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Diez consejos para volver a incorporarse al trabajo con éxito después de una baja por ansiedad y estrés

CÓMO VOLVER AL TRABAJO DESPUÉS DE UNA BAJA POR ESTRÉS Y ANSIEDAD
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Si has tenido un problema de salud mental y has estado de baja, puede que te preocupe volver al trabajo por cómo reaccionarán tus compañeros o por si no vas a poder estar a la altura, o tal vez porque no seas capaz de afrontar la situación. Sin embargo, la mayoría de la gente considera que volver al trabajo es un paso positivo si se dispone de apoyo para facilitar la reincorporación.

Una baja laboral por estrés y ansiedad es una situación en la que la principal sensación es la de haber tocado tanto fondo, como para haber tenido que parar nuestra cotidianeidad; es un “stop” obligado a frenar y congelar la marcha en seco durante más tiempo del estipulado, aunque no se vislumbre absolutamente ningún vehículo en ninguno de los dos sentidos y el de atrás comience a desesperarse tocando el claxon para que nos movamos.

El estrés, considerado como la reacción del cuerpo ante una amenaza, lleva en la mayoría de los casos a la gran temida ansiedad, considerada como aquel conjunto de síntomas que el ser humano produce ante la sensación de estrés, y ante la que no sabemos dar respuestas funcionales, entre otras cosas porque a casi nadie le han enseñado a estar informado para saber identificar toda esta sintomatología y, por lo tanto, poder dar respuestas adaptativas.

Parece ser que hasta que no tocamos fondo no nos percatamos de que hemos dejado muy de lado la importancia que tiene cuidar nuestra salud mental para tener conciencia de que somos cuerpo, pensamiento y emoción. Una baja por ansiedad frente al estrés es por tanto una enfermedad temporal ante la disfunción de nuestras tan desconocidas emociones.

CÓMO VOLVER AL TRABAJO DESPUÉS DE UNA BAJA POR ESTRÉS Y ANSIEDAD

Identificar la culpabilidad

La primera herramienta a poner en práctica cuando leemos “alta” en el informe médico es la de identificar la culpabilidad que generalmente se siente al estar de baja para poder hacerla frente. Estar convencido de que la situación de incapacidad laboral por enfermedad emocional es un derecho lícito es el primer paso.

La enfermedad mental está estigmatizada y contamina la objetividad social de tal manera que se tiende a menospreciar una baja por ansiedad y se normaliza una baja por cualquier otra enfermedad física. Teniendo en cuenta que la principal fortaleza del ser humano es reconocer su vulnerabilidad, un cambio en nuestras opiniones sobre este asunto modifica la manera con que defendamos la legitimidad de padecer un cuadro por ansiedad con la cabeza bien alta.

Es primordial haber dado con lo que se considera un buen médico; aquel profesional que priorice la empatía en su praxis con los pacientes y que esté verdaderamente formado en asistencia primaria como para estar convencido de dar una alta médica para reincorporarse al trabajo. De esta manera tendremos la confianza suficiente como para decidir que el fantasma del despertador de las siete horas a.m. no nos da ningún miedo.

Empezar pronto el proceso de transición

Volver al trabajo después de una baja por estrés puede ser una tarea desalentadora. Cuanto antes comiences el proceso de transición, mejor. Esto te ayudará a aliviar la ansiedad.

Retoma el contacto con tu trabajo antes de que finalice la baja, especialmente durante la última mitad de la misma. Tanto si se trata de una baja de dos días, como de dos semanas o de tres meses, tu departamento de recursos humanos o tu supervisor estarán disponibles para ayudarte a realizar la transición de vuelta con confianza.

Comienza a establecer una «rutina de trabajo» antes de volver al trabajo. Esto incluye:

Establece un horario de sueño rutinario
Establece una rutina de comidas
Trabaja desde casa hasta un día completo (si es posible)
Visita tu lugar de trabajo antes de tu regreso
Para que la transición de vuelta al trabajo sea lo más fluida posible, es importante reflejar tu próxima rutina y trabajarla en tu vida diaria durante la baja, en lugar de lanzarse de lleno el primer día de vuelta.

Este consejo es especialmente importante si la baja por estrés ha durado mucho tiempo.

Otro aspecto importante de la vuelta al trabajo, y que a menudo se pasa por alto, es la adaptación al horario laboral. Puedes empezar su regreso con media jornada y llegar a la jornada completa, dependiendo de la gravedad del estrés y de la flexibilidad de tu empresa. Esta es una buena manera de medir tu preparación para volver al trabajo.

Visitar la oficina, llevar un refresco (por ejemplo) a los compañeros de trabajo, antes del regreso completo es otra forma de facilitar la vuelta al trabajo. Empezarás a familiarizarte poco a poco con la cultura y las caras de las que pronto estarás rodeado a diario.

Crear una rutina sostenible para volver al trabajo

Como se ha mencionado anteriormente, la creación de una rutina de sueño y comidas antes del final de la baja es esencial para experimentar una transición suave de vuelta al lugar de trabajo. Hay otras facetas de una rutina que son igualmente importantes. Entre ellas se encuentran:

  • Ser consciente de tus factores de estrés al volver al trabajo.
  • Crear un sistema de autocontrol al volver al trabajo.
  • Mantener una rutina consistente una vez que se regresa al trabajo.
  • Crear límites en el trabajo (ser fiel al horario pactado, aprender a decir «no», delegar tareas… etc.)

