«Si puedo evitar tener que afeitarme la cabeza, bien. Y si puede no notarse que me he puesto pelo… doblemente mejor«
Una de las principales barreras a la hora de enfrentarse a un trasplante capilar es la errónea creencia de que requiere un afeitado total de la cabeza, lo que tiene un peso psicológico en muchas personas, sobre todo mujeres. El Dr. Javier Pedraz, director médico de la clínica Insparya Madrid, informa sobre la viabilidad del rapado parcial para resolver cualquier tipo de alopecia, explicando las singularidades del procedimiento.
Hablamos de personas con media melena o larga con zonas despobladas de cabello, a quienes les resulta impensable un rapado integral de la cabeza. Son síntomas que apuntan sobre todo a una alopecia androgénica, localizada en entradas y coronilla. En el caso concreto de las mujeres también puede deberse al efluvio telógeno o a la alopecia por tracción, esta última fruto de la tensión excesiva y continuada del cabello por el uso abusivo de moños, colas de caballo, trenzas, extensiones o gorras.
Si bien es cierto que cuando se trabaja sobre una cabeza rapada el proceso es más rápido y se pueden trasplantar un mayor número de unidades foliculares, es posible evitarlo trabajando parte de la zona donante, que luego se puede disimular cubriendo con cabello largo de la parte inmediatamente superior.
Esta técnica consiste en rasurar al ‘1’ (pelo a una longitud de 3 mm), una zona rectangular normalmente de la zona occipital (zona de atrás del cuero cabelludo), y “es perfectamente válida tanto para hombres como para mujeres, de tal forma que, en un primer momento, cualquier paciente podría ser candidato a este tipo de rasurado parcial siempre que tenga el pelo por encima de la zona rasurada lo suficientemente largo como para cubrir esa zona con cierto margen de seguridad”, explica el Dr. Javier Pedraz.
En este procedimiento, además, no tiene por qué influir el tipo de alopecia del paciente, aunque “lo que sí influye, lógicamente, es que el paciente tenga una zona donante adecuada”.
Lo que sí es importante tener en cuenta es que el rasurado parcial condiciona el proceso de extracción, ya que la zona donante será menor que al hacer un rasurado total.
“Por ello, este tipo de cirugías se recomiendan cuando son necesarios un menor número de unidades foliculares”.
Dr. Pedraz
En cuanto al proceso de implantación, este debe ser más minucioso y requiere una técnica más desarrollada, “ya que debemos evitar dañar el pelo que tiene el paciente previo en la zona a implantar. Por lógica, este daño también lo debemos evitar en el caso de que el paciente tuviera rasurada la zona receptora, es decir, la zona donde implantamos, pero resulta más complejo si el paciente tiene el pelo más largo”, concluye.
En cualquier caso, el rasurado parcial es completamente compatible con la exclusiva técnica y tecnología Insparya Dual Extraction Device, en la que se consigue trasplantar hasta 4.000 unidades foliculares (con rasurado total) en tan solo una sesión, lo que reduce los tiempos de procedimientos tradicionales hasta casi la mitad, ya que asegura resultados definitivos en 6h de intervención.
En cuanto a los cuidados pre y postoperatorios, el rasurado parcial no requiere de un tratamiento distinto al del total, lo que supone que el paciente no podrá lavar la cabeza en los 3 días siguientes a la intervención, y deberá pulverizar la zona de implantación con suero fisiológico para hidratar bien los folículos. El cuarto día podrá lavar, en casa o en la clínica, frotando con una gasa para quitar el mayor número de costras posibles, aplicando posteriormente una crema cicatrizante.
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