Te Descubrimos los Secretos Ocultos de Tus Pies: Esta Es La Insospechada Conexión Que Hay Entre Andar Descalzo y un Estilo de Vida Saludable
Si eres de los que disfruta quitándose los zapatos al llegar del trabajo, te pasas el fin de semana caminando descalzo por tu casa o disfrutas caminando sobre la arena o sobre el césped, este artículo va a ser tu excusa para seguir haciéndolo, porque hoy te contamos todos los beneficios de andar descalzo. ¡Sigue leyendo!
Nuestros pies están formados por una red de músculos, tendones, ligamentos y huesos. Tanto es así, que hasta la cuarta parte de nuestros huesos se encuentra en los pies.
La planta de los pies tiene mayor densidad de terminaciones nerviosas que muchas otras partes de nuestro cuerpo, por lo que su capacidad sensorial es bastante similar a la de nuestras manos. Nuestros pies tienen más de 200.000 terminaciones nerviosas (más que ningún otro por centímetro cuadrado del cuerpo humano).Sin embargo, les condenamos a vivir encerrados en los zapatos y hacemos que pierdan todo su potencial.
Estas terminaciones nerviosas existen por varias razones, entre ellas para enviar mensajes al cerebro que ayudan a mantener el equilibrio y la seguridad al caminar. Como cualquier otra parte del sistema nervioso, estas terminaciones nerviosas se benefician de la estimulación. Caminar descalzo permite a los pies transmitir nuevos mensajes al cerebro, lo que constituye una excelente forma de estimular todo el sistema de comunicaciones.
Esto se potencia al aire libre, donde las diferentes superficies, texturas y temperaturas actúan como un gigantesco campo de juegos sensoriales. No sólo es divertido, sino que fortalecer estos nervios puede mejorar la propiocepción, es decir, la conciencia del cuerpo en el espacio. La mejora de la propiocepción beneficia a un gran número de habilidades atléticas, como dar patadas, saltar y mantener el equilibrio.
Los zapatos más antiguos que se conocen son unas sandalias que tienen alrededor de unos 5.000 años. Está hecho de cuero vacuno y ofrecía una protección básica del pie, pero sin cambiar el patrón de movimiento de este. Pero en los últimos siglos el calzado se ha ido perfeccionando y sofisticando con la aparición de las cámaras de aire o las suelas altas. Aunque esto pareciese un avance, lo cierto es que para nuestros pies solo ha supuesto un atraso. Por ejemplo: nuestros antecesores, que caminaban descalzos por la naturaleza, tenían los dedos de los pies más separados, sirviendo de mayor soporte, mientras que los pies de quienes hemos llevado calzado durante toda nuestra vida, los dedos están más pegados. Esto se produce porque los zapatos modernos comprimen los pies y hacen que cambie tanto su anatomía y su función principal.
Además de comprimir nuestros pies, también debilitan la musculatura de los pies. Se sabe desde siempre que los zapatos de tacón son perjudiciales para nuestros pies, y es porque, entre otras cosas, debilita el talón de Aquiles, el tendón más fuerte y grueso de nuestro cuerpo.
Por todo esto, debemos de empezar o retomar el hábito de andar descalzos, además de utilizar calzado minimalista para recuperar la fortaleza de nuestros pies.
Imagen cortesía de Polo Ralph Lauren
Beneficios de andar descalzo
Mejora la distribución del peso
Al caminar descalzo, el peso se reparte por todo el pie, evitando la sobrecarga de peso en ciertas zonas.
Nuestro pie descansa
Si lo primero que haces al llegar a casa es descalzarte, habrás comprobado que sientes alivio al quitarte los zapatos. Y eso es motivo más que suficiente para potenciar el caminar descalzos.
Reduce los dolores de espalda
Utilizar calzado poco adecuado favorece la aparición de dolores lumbares. Por eso, andar descalzo previene y reduce la aparición de dolores de espalda.
Estimula la circulación
Según una investigación realizada en la Universidad de California, que nuestros pies estén en contacto con el suelo mejora la circulación de la sangre.
Relaja los músculos de los pies
Al caminar descalzos por la naturaleza, como puede ser la arena de la playa, masajeamos nuestros pies a la vez que aliviamos la tensión de los músculos de esa zona. Los pies se sobrecargan debido al mal calzado y/o a las largas horas de pie o sentado.
Herramienta frente al estrés
Caminar con los pies descalzos por la arena o el césped hace que conectemos con la naturaleza y que desbloqueemos nuestras emociones. De esta manera, se reduce la ansiedad y el estrés.
Mejora la pisada
Al caminar sin calzado por superficies irregulares, nuestro pie trabajará para adaptarse a ellas. Además, esto permitirá una corrección en el desequilibrio que se produce en ciertos movimientos que realizan al caminar. Así, se desarrolla una mayor conciencia de los movimientos que realiza el pie, previniendo y evitando futuras lesiones al practicar deporte.
