Mario Vaquerizo reconoce sin prejuicios que va a Misa todos los días y que tal vez haya sido eso lo que le hizo en su momento plantearse si debía o no interpretar a Sor Juanita en la película La Reina del Convento.
Mario Vaquerizo sabe perfectamente que las reglas que se aplican a otras estrellas no tienen por qué aplicarse a él. “Cuando voy a las radios, voy como mánager de Fangoria, y le digo a los locutores <<bueno, también os traigo el nuevo proyecto de Las Nancys Rubias>> y me responden <<Mario, eso no lo vamos a poner, no te enfades>>”, reconoce con humor. “Cuando yo digo que la gente no nos toma en serio, no lo digo con acritud. Al revés ¡me encanta!”. A pesar de que Mario piensa que la gente no le toma en serio, acaba de llegar de México de llenar el Teatro Metropolitan, primero como telonero de Fangoria, sí, pero el último día de los tres que han estado, fue todo mérito de su grupo Las Nancys Rubias. A medida que Mario Vaquerizo se acerca a su medio siglo de vida, artistas consagrados como Miguel Bosé, Topacio Fresh, Pedro Almodóvar, y otros más actuales como Rosalía o Lola Índigo presumen orgullosos en sus redes de su amistad con Mario. Porque, por encima de todo, Mario es un hombre del que se presume.
Izquierda:
Camisa leopardo MIRTO.
Pantalón negro DUARTE.
Derecha:
Camisa roja de gasa con lazada PALOMO SPAIN.
Pantalón marrón CARLOTA BARRERA.
¿Es Jumpin’ Jack Flash? ¿Un luchador callejero? ¿El vagabundo de medianoche? ¿Un hombre “rico y generoso”? ¿Un parlanchín guasón y divertido? Sí, Mario Vaquerizo es todo eso y mucho, mucho más. Se mire por donde se mire, Mario Vaquerizo es “un original”, una de las figuras culturales dominantes de nuestro tiempo. Despreocupado, concienzudo, divertido y religioso, siempre hipnotizador, nos enganchó por el cuello hace casi quince años y, a diferencia de muchos de sus colegas, nunca nos soltó.
Podría decirse que Vaquerizo es el último Rey del Glam, aunque incluso esa descripción se queda corta. A lo largo de los últimos quince años -desde sus primeros cameos en las series de TV hasta su salto a la fama con el reality Mario y Alaska, pasando por sus innumerables colaboraciones en programas de televisión-, Vaquerizo se filtró en los poros de la cultura como pocos personajes en España lo han hecho.
Izquierda:
Camisa roja de gasa con lazada PALOMO SPAIN.
Derecha:
Total look de GUCCI
Botines de CHRISTIAN LOUBOUTIN.
Después de que el petardeo Pop allanara el camino con su chillona rebeldía juvenil, Mario Vaquerizo y sus colegas se enorgullecen de ser sarcásticos, descarados, lascivos y provocadores. En un momento en el que los estudiantes salían a las discotecas para bailar y olvidarse de la crisis del nuevo siglo, Mario nos proporcionó himnos llenos de alegría (“¡Qué más da, me encanta!”).
Fuera de la pantalla, Mario no defrauda a nadie, viviendo al máximo la vida sibarita de una estrella de la televisión, aparentemente fuera de control, pero con un trabajo interior muy consolidado “Las críticas empiezan por uno mismo. Lo que también me ha salvado en la vida es que no soy nada prejuicioso” reconoce.
En la imagen de la izquierda y de la derecha, Mario Vaquerizo viste total look de GUCCI y botines de CHRISTIAN LOUBOUTIN.
Pero tras esa elaborada imagen de hombre amanerado y callejero, rascando un poco en ese avatar andrógino, con rímel, sombra de ojos y que habla de sí mismo en femenino hay un hombre pudoroso, valiente y extremadamente inteligente, que enlazada en su discurso unas ideas con otras, que conecta con asombrosa agilidad anécdota tras anécdota presumiendo inconscientemente de una vida cargada de experiencias y buenos amigos. Y este puede que haya sido el motivo por el que se han fijado en él para protagonizar “La Reina del Convento”, su primera película como actor protagonista. “Al principio, cuando me ofrecieron el proyecto, dije que no, por pudor. No quería resultar irreverente, ni ofender a nadie. Pero luego dije: ¡Qué coño! ¡Yo quiero aprender, nunca es tarde para aprender!”.
