El diagnóstico se lo dejamos a los profesionales, pero si eres una persona celosa, es importante diferenciar entre los celos “comunes” y los patológicos. Por eso, estos expertos nos ayudan a entender qué hay detrás de esta emoción.
Si más allá de los celos esporádicos, tu reacción hacia cada pequeña cosa que hace tu pareja (saludar a un conocido, hablar con un compañero de trabajo, ser amable con otra persona) es totalmente destructiva, es posible que tengas celotipia. Quizás estés demasiado enganchado a alguien, que actúes desde ese apego ansioso y que tu miedo al abandono te tenga sobrepasado. A veces incluso te enfadas, no te hablas con tu pareja para castigarla y todo porque tu mente te está jugando malas pasadas con pensamientos totalmente intrusivos. ¿Se va a enamorar de otro? ¿Me va a dejar? ¿Y si conoce a alguien en esa fiesta? Se acumulan las dudas y empiezas a actuar desde el control y la posesión. Y lo peor es que te sientes incapaz de evitarlo porque has entrado en una dinámica que es complicado frenar. Te lo cuentan estos psicólogos.
Qué es la celotipia
La celotipia, también conocida como Síndrome de Otelo (por la trágica historia de Shakespeare) se da a conocer en el artículo A Study in the Psychopathology of Sexual Jealousy, de los psiquiatras John Todd y Kenneth Dewhurst. Y hace referencia a un trastorno que atrapa tu mente y te convence de que el otro te es infiel. La persona sufre un delirio totalmente irracional y se pone cual Inspector Gadget a buscar pruebas que confirmen sus sospechas. Es un comportamiento que puede influir en diferentes áreas de tu vida, como acabar descuidando tu profesión u otras responsabilidades. Y puede afectar a todo el mundo, aunque parece ser más frecuente en hombres.
Eso sí, “ten en cuenta que dichos indicios de infidelidad no significan que necesariamente tengas celotipia”, advierte el psicólogo clínico Darren F. Magee. Ya que quizás tengas antecedentes de infidelidades en tus relaciones pasadas o puede que no haya evidencias, pero sí ciertos indicadores que hacen saltar tus alarmas. Sin embargo, si estos pensamientos están totalmente en bucle y se vuelven obsesivos hasta el punto de interrogar a tu pareja, espiarla, revisarle el móvil o seguirle, sería conveniente acudir a un profesional que pueda hacer un diagnóstico personalizado ya que controlar estos impulsos es prácticamente imposible para la persona.
Qué causa los celos
“Cuando hablamos de celos, hablamos de miedo”, explica la psicóloga Silvia Congost. De miedo a sufrir, a perder a nuestra pareja. “La persona que es celosa siente una necesidad y se vuelve totalmente dependiente del otro”. Y algunos de los motivos más frecuentes van desde la influencia del entorno familiar hasta las heridas del pasado.
- La imitación. Si has crecido en una familia en la que uno de los padres (o los dos) ha sido extremadamente celoso o has visto esas conductas desde la infancia, de manera irracional, vas a replicarlas. Algo que pasa también cuando nos sentimos atraídos hacia personas tóxicas.
- La falta de autoestima, autoimagen y autoconcepto. El estudio más importante que se ha realizado sobre los celos, en la Universidad de Nueva York en los años 90, llegó a la conclusión que detrás de estos hay inseguridad, baja autoestima y un miedo a no ser suficientes. Y eso vuelve a la idea de que los celos surgen cuando pensamos que somos abandonables.
- Nuestros traumas. Si has vivido experiencias traumáticas con otras relaciones, es totalmente habitual que hayas desarrollado una desconfianza y que todavía haya cuestiones que te mantengan en alerta. “Los celos son una advertencia”, dice la psicóloga Elizabeth Clapés. Ya que tu cuerpo está detectando un peligro, que puede ser real o imaginario, pero lo está detectando.
- Nuestra percepción de los demás. “Los celos se manifiestan en respuesta a una amenaza romántica percibida”, añade el Dr. Orion Taraban. Es decir, por lo general no sentimos celos de aquellas personas que no vemos como “competencia”. Tiene que ver más con eso que “no tengo yo, pero sí tiene el otro”. Al final, es sentir la posibilidad de perder a alguien que (erróneamente) consideramos propio. Por eso, lo primero es entender que nadie es propiedad de nadie.
Qué hay detrás de los celos
A la persona que es celosa le suele caer mucho hate. Y es cierto que hay casos en los que es totalmente injustificable. Pero la primera pregunta, según explica Clapés es entender si eres realmente celoso, tienes celotipia o si es más bien que la persona con la que estás no es de fiar. Es decir, ¿es un patrón en ti o es un patrón con esa persona? Además, los mitos del amor romántico han hecho mucho daño y algo que debemos meternos en la cabeza es que “sí, es posible estar enamorado y sentirse atraído hacia otras personas. Es humano y nos pasa a todos”, dice la experta. Por eso, “si te quiere ser infiel, lo va a ser”, con o sin tus preocupaciones, vigilancias y control constante.
