¿Cuántos tipos de besos conoces? Aquí te traemos los 5 más populares… ¡y excitantes!
Besar es un arte en sí mismo que tiene el poder de expresar sentimientos. La vida nos lleva regalando momentos maravillosos que celebrar sin la necesidad de gastar dinero. ¿Hay un acto para ello más sensual y divertido que un beso? Los besos pueden ser tímidos, apasionados, cariñosos o fogosos, y no necesariamente tienen siempre que ser en los labios. Hay muchos que dar a lo largo y ancho de nuestro cuerpo, en tantas zonas como se nos antojen.
El 13 de abril se celebra el día Internacional del beso en homenaje al más largo de la historia: cuenta el cronómetro que duró 58 horas consecutivas y lo protagonizó una pareja tailandesa en un certamen.
Sin embargo, hay besos que se han convertido en leyenda gracias a la popularidad que han alcanzado con el paso de los años. Uno de los besos más famosos es el que inmortalizó el fotógrafo Alfred Eisenstaedt el 14 de agosto de 1945, en Time Square, Nueva York. La imagen capturó el beso de un marinero a una enfermera a quien ni siquiera conocía.
Según diversos estudios antropológicos, los humanos comenzamos a besarnos al evolucionar la forma de saludo de los hombres prehistóricos. En los albores de la humanidad, saludar conllevaba acercar las narices y olerse para obtener información sobre la otra persona. Aún hoy, los esquimales mantienen su «roce de narices» como demostración de cortesía al encontrarse.
Los besos forman parte de nuestra naturaleza y de nuestra historia. Más allá de las connotaciones románticas y espirituales que le demos a los besos, estos responden al propio instinto animal que hay intrínseco en los humanos. Besarse eleva los niveles de dopamina, serotonina y oxitocina, unas hormonas que, por sus efectos fisiológicos, fortalecen el lazo entre dos personas.
Existen hasta 25 tipos de besos, desde besos maternales, el de beso «traicionero» de Judas, el de muerte de la mafia, el pico o el beso en la frente, por mencionarte solo algunos, pero ¿Y en el sexo, cuántos tipos de besos conoces?
Beso de un solo labio
Este movimiento seductor y de “calentamiento” implica besar el labio superior de la otra persona mientras te besa el labio inferior (o al revés) mientras acaricias con la lengua el labio que estas besando.
Besos húmedos
¿Y si el beso con lengua no fuera suficiente? Para eso están los denominados “húmedos”: Puede que estos sean los más cargados de pasión, y conllevan además un gran intercambio de saliva. Hay personas a las que además les da mucho morbo aquellos que están bien mojados ya que la excitación es mayor. Es un beso bastante ardiente en el que las lenguas tienen mucho trabajo, intercambiando una gran cantidad de saliva. La propia saliva juega además un papel protagonista a veces durante el sexo oral, ya que hay quien disfruta más de esta práctica cuanto más mojada se la hacen o la realiza. Estos besos húmedos se dan con la boca muy abierta, y la carga de apetito sexual es muy fuerte. Puede ser sin duda el aperitivo perfecto para que empiece el descorche del sexo sin frenos.
Besos negros
Besos hay tantos como colores en el arco iris. Y estos, también pueden ser negros. Al beso negro también se le conoce como annilingus, esta práctica consiste en introducir la lengua o el dedo en el ano de nuestra pareja. Es algo verdaderamente excitante ya que el ano es una zona de nuestro cuerpo en la que hay múltiples terminaciones nerviosas, por lo que cualquier caricia o estimulación que se produzca a su alrededor irá de la mano de una gran carga de placer.
Beso francés
Una manera muy satisfactoria de celebrar este 13 de abril podría ser regalando un beso francés, o lo que viene siendo con una felación. Si tenemos una pareja al lado podemos satisfacerla haciéndole evadir sus pensamientos durante unos instantes (que siempre es buen momento).
Beso viajero
Este beso puede darse en cualquier zona del cuerpo y resulta muy excitante. Ponerse encima de la pareja y recorrerla con los labios es cuanto menos apetecible en el momento del sexo. La pasión, una vez has viajado por el cuerpo del otro, resulta absolutamente irrefrenable y ayuda a saber cuáles son las zonas favoritas de quien tenemos delante. No solo disfruta el que recibe estos besos, sino que hay zonas del cuerpo que nos pueden dar mucho morbo acariciarlas con los labios o la lengua y compartir de este modo el placer equitativamente.
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