No generar expectativas

Es importante mantener a raya el tema de las expectativas; esperar a pasar del cero al cien es imposible. Puede ocurrir que creamos que la vuelta a nuestro puesto de trabajo va a aliviar gran parte del duelo y puede que no sea así. Hay que evitar la exigencia de sentirnos totalmente recuperados, aun teniendo el alta médica. Estos procesos son largos y requieren de muchas fases de recuperación.

Hacer el «caso justo» a los consejos de la gente que nos rodea

Hay que evitar todos aquellos comentarios de los demás acerca de cómo nos deberíamos de sentir. Hay muchas personas a las que les encanta esa famosa frase de “deberías de pasar página”, la que parece que conlleva cierto mandato de aceleración de las prisas para decir adiós al sufrimiento. Aceptar sin juzgar permite que las emociones se vayan estabilizando. No nos podemos olvidar que cada persona tiene sus ritmos.

Evita cuestionarte si seguir o no trabajando fuera de casa

Las situaciones de baja laboral por posparto en mujeres tienen que ver también con ansiedad y estrés, así como con depresión ante la situación de desbordamiento que supone el cuidado de un bebé por la inexperiencia y el cansancio acumulado.

Actualmente se suma a estos contextos las bajas paternales. En los dos casos la conciliación vida familiar y laboral sigue siendo un hándicap muy alto que supone también altísimas dosis de herramientas emocionales para poder hacer frente a este momento de vuelta a la mesa de trabajo.

La herramienta más poderosa para retomar el ritmo tras el alta es evitar la duda que surge con respecto a seguir o no trabajando fuera de casa. Una vez aceptado que la conciliación es una realidad, bien es cierto que existen posibilidades de elegir jornadas más reducidas al menos al principio de la incorporación y defender sin culpa que no somos super héroes y nos merecemos no perseguir la perfección en ninguno de los dos trabajos, el de fuera y el de dentro de casa, para así poder llagar a ser excelentes en los dos.

Técnica de la desensibilización sistemática

En las bajas por estrés y ansiedad se da también el fenómeno del beneficio secundario de la enfermedad; esto tiene que ver con que, si bien a nadie le gusta estar enfermo, el haber podido disminuir el ritmo y permanecer un tiempo fuera de la vorágine de las responsabilidades laborales ha podido tener consecuencias muy positivas que hagan ahora una difícil vuelta a empezar.

Para ello la técnica de la desensibilización sistemática consistente en planear los nuevos días de trabajo con puntuaciones de cero a diez en intensidad de esfuerzo. Esto permite que la adaptación sea realista. Es recomendable por lo tanto que durante al menos quince días antes de la reincorporación laboral se normalicen los horarios en casa para familiarizarse de nuevo con los hábitos adquiridos.

Sin embargo, aunque se mitifique la frase de “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, sí que es necesario que durante el periodo de baja hayamos podido trabajar en nuestro desarrollo emocional y haber podido descubrir el ritmo que nosotros necesitamos.

Analizar el «para qué»

Una vez descubierto, analizado y trabajado el porqué de nuestra baja por estrés, es decir, las razones que nos llevaron a ese estado de ansiedad, hemos de profundizar en el para qué nos ocurrió esto y observar lo que hemos aprendido de esta experiencia.

Una de las causas de estrés más frecuentes es la de hacer más horario del habitual, bajo la falacia de quien más trabaja, más valor tiene. El ser respetuoso con los horarios que constan en los contratos laborales no solo es una opción saludable, sino que se convierte en algo obligado para perseguir el autocuidado para no olvidar que la ausencia de éste seguramente nos llevó a esa sintomatología ansiógena. No olvidemos el concepto de cantidad de trabajo versus calidad de este.

Practicar técnicas de relajación

El entrenamiento en relajación como respuesta incompatible a la respuesta de ansiedad es otra herramienta importante para regresar al puesto de trabajo una vez superada la crisis de estrés.

La línea roja con la fobia laboral es muy fina y todos aquellos estímulos que vienen de los ámbitos laborales generalmente están asociados con mucha presión y puede darse el fenómeno de la generalización o la tendencia a meter en el mismo saco de la ansiedad a todo aquello que suene a esfuerzo y exigencia. Un entrenamiento en mindfullnes o relajación progresiva garantiza una mejor gestión para dejar tanto control de perfección a un lado.

Crear un precedente

Crear precedente es otra de las herramientas a utilizar para una óptima vuelta tras una baja por estrés. Es recomendable que nos rodeemos de “personas botiquín de primeros auxilios”. En vano es jugar a disimular y minimizar lo que nos ha ocurrido.

Tener a mano compañeros que entiendan que vamos a estar vulnerables los primeros días favorece el que nos sintamos libres como para poder pedir ayuda en momentos críticos. No olvidemos que lo que se resiste, persiste, por lo que aprender a defender que los cuadros por inestabilidad emocional son parte de lo humano, va a hacer que se normalicen estas situaciones.

Artículo publicado por Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo

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