Preguntas trampa o preguntas fuera de lugar. Toma nota y sal del paso con ingenio en cualquier entrevista de trabajo
Ir a una entrevista de trabajo es estar preparado para todo. Nunca sabes qué camino tomará el entrevistador para conocerte mejor hasta que ya estás sentado frente a él. Las entrevistas de trabajo son una parte importante del proceso de contratación de un empleado. Es una oportunidad para que el empleador conozca más sobre el candidato y para que el candidato se presente y hable sobre sus habilidades y experiencia.
Antes de saber qué preguntas nunca deberían de hacerte en una entrevista de trabajo debes seguir algunos pasos para la primera toma de contacto salga de la mejor manera posible:
Preparación: antes de la entrevista, investiga sobre la empresa y el puesto para el que te postulas. Considera qué preguntas te podrían hacer y prepara tus respuestas. Vístete adecuadamente y llega a tiempo.
Saludo y presentación: Saluda al entrevistador de manera cordial y preséntate. Habla sobre tus habilidades y experiencia relevante para el puesto.
Preguntas y respuestas: Escucha atentamente las preguntas del entrevistador y responde de manera clara y concisa. Trata de dar ejemplos concretos de tu experiencia y habilidades para demostrar cómo puedes ser un buen candidato para el puesto.
Preguntas para el entrevistador: Ten algunas preguntas preparadas para hacerle al entrevistador. Esto te mostrará que estás interesado en el trabajo y en la empresa.
Despedida: Finaliza la entrevista de manera cordial y agradece al entrevistador el tiempo que te ha dedicado. Si estás interesado en el puesto, exprese su interés en continuar en el proceso de selección.
Mantén siempre una actitud positiva y confiada durante la entrevista y haz preguntas inteligentes para demostrar que está interesado en el trabajo y en la empresa.
Ante todo, debes de parecer seguro y contestar con convicción a todo lo que se te pregunte. No estás haciendo un examen, simplemente estás hablando de ti mismo. Es por eso que las preguntas trampas no deben de ser ningún tipo de obstáculo para ti. Utiliza tu imaginación y céntrate en quién eres y no en quién quieres aparentar ser y saldrás airoso de cualquier entrevista de trabajo.
Es importante que todo fluya con naturalidad a pesar de que las preguntas que te formulen sean de todo menos comunes. Piensa que la persona que tienes delante también ha tenido que pasar por esto para estar ahí por lo que lo último que querrá es hacerte pasar un mal rato.
Más allá de saber dónde estudiaste, cuántos másters tienes y que nivel de inglés tienes acreditado, la persona que te quiera contratar quiere saber cómo eres. Es por eso que, tras la carta de presentación que es tu CV, lo que buscan es conocer cómo te desenvuelves ante preguntas como ‘¿qué te llevarías a una isla desierta?’.
No obstante, hay muchas personas que, como entrevistadores, hacen preguntas que NUNCA deberían de hacerte en una entrevista de trabajo. Al fin y al cabo, tu objetivo no es más que el que poder ofrecer ese servicio y el suyo no debe de ir más allá del de encontrar a alguien con las cualidades exigidas para el puesto.
Ante todo, es esencial que tú mismo te creas que eres merecedor de ese trabajo. Si como en la película Los Becarios quieres trabajar para Google y no sabes ni usar Skype, quizás (y solo quizás) no sea tu sitio.
No obstante, también has de tener en cuenta que, si en una entrevista de trabajo te hacen preguntas excesivamente comprometidas o muy personales, puede que sea mejor que no te seleccionen. De todos modos, una vez estés en esa situación, afróntala y déjales con la boca abierta.
Hay determinadas preguntas en una entrevista de trabajo que son ilegales a la hora de querer contratar a alguien, sobre todo porque en muchos casos pueden llegar a ser discriminatorias. De este modo, todas aquellas preguntas relativas a la edad, sexo, ideología, vida familiar o religión, entre otras, no deberían de hacerse en este tipo de entrevistas, pero son muchas las empresas que recurren a ellas.
Tú decides si contestar o no. Lo que está claro es que, si consigues dar una buena respuesta, no dudarán de tu valía. Estas son las mejores respuestas que puedes dar a las peores preguntas:
PREGUNTAS QUE NO TE DEBEN HACER EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO
¿Cuál es tu altura o peso?
A no ser que las condiciones físicas afecten en el puesto al que te has presentado, tu peso o tu altura no son importantes. Ni te molestes en contestar. Di que no lo sabes con exactitud y punto. Juzgar a una persona por su aspecto físico es completamente ilícito.
