llevando las manos hacia las orejas en un movimiento ascendente.
Descongestiona el contorno de ojos
Alterna toques suaves y rápidos con las yemas de los dedos índice, corazón y anular bajo los ojos desde el lagrimal hasta la sien. A continuación, coloca la yema de los pulgares en la cara interna de la nariz justo donde comienza la ceja y presiona durante tres segundos, aligera la presión y recorre suavemente la ceja hasta el final con los pulgares como si la peinaras.
Reafirma la frente
Coloca los dedos índices en el medio de la frente, a la altura del entrecejo y deslízalos dibujando un semicírculo con cada uno de forma que cuando uno se desliza de abajo a arriba, el dedo contrario lo hace de arriba abajo. Después, masajea la frente con los dedos índice, corazón y anular de un lado a otro, de arriba hacia abajo, como en zigzag.
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