Modo oscuro Modo claro

Todo lo que necesitas saber para preparar tu próximo viaje a la Ruta del Vino de La Mancha

Ruta del Vino de la Mancha El Yelmo de Mambrino Ruta del Vino de la Mancha El Yelmo de Mambrino
El Yelmo de Mambrino.

Si estás planificando tu próxima escapada, te contamos dónde dormir, dónde comer (muy bien) y donde beber (aún mejor) en la Ruta del Vino de La Mancha, el destino gourmet de los que de verdad saben de vinos.

La Ruta del Vino de La Mancha recorre once paradas que atraviesan la mayor extensión vitivinícola del mundo: la llanura manchega. Casi 600.000 hectáreas de viñedos que ofrecen vinos reconocidos en concursos de prestigio internacional que se nutren de las más de 3.000 de luz que cada año bañan este inmenso mar de viñas. Por algo esta tierra es conocida como la Bodega de Europa. De aquí salen vinos que triunfan en mercados tan dispares como el asiático, el europeo o el americano y hasta la Ruta del Vino de La Mancha llegan cada año amantes del enoturismo de todo el mundo para descubrir las raíces de una cultura del vino que se remonta a siglos atrás.

El mejor enoturismo en el mayor viñedo del mundo

19 bodegas forman parte de la Ruta del Vino de La Mancha. En cualquiera de ellas podrás disfrutar de una experiencia única en la que catar sus mejores vinos, pasear por sus viñedos o incluso participar de la vendimia con el tradicional pisado de la uva. Podrás además ser testigo de la viticultura en el mayor viñedo del mundo, donde alguna bodega sigue fiel a la técnica que desde hace más de cuatro siglos elabora vino en tinajas de barro. En otras, podrás recorrer los viñedos en 4×4, hacer un picnic al atardecer o disfrutar con los más pequeños de una cata de mosto, mientras te consagras como winelover en algún exclusivo Club de Barricas.

Ruta del Vino de La Mancha Bodega César Velasco
Bodega César Velasco.

Finca Antigua, Campos de Dulcinea, César Velasco, Campos Reales… muchas son las bodegas en las que vivir experiencias enoturísticas exclusivas, como en Pago de La Jaraba, donde además de enoturismo, se puede disfrutar de actividades que combinan el vino y la gastronomía manchega con agroturismo y oleoturismo, pues la bodega además de viñedos, elabora queso con sus propias ovejas de raza manchega (queso que ha sido reconocido con una medalla de oro en los World Cheese Awards) y aceite de oliva que sale de su propia almazara.

Bodegas con museos

Por su parte, la Bodega y Almazara Virgen de las Viñas de Tomelloso, cuenta además con un Museo de Arte Contemporáneo en sus instalaciones y presume de ser la cooperativa más grande de Europa con más de 3.000 socios. Venir a conocer cómo hacen un vino que triunfa en los cinco continentes se hace (casi) obligatorio.

Flamencos y lagunas en Pedro Muñoz y Alcázar de San Juan. Los mejores atardeceres

La Mancha Húmeda es otro de los grandes paisajes manchegos. Un oasis de vida salvaje en medio de la llanura. Acercarse hasta las lagunas de Pedro Muñoz o Alcázar de San Juan (en Campo de Criptana, la Laguna de Salicor) es saberse en una Reserva de la Biosfera.

Muchos son los caminos rurales que conducen entre campos de amapolas, olivares y viñedos hasta La Veguilla, o por la Ruta del Camino de Villafranca y Las Yeguas, los tres humedales que conforman el Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan. Por cualquiera de ellos, tendrás la oportunidad de ver de cerca patos colorados, garzas imperiales o águilas pescadoras.

Flamencos en la laguna de La Mancha
Entre zepa y cepa aves y vinos saber sabor observación de aves en humedales.

De origen endorreico es la Laguna del Pueblo en Pedro Muñoz, hogar de especies como el flamenco, la malvasía cabeciblanca y un largo etcétera de aves y otras especies. Junto con la Laguna de Retamar, la Laguna de Navalafuente y la Laguna de Alcahozo (hipersalina) forman el Complejo Lagunar Humedal de Don Quijote, cuyo Centro de Interpretación es una interesante visita para aprender sobre la importancia de este enclave para la biodiversidad de la zona. Llegar hasta cualquiera de estos humedales, ya sea con la Ruta de la Malvasía o la Ruta de los Pastores, es atravesar cañadas, molinos, chozos y puentes romanos. Ver atardecer en cualquiera de estos rincones de la Ruta del Vino de La Mancha es tener asientos de primera fila para un espectáculo de pura magia.

Alojamiento con vistas: a los molinos, a la llanura manchega, a la vida del Quijote

La Ruta del Vino de La Mancha es destino para cualquier tipo de viajero, desde el sibarita al mochilero. En ella, puedes hospedarte en hoteles como el Airén Intelier o Casa Lorenzo, en la primera bodega de El Provencio, ahora reconvertida en hotel (Hospedería Nuestra Señora del Rosario) o buscar otras opciones entre hostales y apartamentos como La Luna, en La Solana. Si lo que buscas es vivir por unos días entre Gigantes, puedes hospedarte en Casa Rural Vamos Allá -en el Barrio del Albaicín de Campo de Criptana- en El Yelmo de Mambrino o en Casa La Venta, desde donde podrás admirar los molinos de viento desde la cama.