¿Qué edad tienes?
La edad no debe de ser un factor relevante a la hora de contratar a alguien. La cualificación y capacidad de una persona no depende necesariamente de su edad o incluso de su experiencia.
Solo en caso de que el puesto en concreto esté dirigido para un rango de edad determinado esta pregunta tendría sentido pero, por lo general, es una cuestión muy recurrente y que poco tiene que decir sobre tu persona.
Ten claro que no tienes por qué contestar y que en caso de hacerlo puedes dar una respuesta irónica o contestar preguntando el porqué de esa cuestión.
¿Cuál es su situación civil o familiar?
A la persona que te contrata no le tiene que importar si tienes pareja o no o si estás casado o divorciado. Estos datos no influyen en tu forma de trabajar de un modo u otro.
De la misma manera, todas las preguntas relacionadas con nuestra vida sentimental pueden llegar a generar gran incomodidad. El entrevistador no sabe por qué momento de tu vida estás pasando y tu intimidad no debe de ser de su incumbencia.
Con respecto a estas preguntas, lo mejor es que respondamos que preferimos no hablar de nuestra intimidad. No obstante, podemos intentar bromear con nuestra soltería o situación sentimental.
¿Cuál es tu orientación sexual?
Nuestra orientación sexual no debe de ser un factor determinante a la hora de que nos contraten.
Si en una entrevista de trabajo te hacen esta pregunta, no te dejes llevar por sus valores y muéstrate tal y como eres. Si para ellos es una respuesta decisiva, seguramente se trate de una empresa bastante alejada de la realidad.
La respuesta a esta pregunta debe de ser completamente irrelevante. De esta manera, puedes armarte de valor y preguntar por la importancia de esa pregunta o incluso responder abiertamente. Si te contratan, será por tus cualidades y por quien eres y si no les gusta, ¡a otra cosa mariposa!
¿Cuál es tu ideología política?
Son muchas las veces que los entrevistadores hacen preguntas indirectas para que acabes dando tu opinión sobre determinadas cuestiones políticas.
Ante esta situación, lo mejor que puedes hacer es no posicionarte. Utiliza tu ingenio y no dejes entrever tus ideales políticos. Sé más listo que él o ella y da argumentos que no dejen ver con claridad tu ideología. Este es el mejor modo de que, en caso de que le importe tu opinión, vea que estás informado, pero que prefieres no mojarte demasiado, ya que no es un factor determinante en tu valía para obtener el puesto.
¿Tienes o has tenido algún problema de salud físico/mental?
Preguntar sobre nuestra salud es otra de las cuestiones que todo entrevistador debería de evitar a la hora de buscar a alguien para ocupar un puesto de trabajo.
Con respecto a la salud física no tienes porqué tener algún problema en contestar. No obstante, no dudes en preguntar si es relevante o no que tengas alguna enfermedad como puede ser la diabetes.
Por otro lado, en cuanto a tu salud mental, recuerda que no es una conversación con un amigo, sino con alguien que quiere contratarte. No te molestes en hablar sobre esto y evade la cuestión, seguramente la otra persona se sienta hasta avergonzada por haber hecho una pregunta tan fuera de lugar.
¿Cuál es tu nacionalidad?
Preguntar la nacionalidad de una persona en una entrevista de trabajo es otro rasgo discriminatorio por parte de la empresa que quiera contratarte. En nuestro país cualquier persona tiene derecho a trabajar si reside en España de forma legal por lo que, si tu procedencia condiciona el acceso a un puesto de trabajo, podrías incluso demandarles.
No obstante, si has nacido en otro país y dominas algún otro idioma, utiliza esta carta y quédate con ellos. Refuerza tu valor con ello y si no te contratan, ¡ellos se lo pierden!
¿Cuál es tu religión?
Nuestras creencias religiosas también pertenecen a nuestra intimidad. Seas cristiano, musulmán o judío, tienes derecho a trabajar independientemente de ello.
Del mismo modo que la mayoría de cuestiones anteriores, si tu respuesta a esta pregunta es decisiva, supone discriminación por parte del entrevistador.
Tú decides si contestar o no, pero si lo haces, utiliza los valores que procesa tu religión y relaciónalos con tu forma de entender la vida y el trabajo. En caso de ser ateo o agnóstico y elijas responder, tan solo di que no eres creyente y no te extiendas en tu contestación, esta pregunta no debe de ser relevante y hay que ir al grano.
Artículo publicado por Ángela García-Tomé
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