Imagen cortesía de Polo Ralph Lauren
Nos conecta con la naturaleza
Caminar descalzo al aire libre fomenta una conciencia del entorno incomparable a la de caminar con zapatos. Para caminar descalzos, debemos ser conscientes de las enormes cualidades que tiene el contacto con las piedras, las hojas e incluso la hierva para nuestra salud. Utilizar los cinco sentidos de forma directa con la naturaleza es una forma inmejorable de estar presente en el entorno natural y sentirnos parte de él como un ente holístico. Además, este tipo de experiencias nuevas de contacto directo con la naturaleza a través de la planta de los pies contribuye al desarrollo de su cerebro.
Recomendaciones para obtener todos los beneficios de andar descalzo
Si estás acostumbrado a andar siempre calzado, caminar descalzo sobre hierba u otras superficies naturales irregulares puede resultar bastante agotador para los pequeños músculos intrínsecos de los pies y los músculos que estabilizan los tobillos en la parte inferior de la pierna.
Las zapatillas de deporte y los zapatos para caminar convencionales tienen una suela reforzada y mucho material entre la planta del pie y el suelo, lo que reduce la carga de trabajo de muchos de los músculos que controlan el arco, los huesos y las articulaciones de los pies. Con el tiempo, estos músculos se debilitan bastante.
En primer lugar, lo que debes hacer es aumentar el tiempo en el que caminas descalzo por tu casa.
Aumente gradualmente la cantidad de tiempo que camina sin zapatos para dar a estos músculos debilitados la oportunidad de adaptarse a los nuevos retos de sostener, equilibrar y estabilizar su cuerpo.
Empieza con cinco minutos más o menos y aumenta progresivamente la duración de tus caminatas descalzo según lo toleres.
Por muy bueno que sea caminar descalzo, recuerda que no debes hacerlo en lugares públicos como pueden ser los vestuarios de un gimnasio o de una piscina, o en ciertas instalaciones deportivas, ya que podría provocar infecciones como hongos o pie de atleta. En este tipo de lugares puedes utilizar chanclas.
Si caminas descalzo por una superficie fría unos calcetines pueden ayudarte, aunque sea más recomendable ir sin nada que presione nuestros dedos o nuestros tobillos. También puedes hacer uso de una alfombra para evitar el frío en los pies.
Aunque caminar descalzo prevenga la aparición de lesiones, en superficies inclinadas debemos de tener cuidado con la sobrecarga muscular que se produce al caminar por este tipo de superficies. Las zonas con las que debemos de tener cuidado son la cadera, las rodillas y la columna.
Debemos caminar descalzos por superficies muy seguras y limpias, ya que si nos hacemos un rasguño con el pie sucio pueden aparecer infecciones. Esta precaución se agrava para las personas que sufren de diabetes. Es más: quien padece de pie diabético debe de abstenerse de realizar esta práctica.
Además, se recomienda que los niños aprendan a caminar descalzos antes que con zapatos, ya que eso les ofrecerá mayor seguridad y tendrán una mayor percepción del espacio que les rodea.
Para las personas mayores o para aquellos que sufren de retención de líquidos, caminar descalzo alivia la tensión que se produce en los pies al pasar muchas horas sentado y fortalece los músculos y las articulaciones, además de mejorar la circulación y habitar sentir presión en nuestros pies.
Cuando decidas descubrir los enormes beneficios de andar descalzo al aire libre, es fundamental que elijas cuidadosamente el entorno adecuado para esta actividad, priorizando siempre tu seguridad y bienestar. Si cuentas con un jardín propio, este constituye un excelente lugar para comenzar esta experiencia. La hierba suave y la arena fina también son opciones seguras y agradables para caminar descalzo.
Es recomendable iniciar gradualmente, dedicando unos pocos minutos al aire libre sin calzado para adaptar progresivamente tus pies y permitirles acostumbrarse a esta nueva práctica.
Si tienes la posibilidad, aprovecha los senderos locales destinados a caminatas descalzo, ya que ofrecen una excelente oportunidad para explorar esta actividad en compañía de tu familia. Sin embargo, si planeas realizar una caminata descalzo más prolongada, te aconsejo que lleves contigo un par de zapatos por precaución, ya que una experiencia prolongada sin calzado puede resultar abrumadora para los sentidos.
En los meses de invierno, cuando las condiciones climáticas no permiten caminar descalzo al aire libre, puedes optar por la práctica de caminar descalzo en el interior de tu hogar. Además, actividades como el yoga o la gimnasia realizadas sin calzado constituyen excelentes alternativas para mantener tu práctica descalzo durante todo el año.
Recuerda siempre escuchar a tu cuerpo y respetar sus límites. Caminar descalzo no solo brinda una conexión más profunda con la naturaleza y estimula los músculos de los pies, sino que también puede ser una experiencia gratificante para tu bienestar general.
Artículo publicado por Laura Martínez
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