Barrio del Albaicín C Criptana
Barrio del Albaicín C Criptana.

Para amantes de la naturaleza, El Mirador de La Mancha (Villarrubia de los Ojos) es un refugio ideal ante los Montes de Toledo, pero si lo que buscas es seguir los pasos de Cervantes por tierras manchegas, la Casa de la Torre es la opción perfecta. Una hospedería del siglo XVII en la que viajarás al Siglo de Oro a través de sus estancias. También en El Toboso, está la Casa Rural Tía Sofía, que con sus 5 estrellas garantiza todas las comodidades.

Restaurantes de Guía Repsol y Michelin, pero también de puchero

Venir a la Ruta del Vino de La Mancha incluye siempre una buena experiencia gastronómica. De hecho, es difícil entender el enoturismo si no va de la mano de los sabores más auténticos de la cocina manchega. A lo largo de su recorrido, puedes encontrar el sello Bib Gourmand de la Guía Michelin o los Soles de la Guía Repsol tanto en los platos de Teresa Gutiérrez, laureada chef al frente de Restaurante Azafrán (Villarrobledo), como en las propuestas de Restaurante Las Musas (Campo de Criptana) que acaba de renovar su sello Bib Gourmand de la Guía Michelin. Dos citas ineludibles para los foodies consagrados.

Restaurante Las Musas Campo de Criptana
Restaurante Las Musas (Campo de Criptana)

Pero la gastronomía manchega es tradicional en esencia y muchos son los lugares que la Ruta del Vino de La Mancha incluye en su plan de viaje para amantes de los sabores de siempre. Bares y restaurantes que llevan años mejorando las recetas caseras y son parada ineludible para el que busca disfrutar de un gazpacho manchego, un buen cocido, una caldereta o unas buenas gachas.

Tiendas gourmet, queserías y enotecas. Catas y espacios de degustación

Para poder conocer el paladar de los vinos de la Ruta del Vino de La Mancha es imprescindible acompañarlos de bocados que eleven su valor. Por eso, la Ruta incluye en su recorrido un selecto grupo de tiendas gourmet como Casa Ortega o Hijas de Gabino, que ofrecen al viajero los mejores productos, como el queso manchego, que se puede adquirir también en lugares como Quesos Artesanos Serrano Flores o dulces, como los de la Panadería Orejón, referente en repostería tradicional manchega. Para los carnívoros confesos, hay un nombre de referencia Arrrea, en Pedro Muñoz y, a un clic, en cualquier parte de España. Lomo frito en escabeche, solomillo de orza y otras exquisiteces, todas preparadas a la perfección para que puedas disfrutarlas en casa.

Bombos, cuevas-bodega y museos. Muchos caminos y una ruta, la del vino

Los caminos naturales que atraviesan los alrededores de Tomelloso y La Solana están salpicados de bombos y chozos. Estas construcciones de piedra seca (técnica declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO) son responsables de parte del encanto de la llanura manchega. Ocupan estas tierras desde el siglo XV y durante cientos de años fueron cobijo de pastores y almacén para los cultivadores de vid. Hogar de los trabajadores del campo. Hoy son un motivo más para venir a la Ruta del Vino de La Mancha. Hacer la Ruta de los Bombos de Tomelloso o el Sendero de los Chozos de La Solana y encontrarse con esta huella que evidencia las raíces vitivinícolas de este territorio es como encontrarse un tesoro.

Paradas obligatorias

Porque el vino habla de esta tierra en cada uno de sus rincones, desde las cerca de 2.500 cuevas-bodega horadadas bajo los cimientos de la ciudad de Tomelloso, a las chimeneas de las alcoholeras que un día llevaron el nombre de este municipio manchego a lo más alto y hoy dibujan su skyline a más de 40 metros de altura. El Museo Torre del Vino de Socuéllamos es otro lugar en el que perderse y aprender de un modo más interactivo sobre las raíces vitivinícolas de La Mancha, aunque también es lugar de referencia para participar de cursos y talleres de cata de vinos, música en directo y visitas guiadas.

Para aquellos que siguen los pasos de Don Quijote, su parada en la Ruta del Vino de La Mancha es además de El Toboso o Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, donde se puede visitar la Cueva de Medrano, prisión donde se dice que Cervantes comenzó a escribir su gran obra del Siglo de Oro ‘Don Quijote de La Mancha’. Y es que la Ruta del Vino de La Mancha esconde muchos caminos: los de la naturaleza, la gastronomía, el patrimonio, la historia… pero todos hablan de vino.

Mantente al día de las últimas noticias
Al Suscribirte, aceptas nuestra Política de privacidad y nuestros Términos de uso
Publicación anterior
Estructuras misteriosas bajo el océano Pacífico

Descubren misteriosas estructuras bajo el océano Pacífico que desafían las teorías sobre el interior de la Tierra

Publicación siguiente
Escena de la serie The Last of Us temporada 2 Ellie tocando la guitarra a Joel Miller

‘The last of us’ temporada 2: todo lo que se sabe hasta la fecha

Publicidad