Y así fue como Mario Vaquerizo dijo sí al primer largometraje de la directora novel Carmen Perona, una chica joven que ha sido capaz de reunir en su primer proyecto a actrices como Gema Cuervo, Isabel Ordaz, Antonia San Juan o Bibiana Fernández “si esta misma película me la hubieran ofrecido con otros cuatro maricones, no la habría aceptado, porque tengo conciencia y habría quedado una mamarrachada”.
Izquierda:
Pantalón blanco acampanado y chaleco bordado ÁLVARO CALAFAT.
Camisa crudo SANDRO.
Derecha:
Abrigo de zorro blanco vintage de la estilista.
Camisa de lunares IKKS.
“Gema Cuervo ha sido mi favorita. Ya puedo decir que he hecho una película con Gema Cuervo” presume orgulloso Vaquerizo cuando le pregunto sobre el rodaje. “He descubierto que me encanta hacer cine”.
En La Reina del Convento, Mario Vaquerizo interpreta a Juanita, una mujer a la que la vida no le ha dado el afecto de unos padres y decide hacerse monja para encontrar ese amor en Dios.
“Lo que más me ha gustado de esta película es la falta de prejuicios y que al final, a una persona se la acaba queriendo, sea como sea”. Pero más allá de que Mario sea un hombre que defiende a capa y espada la libertad y el respeto, reconoce que le daba miedo su personaje “lo que me echaba para atrás, antes de aceptar el proyecto, es que no quería que fuera nada irreverente. La película puede que altere o que moleste a un sector más conservador de la sociedad ¡cómo yo!”.
Izquierda:
Camisa leopardo MIRTO.
Pantalón negro DUARTE.
Derecha:
Camisa de lunares IKKS.
Y es que, por increíble que parezca, Mario Vaquerizo ha conseguido cultivar lo único que tienen en común todos los verdaderos iconos: una poderosa mística: “Yo soy religioso, voy a misa todos los días, pero no me gusta ofender ni provocar. Pero cuando leí el guion, me di cuenta de que era una comedia dirigida por gente joven y, sobre todo, que me daba la oportunidad de explorar un terrero que yo nunca había explorado, el cine”.
Porque al final ha resultado que las inquietudes de Mario son más grandes que su propia vida. Su paso por la pequeña pantalla se ha ido consolidando es series como La que se avecina, Ella es tu padre o Paquita Salas, pero esta película era otra cosa mucho más golosa y tentadora. Se trata de su primera incursión en la industria del cine y como protagonista: “en el lenguaje televisivo yo siempre he hecho de mí. En La Reina del Convento no. Me tuve que caracterizar e insistí mucho en eso. No quería ser Mario Vaquerizo maquillado, no quería que se me reconociera. Y eso ha sido gracias a un gran trabajo”.
Izquierda:
Pantalón blanco acampanado y chaleco bordado ÁLVARO CALAFAT.
Camisa crudo SANDRO.
Derecha:
Camisa roja de gasa con lazada PALOMO SPAIN.
Pantalón marrón de CARLOTA BARRERA.
Ahora, a este enemigo declarado de las imposiciones sociales y la censura le toca reflexionar sobre l a época en la que La Reina del Convento llega a los cines “estamos cayendo en la autocensura, por el miedo al qué dirán. En este momento de crispación tan polarizado tienes que decir si algo es o blanco o negro. Y yo digo <<Señores, entre el blanco y el negro está también el gris perla>> Cada vez nos estamos volviendo más incultos y más dogmáticos”.
Al fin y al cabo, esa singular y galvánica fuerza de la naturaleza -una criatura carismática que habría alcanzado el estrellato con o sin Alaska, con o sin sus queridas Nancys- es la que sigue hipnotizándonos, emocionándonos y cautivándonos después casi 15 años. Sus ocurrencias, sus aventuras, su lenguaje sin miedo, su capacidad de estar por encima del momento social y las circunstancias, su fama desmedida, su cercanía y calidez, y el genio… todo esto y mucho más está encarnado en el hombre cuyo propio nombre define una época. Ese hombre es Vaquerizo. Ese hombre es Mario.
Entrevista: Mateo Carrasco
Fotografía y video: Pablo García
Estilismo: Berta Fernández-Abascal
Maquillaje y peluquería: Yohanna Rojas para Ns Management
Asistente de estilismo: Dax Fernández
Asistente de fotografía: Marta Díaz
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