Modo oscuro Modo claro

Si quieres probar el mejor bogavante del cantábrico en Madrid, tienes que venir a este restaurante

Bogavante del restaurante marisquería O´Pazo de Madrid Bogavante del restaurante marisquería O´Pazo de Madrid

Desde 1969, esta marisquería de toda la vida situada en el corazón de Madrid defiende el mejor producto de nuestras costas con una cocina sencilla, directa y honesta, sin fuegos artificiales y con el respaldo diario de Pescaderías Coruñesas.

En el restaurante O’Pazo de Madrid no hace falta que nadie te cuente que estás en una marisquería de las de verdad. Basta con cruzar la puerta. En las vitrinas de cristal que dan paso al comedor se exhiben con orgullo bogavantes gallegos, cigalas vivas, percebes, rodaballos salvajes y camarones de la ría. Dentro, camareros de los de toda la vida —camisa blanca inmaculada, mandil oscuro, maneras educadas y ágiles— te conducen hasta una mesa impecablemente vestida, con mantel bien planchado y cubiertos que suenan como deben.

Vitrinas exhibiendo pescados en el restaurante marisquería O’Pazo de Madrid.

Aquí no hay distracciones. Todo gira en torno al producto. A lo que da el mar cada día. Y a una forma de cocinar que no intenta esconder nada, sino hacer que brille. Desde 1981, con Evaristo García al frente —propietario de Pescaderías Coruñesas—, O’Pazo ha ido construyendo su fama sin alardes. A base de confianza, respeto por la tradición y fidelidad a una materia prima que pocos pueden igualar.

La carta empieza por donde debe, con el producto

En O’Pazo uno no viene a sorprenderse, sino a disfrutar. Y eso se nota desde los primeros entrantes. El salmón ahumado artesanal que llega de Coruñesas se deshace en la boca. Por su parte, el salpicón de bogavante gallego es un festival de sabor sin adornos. Y las croquetas de carabinero —con bechamel suave y potente de sabor— son una un homenaje a la cocina española: porque aquí las cosas se hacen bien.

Tartar de la marisquería O’Pazo de Madrid

Para los que buscan empezar con algo más ligero, hay ensaladas con ventresca, anchoas de Santoña tratadas con respeto y navajas gallegas en escabeche que no necesitan más que un poco de pan. También se puede arrancar por lo clásico: jamón ibérico bien cortado, quisquilla de Motril en tempura o unas almejas de Carril a la marinera que justifican por sí solas la visita.

Fritura, cuchara y fuego lento

Una de las sorpresas más agradables de la carta en O’Pazo es su fritura malagueña, homenaje a Félix Cabeza. El calamar de potera y los boquerones llegan crujientes y sabrosos. En su punto.

Sopa de marisco del restaurante marisquería O’Pazo

Y si lo tuyo es la cuchara, en su carta hay algunos platos que merecen especial atención. La sopa de pescado y marisco en dos tiempos está muy bien resuelta, con un sabor profundo sin resultar pesada ni demasiado salada. Pero el plato que más se recuerda es el de garbanzos con carabineros: intenso, con fondo, de los que te reconcilian con la cocina de siempre.

También tienen un suquet de salmonete que cambia con el día, y que demuestra que el pescado puede estar guisado sin perder ni un ápice de su frescura.

Marisco salvaje, al peso y sin intermediarios

O’Pazo no juega con el marisco. Aquí se sirve salvaje, traído a diario por Pescaderías Coruñesas. Y eso se paga, pero se entiende cuando llega a la mesa.

Gambas rojas del restaurante marisquería O’Pazo en Madrid

Puedes pedir camarones de la ría, percebes gallegos, langosta del Cantábrico cocida o a la plancha, almejas naturales, gamba roja de Denia, carabineros de Huelva, cigalas de Marín… Todo al peso, sin misterio. El producto se cobra según lo servido, como debe ser, y con la seguridad de que no hay trampa ni cartón.

Cigala del restaurante marisquería O’Pazo, en Madrid

El centollo de la ría, por ejemplo, llega abierto y bien limpio, sin máscaras. Y el bogavante cocido, con su carne blanca y tersa, es de los que cuesta olvidar.

Pescados de verdad: merluza, mero, besugo y el lenguado de Evaristo

Aquí no hay nombres rimbombantes ni salsas con más ingredientes que sentido. Los pescados son de anzuelo y se cocinan como tú quieras: a la plancha, al horno, a la bilbaína o romana.

Lenguado del restaurante O’Pazo de Madrid

La merluza de anzuelo es un básico que nunca falla. El pixín, en cambio, es para quien busca algo más carnoso. El rodaballo y el mero del Cantábrico son apuestas seguras, pero si hay que quedarse con uno, que sea el lenguado Evaristo. Se sirve para dos personas, con una cocción impecable, desespinado en sala y con un sabor limpio, sabroso, sin disfraces.

En O’Pazo también trabajan con besugo de la pinta y, si es temporada, incluso con angulas de Aguinaga. Pura cocina de mercado.

Arroz, carne y otras opciones

Aunque aquí el pescado y el marisco mandan, también hay sitio para otras cosas. Si vas con apetito, el arroz con carabinero de Huelva o el arroz de salmonete con quisquilla de Motril (para mínimo dos personas) cumplen con nota. Secos, sabrosos y con producto de verdad.

Y para quien no quiera pescado —que alguno siempre hay—, tienen solomillo de buey y solomillo de wagyu asado a baja temperatura. Buen corte, buen punto y sin más florituras.

Postres caseros y café sin mezclar

El momento dulce no se queda atrás. El arroz con leche está como debe: cremoso, aromático y con un toque tostado. El flan y la cuajada casera tienen ese aire de postre de domingo. Y si te va el chocolate, pide sin dudar “El chocolate de los más golosos”.

También hay filloas rellenas de crema, tarta de Santiago, un coulant de queso que llega en su punto y una tabla de quesos variados para los que prefieren acabar con algo salado.

El café es 100% Colombia, servido bien caliente y sin prisas.

Un sitio de los que ya no quedan

En O’Pazo no hay música alta, ni cartas con códigos QR, ni camareros disfrazados de chefs. Lo que hay es oficio, respeto al producto y un ritmo de sala que no chirría. Es uno de esos sitios donde puedes comer en silencio o hablar sin que nadie te moleste.

La renovación de 2008 sirvió para actualizar el local sin traicionar lo que lo hace especial. Sigue siendo castizo, agradable, con clase. Sigue siendo O’Pazo, un restaurante de los de mantel blanco y buen hacer.

Reservar mesa en el restaurante O’Pazo de Madrid

Mantente al día de las últimas noticias
Al Suscribirte, aceptas nuestra Política de privacidad y nuestros Términos de uso
Publicación anterior
outfits para combinar el polo blanco de hombre en 2025

6 formas de combinar tu polo blanco este verano (sin caer en lo de siempre)

Publicación siguiente
Nuevo Citroën C5 Aircross 2025

Citroën C5 Aircross 2025: así es la nueva generación del SUV francés

Publicidad