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Alberto Perazzolo en San Vito: un verano en blanco y negro

San Vito despierta con ese sol que blanquea la piedra. En el puerto, entre bloques de roca y escalones gastados, armamos una historia de verano en blanco y negro. Queríamos un diario de vacaciones: piel salada, agua que sube y baja, silencio entre olas. Un guiño claro al cine de los setenta, a esas escenas italianas que huelen a mar y a celuloide. El puerto huele a salitre y a motor viejo; el agua marca el tempo. Nos quedamos solo con lo esencial. Nada impostado; solo el ritmo de la marea y una mirada que se queda aquí.

Alberto entra en escena con naturalidad. Se sumerge, emerge, escucha el agua. La cámara de Alessandro lo sigue de cerca, hundida a la altura del pecho, para atrapar la luz que dibuja los hombros y el gesto entre serio y tranquilo. La sensualidad aparece sola cuando el agua resbala y el pelo cae.

Trabajamos sobre piedra húmeda y bordes irregulares. Primeros planos, encuadres abiertos con horizonte, y un grano casi analógico que pide el lugar. Hay respiraciones, pequeñas pausas, gotas que se quedan en la piel y reflejos que revientan el encuadre. San Vito nos regaló un atardecer largo; nosotros lo dejamos entrar. La historia crece foto a foto: del chapuzón al reposo, del juego con las olas a la quietud en la escalinata. Cine, verano y verdad.

El equipo trabajó ligero. Valentina ajustó la producción para movernos al ritmo del mar. Gianluca peinó y cuidó la piel con discreción. Elegimos el blanco y negro por su memoria: limpia la escena y sostiene el tono cinematográfico sin distraer. Stefania remató el retoque con tacto, respetando textura y sombra.


Editorial publicada en Rísbel Magazine nº14 (Verano 2020).
Producción: Valentina Fiorindo. Fotógrafo: Alessandro Burzigotti. Grooming: Gianluca Grechi. Modelo: Alberto Perrazzolo. Retoque digital: Stefania Fresch.

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