Además, esa sensación de que en cualquier momento va a conocer a otra persona y te va a dejar, “no son celos como tal, sino que es miedo al abandono”, puntualiza la Dra. Nilda Chiaraviglio. Y habría que ver de dónde viene ese miedo y quién fue la primera persona que te abandonó o incluso cómo te abandonas a ti mismo. Aquí, un ejemplo es el de no cumplir tus proyectos personales o descuidar tu independencia económica y social. “El ser humano es una máquina deseosa, desde que nacemos hasta que morimos. Y el deseo genera una necesidad de abarcar, de contener y de alcanzar para satisfacer nuestras necesidades”.
“Los celos son la enfermedad de la certidumbre”
Dra. Nilda Chiaraviglio, psicóloga experta en relaciones de pareja.
Lo que queremos en todo momento es buscar la seguridad y la certeza. Poder poner la mano en el fuego por alguien, pero eso no existe. Porque el ser humano es incierto y vivimos en un mundo incierto. Por eso, es algo que no podemos garantizar nunca.
Qué hacer para calmar los celos
“Muchas veces pensamos que los celos son una demostración de amor y no es así”, dice la Dra. Marian Rojas Estapé. Todo parte de esa sensación de pertenencia, pero realmente la posesión genera una angustia y una tristeza enorme. De hecho, cuando surgen los celos en la pareja es una señal de advertencia, de que algo está pasando. Por eso, si estás con una persona y empiezas a sentirte inseguro o incluso crees que tienes celotipia, lo primero es analizarlo.
- Investiga. Tienes que monitorizar la situación y entender si se trata de un problema general, que se repite con todas tus parejas. O si es algo concreto, de un contexto o momento determinado. ¿Son celos personales o circunstanciales? ¿Qué situaciones son las que te hacen sentir peor? ¿Son celos que puedes controlar o te nublan la mente?
- Entiende la causa. Es interesante conocer por qué tienes esa inseguridad. Los celos no se van a calmar investigando el móvil de tu pareja y quedándote más “tranquilo” al no encontrar nada. Lo que hay que hacer es atacar directamente el motivo que te causa ese malestar.
- Acepta que no sois uno. Es fundamental entender que tu pareja puede disfrutar con otras personas y situaciones a pesar de que no estés ahí. Su mundo no gira alrededor de ti ni el tuyo debería girar alrededor de esa persona. Cada uno es individual y os juntáis para compartir un espacio seguro juntos, pero hay que olvidarse de los cuentos de Disney y la toxicidad posesiva.
- Cambia la forma de hablarte. Cuando nos decimos cosas como “seguro que le gusta otra persona” o “seguro que ya no le parezco atractivo”, esas afirmaciones tan categóricas nos debilitan y nos hacen daño. Por eso, otro tip es intentar hablarnos de manera más positiva.
Cómo curar los celos enfermizos
Si no tienes control sobre tus celos, te conviertes en una persona paranoica y desconfiada de una forma patológica y ahí es probable que estemos hablando de celos disfuncionales. La desconfianza y el control son temas que dañan muchísimo la relación de pareja y hay personas que son conscientes de ello y otras que no. Pero aunque los celos sean irracionales, “se trata de darse cuenta que lo que está sucediendo no justifica esa reacción y hay que evitar dejarse llevar por ese cúmulo de pensamientos. Para ello, los expertos proponen algunas soluciones.
- La celotipia es una enfermedad y muchas veces necesita medicación. “El pensamiento está enfermo y por eso tu forma de interpretar aquello que ves está completamente distorsionada”, dice Congost.
- Para tratar los celos, debemos aceptar la incertidumbre. “No tenemos la certeza absoluta de nada y entender eso nos facilitará poder soltar la situación”, añade la Dra.Chiaraviglio.
- Aprende técnicas cognitivo-conductuales. Algo que puede ser muy útil cuando llegan los bucles es practicar la parada de pensamiento. Por ejemplo, interrumpir tus pensamientos negativos y sustituirlos por otros (como si cambiaras de CD).
- Elige un estímulo para parar el overthinking. Los más habituales, como una palmada o un pellizco ayudan a ser conscientes de que estás rumiando y así poder detenerlo. Son estrategias que deberían hacerse a diario porque requieren cierto entrenamiento. Pero una vez te acostumbres, verás que esos pensamientos se van gradualmente.
- Recibe ayuda profesional. Esto es lo más eficaz, sobre todo si crees que tienes celotipia, para así tratar tu caso de forma individual y poder controlar y mantener a raya esos celos.