La falta de tiempo, la pereza o incluso la vergüenza son los principales responsables de que abandonemos el deporte y nos conformemos con la forma que nuestro cuerpo va adquiriendo con el paso de los años.
Una genética privilegiada es una suerte, pero la fuerza de voluntad, junto con la motivación, el orden (¡muy importante el orden!) y un entrenamiento adecuado guiado por profesionales, son los factores más importante para la lograr objetivos reales y crear un hábito que nos acompañará de por vida. Descubrimos todas las particularidades que entran en juego a la hora de crear rutinas de entrenamiento efectivas y fidelizar a corto, medio y largo plazo, y que dan respuesta a esta pregunta que muchos se hacen.
Unas altas capacidades para el esfuerzo físico, la resistencia y un metabolismo rápido que minimice la acumulación de grasa es una verdadera lotería genética. Sin embargo, cuando se trata de entrenar adecuadamente, hay otros muchos factores que determinan la fidelidad para con una rutina de entrenamiento y, por tanto, el éxito a corto, medio y largo plazo. Un enfoque preciso y una metodología adecuada son imprescindibles desde la primera sesión de entrenamiento para conseguir que cualquier persona entrene de manera correcta, teniendo en cuenta otros muchos factores que serán clave para hacer germinar la voluntad de entrenar de por vida.
LA EDAD
La edad marca grandes diferencias en nuestro organismo y, por tanto, también en nuestras capacidades y forma en la que debemos entrenar. Mientras que los niveles hormonales propios de la juventud ofrecen una mayor capacidad natural para la recuperación y niveles superiores de energía, en la madurez estos parámetros se ven ralentizados. Sin embargo, las personas que entrenan durante toda su vida llegan ven ralentizada esta merma con el paso del tiempo, y pueden mantener un nivel de entrenamiento superior a largo plazo. Además, incluso aquellos que empiezan a entrenar en la madurez, consiguen aumentar y mejorar sus capacidades rápidamente, sintiendo que no solo su cuerpo y apariencia mejoran, sino que también lo hacen su estado y bienestar psicológico.
LA GENÉTICA
Los hombres tienen una estructura ósea y una masa muscular mayor a la de las mujeres, pero ellas tienen una resistencia y capacidad de recuperación mayor y más rápida. Una diferencia básica, pero no una realidad universal, pudiendo encontrarse unas características únicas en cada persona independiente de su sexo. Por este motivo, las diferencias entre unos y otras no determinarán los mejores o peores resultados, sino la adecuación de la rutina de entrenamiento prescrita y la fidelidad para con ella.
CREAR EL HÁBITO
Las personas tenemos una gran predisposición a crear hábitos en todos los ámbitos (alimentación, entrenamiento, estudios, trabajo…), tanto buenos como malos, y no tenerlos a priori, no es impedimento para desarrollarlos. Por eso Reto 48 creó una metodología que tiene como base un entrenamiento inicial de 48 días, ya que así, no sólo se ven resultados diferenciales, sino que creamos un hábito de entrenamiento propiciado también por la segregación de endorfinas que induce la actividad física, y que nos fideliza para con una sensación de bienestar de la que luego nos es difícil prescindir, siendo la clave de la continuidad a medio y largo plazo.
UN ENTRENAMIENTO A MEDIDA
Cada persona tiene una serie de particularidades genéticas, físicas, personales e incluso sociales que hacen necesaria una personalización de su entrenamiento así como una alimentación determinada para fidelizarse con su entrenamiento y lograr resultados visibles. La simple adecuación del horario en que se realiza puede marcar la diferencia entre hacerlo consecuentemente o desligarse de su práctica, así como la intensidad del entrenamiento, la subida progresiva del peso, los descansos o el número de sesiones semanales necesarias son factores fundamentales a tener en cuenta a la hora de diseñar un programa de entrenamiento efectivo que logre resultados. Es muy importante entender que si no estamos acostumbrados a estrenar, debemos ponernos en manos de entrenadores profesionales, bien formados y que entiendan las características de nuestras circunstancias. Un buen entrenador personal es la clave para enamorarse del entrenamiento y aprender la técnica con la que se deben hacer los ejercicios.
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